lunes, 30 de mayo de 2011

FUNDAMENTOS DE LA SENTENCIA. ALGUNOS PUNTOS CLAVES EN LOS QUE DISCREPAN EL DR REQUENA Y EL DR COMES. ACERCA DE LA CULPABILIDAD DE FORTI

El Sr. Presidente del Tribunal, Dr. Hugo Roberto Ferrero, al producirse un empate en la votación de la segunda cuestión, circunscripto exclusivamente a la situación de Leonardo Andrés Forti respecto al hecho en perjuicio de Natalia Vercesi y su hija por nacer, al votar un Juez técnico y cuatro Jurados Populares por la condena de Forti, y, por otro lado, al votar el otro Juez técnico y cuatro Jurados Populares restantes por su absolución, debió también votar (art. 29, ley cit.), inclinándose por la condena de Forti también en este hecho.

EL SR. VOCAL DR. CLAUDIO M. REQUENA, DIJO:( RESPALDAN EL ACCIONAR DEL FISCAL ALBERIONE)
                El defensor del imputado Alejandro Alberto Bertotti, Dr. Marcelo Brito -con adhesión de los defensores del restante imputado, Dres. Mario Ruiz y Sergio Corón Montiel-, durante la discusión final, pidió que se aplique la regla de exclusión probatoria respecto de la primera declaración prestada por el coimputado Leonardo Andrés Forti, y de todo lo obtenido a partir de la incorporación de la misma a la causa, en virtud de sostener que fue receptada de manera ilegal, pues Forti se habría hallado bajo los efectos de las drogas y el Fiscal de Instrucción lo habría interrogado previamente sin la presencia de defensor, información que luego habría volcado en la intimación que hizo en el acta de la indagatoria, entre otras irregularidades que dijo se cometieron.   
                La regla de exclusión probatoria, originada en el derecho anglosajón, fue incluida en la legislación de nuestra provincia en el año 1987, al sancionarse la nueva Constitución de Córdoba, en su art. 41, que reza: "Los actos que vulneren garantías reconocidas por esta Constitución carecen de toda eficacia probatoria. La ineficacia se extiende a todas aquellas pruebas que, con arreglo a las circunstancias del caso, no hubiesen podido ser obtenidas sin su violación y fueran consecuencia necesaria de ella".            
                Lo mismo hizo el nuevo Código Procesal Penal de Córdoba de 1991, en su art. 194, con redacción similar: "Carecen de toda eficacia probatoria los actos que vulneren garantías constitucionales. La ineficacia se extiende a todas aquellas pruebas que, con arreglo a las circunstancias del caso, no hubieren podido ser obtenidas sin su violación y fueran consecuencia necesaria de ella".
                Pero para saber si se está realmente en presencia de un "fruto" del "árbol envenenado", como también se la conoce a esta doctrina, el juez debe realizar un doble juicio de derivación.
                Así, en primer lugar deberá consultar las circunstancias del caso, a fin de determinar si, suprimido mentalmente el acto viciado, desaparece la prueba en cuestión. Y, en segundo término, averiguar si existe otra vía legítima que permita arribar al mismo resultado, esto es, sin mengua de garantía constitucional alguna (TSJ, Sala Penal, "Rodríguez", S. nº 6, 12/3/04).
Lo apuntado en último término lleva ínsito el rechazo del presente planteo, pues aún si anulásemos la primera declaración de Forti (fs. 146/149), por las razones apuntadas por el Dr. Brito (que fueron rechazadas de plano por el Sr. Fiscal de Cámara, para quien Forti gozó de asistencia legal desde el primer momento), mantendrían su vigencia las demás declaraciones que hizo Forti durante la instrucción y en el juicio, siempre dirigidas en un mismo sentido y siempre siendo asistido por los mismos abogados defensores, Dres. Corón Montiel y Ruiz, y cuyo tenor fue sintetizado por el propio Forti así: "Entré, lo golpeé a él (Alejandro Alberto Bertotti) y a la chica (Natalia Vercesi), agarré la plata  y  me fui. Eso es todo".
                En el caso, el Dr. Brito dijo que le preocupa el llamado en codelincuencia que hace Forti de su defendido Bertotti en dicha declaración. Pero si ése era realmente su agravio, debió oponerse -y no lo hizo- a la incorporación por su lectura al debate de dicha declaración, lo que tuvo lugar el primer día del juicio. Al no haber actuado así, demorando su planteo hasta la discusión final, ha contravenido la doctrina de los propios actos, lo que conlleva como sanción el rechazo de su petición.

LOS SRES. VOCALES DRES. HUGO ROBERTO FERRERO Y MARIO MIGUEL COMES DIJERON:
                Adherimos a las conclusiones a las que arriba el Sr. Vocal Dr. Claudio Requena, votando en idéntico sentido.
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HOMICIDIO DE NATALIA VERCESI: DR. CLAUDIO REQUENA(EXPLICA PORQUÉ VOTÓ PERPETUA PARA FORTI)
Necesaria aclaración previa:
Por mi parte, considero que la investigación llevada a cabo por el Dr. Alberione fue correcta y muy efectiva, al punto que la amplísima prueba por él reunida es la que permitió la condena de ambos imputados, sin perjuicio de los recursos que las partes afectadas deduzcan contra ella. 

ANALISIS DE LOS HECHOS:
·         La relación profundamente deteriorada de la pareja. Las infidelidades. El estado de frustración o insatisfacción de Bertotti. Sobre la relación entre Natalia y Alejandro había una doble lectura: para los padres, suegros, vecinos, conocidos y amigos que no estuvieran dentro del círculo de la "intimidad", mantenían la apariencia de una pareja normal, sin problemas. Sin embargo, en el marco de la "intimidad" y de la "confidencialidad", se reflejaba claramente una relación absolutamente deteriorada, al borde de la ruptura.  Lo colocaba en una situación de insatisfacción, de frustración.
·         Ante ese cuadro, Bertotti, obviando las soluciones normales al alcance de cualquier pareja en crisis, ideó el macabro plan de asesinar a su esposa, lo que a su vez implicaba aceptar igual destino para la hija por nacer.  Necesitaba que una persona lo ayudase, fundamentalmente para golpearlo y así aparecer también como víctima del hecho. 
·         El contacto telefónico de Bertotti con Leonardo Andrés Forti:
Cuando Diego no lo atiende más, Bertotti profundiza el contacto con su hermano, el                   imputado Leonardo Andrés Forti.
·         El robo a la familia Barman denunciado por Bertotti: Es una invención de Bertotti porque a sus vecinos no les faltó nada. Probablemente el mismo Bertotti rompió el vidrio en cuestión para crear la situación. Y la llamada que dice que le hace el ladrón a su celular (circunstancia curiosa y sugestiva: el caco conocía el número del teléfono móvil de Bertotti) para amenazarlo, es una de las tantas llamadas efectuadas por Forti a su celular desde la cabina pública ubicada en calle Caseros esquina Larrea cuando tramaban el asesinato de Natalia Vercesi

·         Desde unos dos meses antes del hecho se había establecido una comunicación fluida entre los acusados Bertotti y Forti.

Bertotti sabía que Forti era adicto a las drogas y sin poder económico, razón por la cual, se aprovechaba de esta situación de vulnerabilidad, dándole dinero con cierta frecuencia, para seducirlo a que lo ayude a consumar su plan.

EL PAGO DEL PRECIO
·         El policía Marcelo Nicolás Valero, que trabaja en drogas peligrosas y conoce el movimiento de algunos jóvenes del Barrio Roque Sáenz Peña (tamibén conocido como las Ochocientas Viviendas), había escuchado comentarios que Leonardo Forti estaba fugado, se había ido a Villa María, había recibido una importante suma de dinero, que sería el pago por este hecho que le había entregado el marido de la chica fallecida. Supo que posiblemente Silva había recibido la plata, razón por la cual se entrevistó con Silva en su domicilio y lo citó a declarar a la Fiscalía.

·         El viernes a la noche, después del hecho, veo el Leo en la esquina de su casa hablando con un flaco alto con gorra de esas con orejeras y un perro boxer marrón. Me acerqué, me dijo que lo aguantara, esperé hasta que terminaran de hablar, y vi cuando este tipo le daba al Leo un fajo de plata atado con una gomita. Eran $ 4.000.

·         El viernes a la noche después del hecho, a eso de las once de la noche, Forti concurre al domicilio de su amigo Eduardo Silva, a dos cuadras de su casa, que estaba junto a su esposa y sus dos hijas. Estaba nervioso, apurado, se movía constantemente, como drogado, en el balcón de su casa de Planta Alta, Leo metió la mano en el bolsillo y sacó un fajo de billetes, el dinero enrollado en la mano, eran $ 4.000 y le dijo en voz baja que le tuviera la plata, que yo era de su confianza, y que saque lo que quiera, $ 200 o $ 300.

·         Sobre el guante y la sevillana. Se trata evidentemente de una prueba “plantada” por quien tiene interés de que se culpe de todo a Forti, pues las personas que trabajaban desde hacía unos días en el techo donde apareció dijeron que no estaba antes. Por otro lado, causa extrañeza que junto a la sevillana con sangre del tipo de la víctima, aparezcan unos guantes de cirugía con ADN de Forti, pues siendo Forti una persona sin profesión, no se entiende cómo podría acceder a dichos elementos, que del debate surgió que no se venden al público sino a centros de salud.  

Los tramos verdaderos y los mendaces de la declaración de Leonardo Forti
·         Forti contó la verdad de lo acontecido pero a medias, tratando de ocultar los aspectos más graves de su obrar.
·         Es cierto que golpea a Natalia en la cabeza con el caño o elemento contundente con el que vino armado.
·         Es mentira que haya golpeado con el mismo caño a Bertotti, e incluso antes que a Natalia, como dice. Los médicos no constatron ninguna herida de ese tipo en Bertotti, y el Dr. Vignolo expresó que un impacto con un objeto de ese tipo en el rostro podría producir la pérdida de un ojo.
·         Forti también miente cuando pretende hacer creer que le tuvo que dar las dos trompadas porque Bertotti se le vino encima, cuando eso en realidad formaba parte del pacto entre ambos para simular el robo. Resulta evidente que Bertotti necesitaba que alguien lo golpease para aparentar que había sufrido junto a su esposa un robo con violencia.    
·         Tampoco es cierto que Forti se va inmediatamente del lugar, previo tomar la parte que le correspondía por ese tramo de su actuación, que eran $ 1.500. Por el contrario, el presenciar el sangriento asesinato de una mujer indefensa y embarazada le produjo un fuerte trauma que lo llevó a pensar en el suicidio, según explicaron su familia y amigos.
·         La circunstancia de que Forti no haya dejado huellas de sangre al salir tiene su explicación. Pensemos que el propio Bertotti luego del hecho se saca toda su ropa empapada en sangre y la deja en el baño. Por tanto, le bastaba a Forti con lavar las suelas de su calzado en las bachas de la cocina, que quedaron con signos de haber sido usadas para lavar cosas con sangre, y luego salir sin dejar huellas. 
·         Pero las ropas de Forti quedan manchadas con sangre  de la víctima; dato corroborado por el policía Robles, quien aseguró que todos los presentes debieron resultar bañados con sangre. Forti dijo que cuando le da las trompadas a Bertotti le caen unas gotas en su ropa. Pero resulta evidente que no se trataba de unas meras gotas, ni tampoco era de sangre de Bertotti, pues enseguida hace lavar sus ropas por su madre, haciéndole creer que se había defecado encima, pero la sangre no sale y resuelve quemar las prendas.
·         Por otro lado, dice que a esto también lo hace cuando se entera que las cámaras de seguridad de Codini lo pudieron haber filmado al pasar por el lugar caminando de regreso hacia su casa, lo que indirectamente viene a reconocer que realmente él es el joven con gorra que aparece en la filmación y que al pasar mira hacia la casa de Bertotti.
·         Lo que a su vez permite demostrar que estuvo en la casa de Bertotti hasta dos minutos antes que Alejandro decidiese dar aviso del hecho a la policía.
·         La explicación del susto, al ser analizada mediante el tamiz de la sana crítica racional, aparece como ilógica, pues si Bertotti realmente quería asustar a su esposa contratando a un extraño, no se iba a presentar junto con Forti, porque eso delataría su connivencia con el supuesto asustador. Y tampoco se entiende cómo se iba a enterar la víctima del motivo por el que se la asustaba si Forti no le dijo nada cuando la golpeó.
·         Si por los trabajos anteriores de seguir a Villafañe, etc., Bertotti le daba sumas que oscilaban entre los $ 100 y los $ 200, no se entiende que por el mero hecho de asustar a Natalia la suma se elevara tanto. Lo lógico es pensar que Bertotti pactó con Forti el pago de una suma mucho mayor a la de los otros “trabajitos”, porque ahora se trataba de que Forti colaborase en el asesinato de su esposa.
·         Durante la inspección ocular realizada en el juicio, expresó que el día del hecho Bertotti lo lleva a su casa con la consigna de simular un robo, no de asustar a su esposa.
·         La prueba que realmente cambió el curso de la investigación fue el hallazgo de la filmación hecha por las cámaras de seguridad de la empresa Codini ubicadas frente a la casa de Bertotti.
·         La circunstancia de que Leonardo Forti haya colaborado voluntariamente en el asesinato de Natalia Vercesi, lo ubica en un escalón distinto, demostrando una peligrosidad criminal muy importante a pesar de su juventud.


LOS JURADOS POPULARES OSCAR ALEJANDRO PASTORIZO, EZEQUIEL ALEJANDRO SUÁREZ, ATILIO JOSÉ MANÍAS Y MARCELO FERNANDO BARELLO, DIJERON:
Encontrando acertadas las conclusiones a que arriba el señor Vocal preopinante Dr. Claudio Requena, adherimos a las mismas y votamos de la misma manera.

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POR SU PARTE, EL SR. VOCAL DR. MARIO MIGUEL COMES, DIJO:PIDE UNA CONDENA MENOR PARA FORTI)
                En cuanto a la participación de Leonardo Andrés Forti, en el suceso ocurrido en el domicilio de la familia Bertotti y que tuviera como resultado la muerte de Natalia Vercessi, he de fundar mi discrepancia con la conclusión a que arribara mi distinguido colega al fijar su posición.
·         Al comparecer por primera vez, por ante la autoridad judicial, en forma espontánea y voluntaria, si bien en presencia de su abogado defensor, queda en claro, y así se ha probado, que hasta que prestó declaración, no había tomado contacto alguno con el profesional que lo asistiera, lo que permite concluir que la misma, carece de contaminación por estrategia defensiva, en consecuencia lo que en ella se ha vertido, nunca debe soslayarse y menos aún fragmentarse para su valoración y análisis.
·         No debemos olvidar que Forti, presenta una personalidad primaria y bordeline, que en modo alguno le permite crear una historia favorable y de ningún modo se puede pensar que esta historia se encuentra arraigada de tal modo dentro suyo, como para pretender de ella una muletilla preconcebida, si he de entender, que su situación psico evolutiva, a más de no permitirle pergeñar esta historia, solo lo lleva a relatar algo que efectivamente ha vivenciado y que ha volcado en cada una de sus exposiciones.-
·         Luego de ponérsele en conocimiento lo declarado por Bertotti, previo a las conclusiones finales, Forti, solicitó la palabra y manifestó: No es cierto lo que dice, estábamos yo y él y nadie más, se cansaron de preguntarme por la tercer persona, y no había más nadie, el y yo.
·         Asombra también la coherencia de Forti, quien en ningún momento cambió su versión en las partes esenciales de su relato de acuerdo a lo ocurrido y de tal modo debe ser valorada su versión.
·         El video, da crédito absoluto a lo relatado por el encausado Forti, coincide total y absolutamente con sus dichos, el ingreso del auto, la luz que se prende del garaje, posteriormente, se apaga y que posteriormente es vuelta a encender desde el interior.
·         El análisis de los dichos de Forti en todas y cada una de sus declaraciones, encuentran sustento en los elementos de prueba referenciados y nada obsta a que los mismos gocen de verosimilitud.
·         Todos los signos que presentaba le escena del crimen relacionados con la muerte de Natalia eran puertas adentro, ya que ni del lado del patio y afuera, en el frente, había huellas ni signos algunos relacionados con el crimen.
·         Podemos afirmar certeramente que Forti estuvo en el lugar, vio o colaboró con Bertotti en el homicidio y luego se retiro, entiendo que no, que es la duda la que prevalece sobre esta aseveración.
·         En su análisis y si de números hablamos, no tuvo en cuenta el Acusador que cada vez que Bertotti veía a Forti le entregaba de entre $ 100 y $ 300, para asustar y/o apurar a Villafañe, y que según su propio análisis las veces que Bertotti se contacto con Forti fueron varias, por lo que es fácil colegir que la suma de dinero que este entregara a Forti para asustar a Villafañe superaba ampliamente los guarismos  indicados, basta una simple suma aritmética, de los montos entregados por las veces que se vieron ambos coimputados, no menos de cinco, según los testimonios de Pucheta y Pineda.
·         Que si el designio siniestro se perfeccionaba, encontraríamos en la escena del crimen a Forti muerto con el dinero sustraído en su poder, su esposa Natalia muerta por la irrupción violenta de los asaltantes y Bertotti como víctima, herido en el afán de salvar a su esposa, dando crédito a su historia del robo con la presencia de uno de los asaltantes muertos con dinero en su poder producto del robo dentro de su vivienda.

                Es indudable que Alejandro Bertotti es quien quería matarla  por cuestiones que imperan en su subterráneo, al decir del funcionario Robles, y salvo que en algún momento se decida a exteriorizar la verdad, esta quedara por siempre en su yo interior.- Fue él quien elaboró premeditadamente el plan, y utilizó a Forti un joven primario, bordelaine y vulnerable por su adicción a las drogas y su necesidad de dinero.- Con la historia del susto y la simulación del robo, introduce a Forti en el domicilio y comienza así la ejecución de su macabro plan, que evidentemente Forti desconocía, este comenzó a ejecutar el hecho que él había pautado.
                Lo macabro del hecho solo se condice con quien tenía un sentimiento de profundo odio hacia la víctima.
                Estimo claramente que no se ha logrado, destruir, la posición adoptada desde el comienzo de este proceso, por la confesión de Forti, de que se entienda que él quiso participar en un hecho menos grave que el que en definitiva se consumó, no existe certeza alguna de que el supiera cual era el final de su incursión en la vivienda del matrimonio Bertotti.

LAS JURADOS POPULARES ROXANA SANDRA ALBARRACÍN, MARÍA JOSÉ COSTAMAGNA, ALBA NATALIA LEYVA, y CLAUDIA MARÍA SEGATTI, DIJERON:
                Encontrando acertadas las conclusiones a que arriba el señor Vocal Dr. Mario Comes, adherimos a las mismas y votamos de la misma manera.

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 AL RESPECTO EL SR. VOCAL DR. HUGO ROBERTO FERRERO, DIJO:(EXPLICA COMO VOTÓ PARA DESEMPATAR)
·         Al producirse un empate en la votación de esta cuestión, circunscripto exclusivamente a la situación de Leonardo Andrés Forti respecto al hecho en perjuicio de Natalia Vercesi y su hija por nacer, debo también votar para producir el desempate
·         El análisis minucioso y detallado de toda la prueba reunida me ha permitido alcanzar el grado de certeza  sobre la real existencia de un pacto entre Bertotti y  Forti para asesinar a Natalia Vercesi, cumpliendo Forti todo lo acordado, que era ir con Bertotti a la casa, golpear a la víctima para dejarla indefensa ante el victimario, su esposo Alejandro Bertotti, quien la apuñaló hasta morir.
·         Forti presencia toda la escena (lo que luego le causa una gran depresión, hasta el punto de pensar en el suicidio), e incluso resulta salpicado por la sangre de Natalia, lo que hace que cuando Bertotti le da la orden de irse, vaya rápidamente a su casa a lavarse la ropa, y al no lograr que las  manchas desaparezcan decide quemar las prendas. Días después, recibe de manos de Bertotti el resto del dinero acordado para colaborar en el asesinato de Natalia, que fue la suma de $ 4.000, existiendo testigos de esta entrega. También comparto las demás razones brindadas por el Sr. Vocal Dr. Claudio Requena, a las que me remito en honor a la brevedad.

SENTENCIA URQUIZA 94 (SEGUNDA PARTE)

43) Carlos Alberto Verón: “No conozco a Forti; conozco a Bertotti de vista. A mí me citaron para que vea unos guantes y diga qué tipo de guantes eran. Son guantes de cirugía, yo hace más de treinta y cinco años que trabajo en esto y muchas veces he ingresado a operaciones, sin tocar al paciente, porque cuando vendo diferentes prótesis las mismas van con una caja de cirugía, y aparte como los vendo sé que son guantes de cirugía. El guante de cirugía va muy apretado a la mano, por eso la posición del guante es así. Se saca al revés desde el puño, porque está muy adherido a la mano. Tiene que ser como una extensión del cirujano, es un guante adherido a la mano. Por eso cuando se saca queda con los números al revés. Tienen diversas medidas como el calzado. El guante de la foto es el histórico guante con el número de goma, ahora viene un guante nuevo que tiene como un sello de agua o no sé de qué modo se fijan o graban, pero es como con los billetes. Cada cirujano antes de la operación da el número a la asistente. Se le exhiben distintos tipos de guantes. El testigo explica que Siempre viene identificado, en el sobre o en el guante. Las medidas van de seis a nueve. La diferencia entre un guante de examen y uno de cirugía es que en el primero no hay puño, en el de cirugía tiene puño y lado izquierdo y lado derecho. Los de examen vienen en una caja apretados y los de cirugía vienen individualizados en medidas small 6, 6 ½  y 7, el médium 7, 7 ½  y 8 y el large en 8, 8 ½  y 9. Luego de habérsele exhibido las fotos del CD Nº 12 y 13, concretamente el testigo refiere: En la foto que aparece la punta metálica, se nota invertido el tamaño del número y la letra, por la forma en que se ve sacado el guante que muestra una postura lógica de sacado del guante. Ese tipo de guantes se vende excepcionalmente en el negocio. Sí el guante de examen, desde que es popular. Pero la gente es aprehensiva, en cuanto a los guantes de cirugía, los que sí vendo por menor a las clínicas y sanatorios de la ciudad o de lugares cercanos. En las fotos que pude observar está bien la posición del guante, porque como va totalmente adherido a la mano cuando se saca desde el puño queda en esa posición, o sea con el número y la letra al revés. Las medidas no responden a centímetros, sino a patrones internacionales. Los que me mostraron son todos de fabricación internacional. También hay de fabricación nacional. Viendo la foto no se puede determinar si es un guante izquierdo o derecho”.
     44) Ezequiel Carlos “Colorado” Pucheta: “Conozco a Bertotti por la televisión, y de cuando iba a buscar a Forti al barrio. Soy amigo y compañero de bochas de Forti, del barrio, de chicos, vive a la vuelta de mi casa. Todas las tardes jugábamos a las bochas en las vías, y todos los días lo pasaba a buscar un auto azul, un Bora, y él se iba y nosotros lo cargábamos y le decíamos que se había buscado un “tatito”, o sea un puto. Era más o menos a las tres y media de la tarde o cuatro. El Leo y Darío Pineda y los otros que no siempre eran los mismos, jugábamos a las bochas, nosotros siempre andábamos juntos. Leo se reía y volvía siempre con plata, no se veía si era un hombre o una mujer, pero un día estaba el vidrio bajo y se lo vio y entonces le decíamos que era un tatito y él se reía. Un día vino y compró droga para todos, merca, el Leo tenía un montón de plata, no sabíamos por qué y después salió todo esto. Cada vez que se bajaba del auto traía cien o doscientos pesos. Un día estábamos jugando por Chile y López y Planes, vino la policía, el CAP con dos policías uniformados y nos esposaron y nos cargaron a Cancún, o sea Pineda, y a mí, nos llevaron hasta el destacamento y después nos trasladaron hasta acá para declarar. Cuando el Leo se entrega, sabíamos de dónde había salido la plata. Él se reía y no nos decía nada. Lo fui a visitar a la cárcel cuatro o cinco veces, como amigo, a ver si estaba bien o no. No se hablaba de ese tema. En López y Planes y Río Segundo, ahí jugábamos a las bochas, el Leo siempre agarraba para Caseros. Casi todos los días venía ese auto y cuando regresaba el Leo siempre traía una moneda para comprar algo, comíamos y tomábamos algo. Él subía al auto y después volvía. Un día vimos que era un hombre y después vi que era  Bertotti. Después supe que se llamaba Bertotti porque salió en la tele y todo. Un día Leo vino con mucha plata y compró mucha frula para todos, después del día que sucedió todo eso. Un viernes, después que sucedió el hecho, en la ruta el Leo había comprado droga y estábamos todos juntos y le dio como una convulsión. Vino la ambulancia y todo, se le fueron los ojos para atrás, ya era de noche. Empezamos a la mañana y a la noche le agarró la convulsión. Llamamos a la ambulancia, y después lo llevamos a la casa para que se dé un baño y se quede. Cuando digo merca me refiero cocaína y faso, o sea marihuana. Al Leo lo detuvieron al tiempo, no ese día. Ese viernes fue el viernes siguiente. Cuando terminamos de declarar nos tuvimos que ir caminando para el barrio. Por más que me trajeron de ese modo, yo declaré la verdad. Lo mismo que declaré ahora. Consumo desde los catorce o quince años. Cocaína comencé a consumir de más grande. Los chicos, hoy día, lo más común es que comiencen con la marihuana. Cuando llegué a jefatura nos sacaron las esposas. Nos trajeron sin esposas a Tribunales pero con los policías al lado. Conozco al policía Valero pero no hablé de esto con él. Él es de la Brigada Antidroga, y como nosotros nos juntamos siempre en las esquinas nos revienta para saber si estamos fumando algo raro. Nosotros lo cargábamos al Leo con que el del auto era un tatito, y después cuando vemos en la televisión a Bertotti, lo reconocemos como el “tatito” con que nosotros antes lo cargábamos al Leo. Los que nos juntábamos éramos el Gordo Nacho o sea  Ignacio Bronzone, Lucas Pérez y el Manuel Castro, son todos del barrio y no venían siempre, sino que ellos mayormente trabajaban. Venían a veces. Cuando el Leo tuvo las convulsiones sabíamos que la policía estaba buscando a los que habían hecho eso. A los que habían matado a la chica”.
     45) Carlos Darío “Cancún” Pineda: “Soy amigo de Forti desde chico. No conocía a Bertotti. Lo vi ahí nada más. Un viernes a la noche lo vi, fui a la casa del Leo y él (por Bertotti) estaba ahí, le fue a llevar el dinero, se lo dio ahí al lado mío. No supe cuánto era el dinero. Vi que era así más o menos (señala un montón grueso de billetes). Estuvieron un rato hablando y después se fue, con un perro marrón bóxer y un gorro con orejeras. Lo vi antes cuando nosotros jugábamos a las bochas y lo buscaba a él (Leo) y él nos decía que era un puto, y cuando el Leo volvía venía contento, porque venía con plata. Cuando le da la plata, le pregunté nomás quién era y me dijo Bertotti y nada más. No quise saber nada más. Además de esa vez a Bertotti lo vi dos o tres o cuatro veces más como máximo. No me acuerdo bien, una vez lo vi en el Supermercado 555 que está en Caseros y López y Planes, en la orilla de la vereda. Él estaba en el auto azul, adentro del auto. Forti estaba afuera, apoyado en el auto, del lado del acompañante. Yo pasé, lo vi y  nada más. Ahí no conocía a esa persona. Otra vez cuando estábamos jugando a las bochas en la vía, en calle López y Planes, entre Río Primero y Río Segundo, a dos cuadras de Caseros. Ahí pasa por al lado nuestro, entra por López y Planes con el auto azul, y se pone a hablar con él. Nunca lo vi que se fuera en el auto con él. Todos le preguntaban al Leo por qué andaba con plata y él decía que era un puto que le daba plata. Yo sabía que Forti tenía plata porque la gastábamos juntos. Le decíamos a Leo, poné cuatrocientos pesos y compramos droga y cerveza, y él puso la plata. Cuando se le pregunta a qué droga se refiere, responde: Merca, una cosa blanca. Un viernes, a los pocos días del hecho, salgo de mi casa y lo veo a él que estaba en la esquina y lo veo hablando con él, o sea con Bertotti. La persona era la misma persona que antes había visto en el auto. Esta vez estaba caminando. Vi que le entrega un taquito, con tres o cuatro mil pesos pienso. Él me habrá dicho que era esa cantidad. Hablaron y él se fue caminando, y el Leo se quedó conmigo. Estaban cerca, de acá a ahí (y el testigo indica una distancia entre él y el Sr. Fiscal). Nunca le pregunté al Leo por esa plata, estuvimos en mi casa hasta las seis de la mañana drogándonos y después fuimos hasta el quincho del barrio, donde estuvimos el sábado hasta las ocho de la noche que le dieron al Leo las convulsiones y casi se muere. El viernes era después de las nueve o diez de la noche. Después me entero que era él, por las noticias, por la tele, la radio. Cuando me dijo que era Bertotti, yo no le pregunté más nada. Cuando vi lo del dinero, Leo se quedó callado,  no dijo nada. Supe todo esto cuando el Leo se entregó. Él estaba mal, el sábado a la noche después que le pasó eso nos dijo que estaba mal. Al ratito nosotros fuimos a su casa y él estaba en su cama y le dimos una Seven Up y no podía dormir. No sabíamos si podía haber sido él el que cometió el hecho, pero como estaba mal lo pensamos. Al otro día yo estuve un rato con él justo antes de que se entregara. No hablamos nada pero me dijo que se iba a entregar. Yo me quedé mirando y me fui porque no lo podía creer. No le pregunté nada y me fui. Yo y Pucheta estábamos en el barrio y nos agarró la policía y nos trajo a declarar. Eran cuatro personas. Nos llevaron a la policía y de ahí nos trajeron acá, a Tribunales. Nos llevaron en el auto de la policía. Nos llevaron esposados hasta la policía, ahí nos sacaron las esposas y nos llevaron a Tribunales. Consumo drogas desde los dieciséis años, a Puchetta lo conozco de chicos y a Forti también. A Diego Forti también lo conozco, es el hermano. El que tenía gorra con orejeras era Bertotti. El Sr. Fiscal de Cámara le pregunta si alguna vez fue influenciado para declarar de algún modo, especialmente a favor de Forti, manifiesta que siempre declaró la verdad, que siempre declaró lo mismo. Un día el Leo me contó que había participado del hecho, pero no le creí mucho. Estaba mal anímicamente. Leo dijo una vez que le tenía que hacer un trabajito a un doctor, pero yo no le di bola ¿Qué trabajo podía hacerle a un doctor si Leo no sabe hacer nada?”.
     46) Rafael Vicente Chirana:El ocho de julio de dos mil nueve estábamos en zona sur de la ciudad, rastrillando por el hecho Baroni de Santa fe. Nos avisan vía radial de un hecho en Urquiza Nº 94. Yo estaba con Díaz, Mattalía y Ferrero, llegamos, había varias personas, un hombre mayor, creo que el padre de Bertotti, Bertotti, entramos los cuatro policías. La división de investigaciones se divide en cuatro, uno para cada Fiscalía, y cada uno trabajaba con sus comisionados. Díaz y Mattalía siguen con el hecho, estaba de feria la Dra. Faillá, pero por la fecha le tocaba al Dr. Alberione. Había sangre al ingresar a la casa, manchas en el piso, paredes, por todo el piso, y en la cocina estaba el cuerpo sin vida de Natalia, con una mano en la pared, y tenía un gran corte en el cuello. Luego seguimos haciendo nuestro trabajo. Nos dijeron por radio que era un robo calificado y un homicidio. Me relataron cómo había sido, que habían entado por el garage. Lo que digo lo digo porque otro policía me lo informó. Estuve media hora o cuarenta y cinco minutos. Cuando yo estuve creo que estaba la Dra. Faillá, yo no la vi ni hablé con ella. Permanecí más tiempo al lado de la víctima. Pude no haber visto a alguien en el interior aunque hubiese estado. Estaba Bertotti, el padre y creo que lo asistían a Bertotti. Luego supe que el que estaba era el padre de Bertotti, no lo conocía como así tampoco a Bertotti y a la víctima. No recuerdo haberlo visto a Bertotti en otro lugar. El Principal Díaz hablaba con Bertotti. Yo lo vi desde la cocina. No vi terceras personas en la conversación. No recuerdo cómo supe pero sé que se hizo presente la doctora que estaba de turno. Se le exhiben las fojas 381/383 vta., reconoce su firma y el contenido y se incorporan. Cuando llegamos había policías en la puerta. Se le exhiben las fotografías de fojas 15 a 23, que ya han sido incorporadas al debate para que manifieste si cuando llegó al lugar las cosas estaban de esa manera, dice que sí. En los casos de robo calificado no era común el ensañamiento, éste es el primero en mi experiencia en lo atinente a robo calificado con muerte, no a homicidio. A mí me quedaron dudas de que fuera un robo”.
     47) Héctor Pedro Peiretti: “Lo conocía de vista a Forti. Recuerdo que venia hablar por teléfono a mis cabinas de Caseros y Larrea, es mi negocio. Lo reconocí cuando lo vi en la televisión. Venía antes de la fecha del hecho. Yo tengo un maxi-kiosco en Caseros y Larrea. Ahí tengo cuatro cabinas. Yo conocía al padre y a la madre de Forti, a los chicos los conocía de vista, ahora sé que son Diego Forti y Leonardo Forti; ahora por los hechos sé cuál es cuál. Primero a Leonardo por la tele y después a Diego porque me decían ése es el hermano. No sé dónde viven los Forti, no sé a que distancia de las cabinas, sé sólo que viven en el barrio. A Diego no recuerdo haberlo visto hablando por teléfono, a Leonardo sí. Lo vi hablando varias veces a Leonardo. Por televisión tomé conocimiento de la detención de Leonardo Forti. Desde esa fecha para atrás no puedo precisar cuándo es que iba Leonardo Forti. No sé si meses o días antes, iban siempre. En el lateral este y al oeste empieza el barrio Roque Sáenz peña o las ochocientas viviendas. No sé si en las ochocientas hay cabinas telefónicas. Mi domicilio es barrio las ochocientas. Es por Río Tercero 766, mi domicilio particular. Los padres de Forti viven en las 800. Y Leonardo creo que vivía con sus padres, no estoy seguro. Diego no sé dónde vivía. Desde el año ochenta y dos vivo en el barrio, desde que se inauguró. Conozco la calle Río Segundo, pero está lejos de la calle Río Tercero. De ocho menos cuarto de la mañana a once y media de la noche es el horario de trabajo de mi negocio, también atiende mi señora, siempre estamos los dos, no nos dividimos el trabajo. A mi negocio concurren muchos jóvenes. Vienen a comprar  golosinas, cigarrillos, algunas gaseosas, y algunos jóvenes usan el teléfono. A pedido del Dr. Brito señala que de la primera fila del público de esta sala de audiencias, y en el sector derecho, conozco a la señora o señorita y a la señora, son Nelly de Bertotti y María Florencia Bertotti, (madre y hermana del imputado Bertotti) porque son clientes del negocio. Que yo recuerde la Sra. Bertotti, la mamá, es cliente hará un año que yo recuerde y la hermana no hace más tiempo, iba a sacar fotocopias para el colegio. Sobre Caseros y Sáenz Peña hay otra cabina telefónica. Elda Bovo se llama mi esposa. A una cuadra hay un supermercado 555 hacia el sur. Yo fui entrevistado por la policía, y me preguntaban si conocía al chico Forti, y la frecuencia que venía a hablar. No uso lentes. La empresa de teléfonos que yo tengo es de Río Tercero. Sale un ticket cuando se habla por teléfono y se le entrega al cliente, a mí no me queda ningún registro, no sé si queda en la empresa, en Río Tercero. A mi negocio vino la policía, la policía revisó mis maquinas tickeras, y me preguntaron cómo era el mecanismo. Son personas más grandes las que usan las cabinas, en aquella época había menos celulares y las usaban todos, ahora los chicos tienen más celulares”.
     48) Mirta Edith Saluzzo: “Tenemos un maxi kiosco, en calle Marmol 498,esquina Uruguay, cerca del hospital, a dos cuadras, tengo unas cabinas telefónicas, no los conozco a los imputados, al Sr. Bertotti sí después del hecho porque iba a hablar por teléfono, iba por la mañana en un auto azul, yo creía que era enfermero por la ropa. Tenía dos cabinas telefónicas en esa oportunidad, ahora hay una sola. La empresa es de Río Tercero, el servicio lo tenía un Sr. Peralta, que cobraba la recaudación. No sé cómo se llama la empresa. Los teléfonos son 438447 y 438448. Yo vivo al lado del negocio. Es hacia el oeste del hospital, a dos cuadras. Lo atendemos yo y mi marido, yo a la mañana y él a la tarde. Yo no sabía quién era el que hacía las llamadas telefónicas. Tenía pantalón verde agua y camisa, yo creía que era enfermero. Habrá ido tres o cuatro veces, cerca del mediodía, tipo 11:30 u 11.15 hrs. Creo que las comunicaciones eran cortas.  No tuve diálogos con esa persona. Se conducía en auto en un auto azul, yo no sabía la marca, después me di cuenta. Ahora sé quién es porque vi en la televisión que le hacían un reportaje, y le comenté a mi marido: mirá este muchacho vino al negocio, y era el Sr. Bertotti. No me llamaba la atención nada, era un cliente normal, por estar cerca del hospital vienen muchos médicos, enfermeros, enfermeras. Me entero por la televisión. No me queda ninguna planilla con el detalle de las llamadas. Cuando vino, creo que fue dos semanas antes del hecho, estimativamente, él fue a hacer las llamadas. El fue a hacer las llamadas en la misma semana, vino seguido, las dos, tres o cuatro llamadas, fue seguido, por eso me acuerdo. Cerca de mi negocio no hay otras cabinas, la más cercana es en el ACA, sobre la ruta. Dominga Cullen es la calle del hospital, al 400 es más o menos a dos cuadras de mi casa. No puedo precisar fechas, pero fue a mediados de junio. La ruta es la ruta nacional 19. Por Brigadier Bustos e intersección con Padre Gervasi en esa época había cabinas. Desde padre Gervasi y Dominga Cullen hasta el hospital hay dos o tres cuadras por las cortadas. En el hospital hay teléfonos a moneda, no sé cuántos. Yo creo que en julio de 2009 estaba abierto ese negocio, después murieron los dueños y lo cerraron. En una época lo atendió un sobrino cuando se murió uno de los dueños, después muere la pareja y cierran. La empresa de Río Tercero, era sociedad anónima, no puedo precisar el nombre. La policía vino a interrogarme por este hecho. Peralta era como el representante, el que colocó las cabinas, el encargado de dar las sábanas. Después del hecho pasaron dos semanas más o menos hasta que vino a visitarme la policía”.
     49) Diego José Peralta: “Tengo un telecentro, es un maxikiosco,  por Bv. Roca esquina Bv. Buenos Aires. Conozco a Bertotti, soy amigo del hermano, Guillermo. A Forti no lo conozco. Tengo tres cabinas telefónicas. Yo a la tarde tengo reparto de diarios  y me dicen que busque más porque había habido un hecho grave con muerte en la ciudad. Después vino Mattalía y me pide las sábanas y se las conseguí para el día siguiente. Bertotti había venido a hablar al mediodía ese mismo miércoles del hecho. Yo me entero después de las 7 de la tarde, es Eduardo Juncos quien me dice que pida más diarios porque habían entrado a robar a una casa y le habían matado a la mujer. Yo le pregunté de quién, me dijo de Bertotti, Alejandro, el jugador de básquet. Y yo comento “uh, justo hoy al medio estuvo acá en el negocio”. El había estado llamando por teléfono. Y yo le comento a Juncos, que siempre viene tipo 10 a buscar la plata, y esta vez vino antes porque me decía que pedía más diarios. No recuerdo el número de mi cabina telefónica, no recuerdo de qué cabina llamó él, la llamada fue corta. Sólo recuerdo el número de fax, de las otras tres no. El estaba vestido con ropa de doctor,  celeste o verde. Yo imprimo el ticket para el cliente y a mí no me queda nada, para la empresa sí que es de Río  Tercero, se llama servicios públicos, a ella le quedan las sábanas, la registración. A los días no me acuerdo, viene un policía Mattalía, que venía de parte del fiscal y que necesitaba la sábana del día miércoles, yo llamo a la empresa y a los días me llega, llamo a Mattalía y se la entrego”.
     50) Mariano Germán Gerlero: “Vengo a vivir acá en julio del 2008, no trabajé en el hospital. Yo trabajaba de 4 a 8 más o menos, dependía de los pacientes. Mi relación con Alejandro era laboral pero también un poco de amistad. En el 2009, 10 días posteriores al hecho, creo que un viernes al medio día, yo estaba con un paciente atendiéndolo, Alejandro abre la puerta del consultorio y me pide mi celular, después me lo devuelve, y me pide que borre la llamada; como yo tenía buena relación con Alejandro no pensé nada malo. Después con un amigo Constantino que también trabaja con nosotros me comenta, me pregunta si a mí me había pasado lo mismo porque a él le pasó lo mismo, que le prestó el teléfono y después le pide que borre las llamadas, y corroborando con mi amigo la llamada era a la familia de Forti. Él es el que corrobora la llamada creo que por un 0600 de la empresa de teléfono de él, la empresa nos da el teléfono y lo buscamos en la guía y era el de Forti. Una vez comentando con el padre de Alejandro, sobre cómo va el caso, me dijo que tenían como prueba la llamada de mi teléfono hacia Forti. El me dice que fue para pedirle un dinero que le había prestado a un hermano de Forti. Yo no estaba en la ciudad el día del hecho, lo vi al día siguiente en el velorio. Me entero desde Rosario donde yo estaba que habían matado a su mujer y que él estaba grave, ésa fue la primer noticia que yo tuve. Yo lo vi un lunes un ratito en el trabajo, después el viernes que me pide el celular y luego el lunes siguiente que pasa a verme para despejarse un poco y lo llama la madre que había unos policías afuera de su casa y él se fue y no lo vi más, sólo hablé por teléfono, nunca lo fui a visitar. El hecho pasó un miércoles, ese vienes siguiente no, el otro, el 17. En esa época había teléfono fijo en la clínica, pero lo del teléfono fue rápido, no me llamo la atención que me pidiera el teléfono. No recuerdo si alguna vez antes me había pedido el celular. Sinapsis está en Avellaneda 348. No trabaja que yo sepa nadie llamado Héctor Frutos, el teléfono es 424016 y hay otro que no se usa mucho pero no lo sé. No sé a nombre de quién viene la boleta. Alejandro es tranquilo, amable, sereno; él a nosotros siempre nos pagaba en tiempo y forma. No tendría nada malo para decirle. Neurosinesis es un centro de rehabilitación, ahí se realizan capacitaciones y trabajan dos personas de referencia. En el 2009 en ese centro de rehabilitación estaba previsto un curso de neurodinamia, me parece que era el 5 de agosto, nosotros habíamos hecho los depósitos bancarios para asistir, no recuerdo cuándo hicimos el depósito, debe haber sido un mes antes, yo pude ir, Alejandro no porque estaba detenido. El número 03564-15651191 es de mi celular, creo que cuando Alejandro me pide mi celular él ya no tenía, creo que por la causa. Antes del hecho él tenia celular, pero no recuerdo el número de memoria ni el de Diego Constantino. Él cuando hace el llamado se va a una pieza del lado, mi habitación estaba cerrada la puerta. La paciente me comenta que le había llamado la atención el pedido del celular. No sé si alguna persona de Sinapsis llamó a Bertotti ese día, yo no estaba. Ese día en Sinapsis estaba Diego Quaglia, y había otro compañero. El Fiscal explica que hay una llamada a Sinapsis a las 18.30 o sea antes del hecho, pero no yo no estaba no sé si el llamado se atendió y quién lo hizo. En explorer el número aparece Héctor Frutos, debe ser el titular de la línea, no sé quién es. Yo estaba atendiendo a Luciana Storani. Otra vez que uno presta el celular a alguien por falta de crédito o por lo que sea, no se borra la llamada”.
     51) Policía Jorge Ariel Mattalía: “Un día a la tarde tomamos conocimiento, estábamos con el jefe de la división y Ferrero, tomamos conocimiento por vía radial, que el hecho era por la ruta, por Urquiza, en un primer momento pensé que había sido un hecho de arrebato. Ya estaba yendo un móvil policial. Llegamos al lugar estaba Alejandro en el living parado y me dijo mirá lo que me hicieron. Miro y había lío, unas sillas tiradas una bicicleta, y llegué mirando con cuidado, tratando de no pisar, hasta que la veo a una persona tirada, muerta con una gran mancha de sangre. Había un gran desorden, un tacho, una madera rota. Se le exhibe la fotografía de fs. 126 a fin de observar el desorden. A Alejandro no lo conocía y a Forti sí pero por nombre no lo tenía individualizado. Las fotos son tal cual dije. La mancha de sangre, también hay otra en frente, en la cocina hay salpicaduras de sangre también. En el dormitorio no había un desacomodo. Fui con cuidado porque no quería ensuciar la escena, hasta que no saquen las fotos y todo eso. De la observación de las fotos, fs. 21 superior, después del cuerpo de Natalia, cuatro o cinco mosaicos, baldosas,  no había manchas de sangre. Sin huellas, lo que  significaría que no salieron por el patio. Yo observé todo, se puede observar una mancha de sangre, y los mosaicos que ocupa Natalia, no hay rastros de sangre ni pisadas hacia el patio. Es imposible que hubiesen salido por  el patio, es lo que pienso con posterioridad. La posición del tendedero es tal cual la foto. No controlé si la puerta estaba con llave. Después cuando llevan a Natalia no me acuerdo si el cuñado y o el padre de Alejandro sacaron el perro del patio. No me llamó la atención que el perro no ladrase con toda le gente extraña que había. No es común este tipo de hechos en la ciudad. A posteriori yo estaba en el living, yo observaba para después analizar, salgo afuera con el principal Díaz y Ferrero, porque Díaz me dice que habían salido por el frente, que se lo dijo el Ale. Hay que tratar de ver y buscar y encontrar si alguien vio algo. Entonces me cruzo al frente a la ex fabrica militar y el guardia me dijo que no vieron nada, le pregunté si tenían cámaras y me dijo que no, después seguí caminando, amplié el lugar, a un negocio de escapes donde me dicen que se enteraron del hecho pero que no vieron nada. Sigo caminando y por la misma vereda hay un negocio de venta de lácteos, y le pregunto si vieron  a dos personas corriendo, y me dijeron que no. El perro lo sacan después de que levantan el cuerpo de la chica. Sé que fue después pero no cuánto tiempo después sacaron el cuerpo. Cuando llegamos al lugar nos encontramos con Alejandro que ya le había dicho a la policía que habían sido dos personas las que lo asaltaron, no sé a quién le dijo, me imagino que a la policía del comando. El me dijo mirá lo que me hicieron, mirá lo que le hicieron a Natalia, yo no los conocía. Yo cuando llegué al lugar no pensé encontrarme con ese cuadro. Es un lugar de buen tránsito, de fluido tránsito. Además del tránsito vehicular no le podría decir de peatones, si gran cantidad o poco, eso no sé. En un momento que estoy saliendo para no quedarme en el lugar donde estaba trabajando viene el Dr. Balsa, que todos lo saludaban, yo no lo entrevisto a Bertotti, el que estaba más cerca, hablando con él era Díaz. Pasó algo que nunca sucede, pero a veces sucede. Cuando yo abrí la puerta para salir afuera estaba lleno de gente, de médicos, profesionales, eran una persona conocida, no sé. Cuando el Dr. Balsa entra al lugar sinceramente yo pensé en la nena, porque el es pediatra. El padre ya estaba adentro cuando yo llegué. Nosotros llegamos cuando el servicio de emergencias se retiraba. Llegamos y vimos un cuadro de una persona desesperada, que habían matado a su mujer embarazada. La escena del crimen, lo primero es la emergencia médica, para mí. Cuando nosotros llegamos para mi teníamos la certeza de que estaba muerta. Al ver que la asistencia se retira uno supone que es porque no se podía hacer mas nada por la persona muerta o por el feto. Nosotros no llamamos a la ambulancia. Yo llegue y estaba un señor con Alejandro, después me entero que era el padre. No sé si llegó antes o después que la policía. Después salimos a buscar algún dato, conocemos gente de la ciudad, y a veces los buscamos por si saben algo o escuchan y anónimamente nos informan, pero no tuvimos respuestas. Volví al día siguiente con directivas precisas, no sé si las directivas las dio el fiscal, a mí me las dio mi superior, buscamos, volvimos al lugar e hicimos todo lo relacionado el hecho, personas, armas, la doctora Faillá cuando llegué estaba. Hicimos un rastrillaje, en los techos, baldíos, se le preguntó a personas, al Frigorífico Las Moras, que está a la vuelta, si algo les llamó la atención, cuántos empleados tienen, y no obtuvimos respuestas. No recuerdo haber entrado a la casa al día siguiente. Todos, quiero decir Ferrero y Díaz, y otros varios, no me acuerdo quiénes éramos. Con la empleada doméstica hablé pero no en la casa. Esa mañana aparentemente había personas en la casa, limpiando, no tuve conversación con esas personas, no sé quiénes eran. Trabajamos con cosas concretas, no con chismeríos, el Fiscal pidió cosas concretas. Estando de turno no recuerdo la fecha, por vía radial nos informan del arma sobre el techo que apareció, le comunico a Alberione y quedamos en encontrarnos y fuimos caminando hasta el lugar, nos atendió el hijo del dueño, Luna, y nos acompaña hasta el lugar donde estaba el arma. Yo no lo revisé antes a ese lugar, a otros sí pero a ese lugar no. Se llamó al fotógrafo, se sacó fotos. Se pidió instrucciones para levantarlo, para no cometer anomalías, y nos indicaron que lo pusiéramos en un sobre de papel y así fue, llamamos por teléfono donde hacen las pericias a Policía Judicial para las indicaciones. Teníamos algún dato de la conexión de Forti con Bertotti, el dato surge por los telecentros. Al día siguiente fuimos siempre con la idea del robo. Se corre un rumor que Bertotti había estado hablando desde unas cabinas telefónicas. Voy a unas cabinas por Bv. Buenos Aires y Bv. Roca de un Sr. Peralta, y le pregunto si había estado un Sr. Bertotti y me dijo que sí, que había estado hablando por teléfono, que le llamó la atención que un profesional con celular use cabina. Y que él se entera lo que le pasó a Alejandro por su hijo, y el comentario fue por su seguridad que les entren a robar en el comercio. Ahí me tiran las sábanas y ahí estaba el teléfono de Forti. Yo le dije que después lo iban a llamar a declarar. Después de eso a mi se me ocurrió ir al hospital y rastrear los teléfonos públicos para sacar algún dato, y no sacamos ningún dato. Después fui al telecentro de una chica cerca del hospital y ella me dijo que ese hombre que ella ve por la televisión iba a llamar por teléfono ahí, yo no llevé las sábanas, en cambio el Sr. Peralta me dio dos hojas impresas como fax, al señor de la cabina de Caseros yo no lo interrogué. A la señora del telecentro cerca del  hospital le tome los datos y le dije que la iban a citar a declarar, pero ella no me dio sábanas ni nada. El día que lo llevan a Forti, me llama Alberione, era un domingo, cerca del medio día, yo estaba con mi familia, me dice que se iba a encontrar con un persona que podía estar relacionado con el hecho de la muerte de Vercesi, que nos encontremos, me llevo mi cuñado porque yo estaba en moto, pusimos un punto de encuentro, cerca del negocio de Carioni. Alberione me dijo si algo pasara no dudes en entrar al lugar, marco mi número y dejo el teléfono abierto, se puso el teléfono en la camisa y entro, lo único de acá el chico no se va, o sea se va conmigo o con ustedes. Yo estaba a 50 metros del lugar, para ver si salía o entraba alguien. Yo no escuchaba muy correcta la comunicación. Alberione dejó abierto su celular y el mío. Dr. Había riesgo de vida para Alberione pero en mi profesión yo salgo de mi casa y no sé si vuelvo. Yo nunca lo vi armado a Alberione. No es violento Alberione, jaja risas. Yo si algo pasaba le prestaba colaboración y protección. Alberione estaba en una casa, no recuerdo si es por Río Segundo al 700. Además yo estaba ahí por si había que detener a alguien. El a mí no me dio explicación me dijo que iba a tener una conversación con una persona. Sale Alberione con una camionetita, y esta persona, yo lo sigo, y detrás nuestro venia el padre del chico, con otra persona mas, yo me entero después quienes eran Medina y el padre del chico. Venimos hasta Tribunales, ingresaron al edificio, yo mantenía una distancia de la persona y el fiscal, jamás me vieron. Después el papá del chico y Alberione me dijeron que ubique al Dr. Corón Montiel, voy a la casa y una persona me dijo que estaba jugando a las bochas, pero no sé en qué club, y lo busqué, lo encontré y le dije hay una persona Forti que quiere declarar y lo necesita y el dijo quien es Forti, no ahora estoy ocupado, no voy, cuando me desocupe voy, después volví a buscarlo lo encontré en otro club y tampoco me dio bolilla entonces lo van a buscar ellos. A Forti lo trasladé hasta la comisaría después. En ese momento no hablé con nadie, no sabía la participación de Forti en el hecho, no podía hablar con nadie, cuando el padre me dijo que busque a Corón no me dijo que tenía que ver con el hijo. Lo llevamos a Forti, creo que con Díaz o algún personal del comando. Después de tantas horas de declarar ya sabíamos qué había hecho Forti. Yo concurrí al día siguiente afuera de la casa a planificar todo, los rastrillajes y etc., estábamos Ferrero, Díaz y yo y no me acuerdo quienes más pero había más personal seguro. No recuerdo si Díaz y Ferrero entraron al día siguiente a la casa. Yo me ocupé de mi trabajo pero seguro alguien subió a los techos, porque esa era una de las tareas especificadas. Es así en todo los hechos que uno investiga no solo en este caso. Esa noche de la escena del crimen me retire no se si a una hora o a dos, no me doy cuenta de la hora, no llevo ni reloj. Me tengo que haber retirado con algún compañero de trabajo porque estábamos en el auto de la policía, pero no me acuerdo con quien. Yo la vi a la Dra. Faillá adentro cerca del comedor, pero no se si cuando yo me retiré la Dra. Faillá ya se había retirado o no. No se a qué hora se retiró el personal policial, el último personal policial sea del comando o de investigaciones, no se a que hora se fueron. No se si alguien ordeno que se vayan del lugar, la mayoría del personal que entró trabaja en investigaciones, las demás eran personas del comando, Cabrera, Almirón por ejemplo que se llegó hasta el lugar. Yo todo esto que entré, que vi, que miré, lo que hice esa noche, nunca lo declaré, si declaré lo del arma y lo de las cabinas. Tampoco declaré nunca nada sobre todo lo de la detención de Forti.  Yo al chico cuando llego a tribunales no lo vi, lo vi de espaldas siempre, al padre si lo vi muy dolido. Yo allané la casa de Forti, secuestramos unas zapatillas, un pañuelo, ropa, la casa de Bertotti también la allané. Se le exhiben las fojas 660, 653, 654, 238, 307, 317, 522 reconoce todas la firmas y manifiesta que trabajó bastante mas de lo que dicen las actas. Secuestramos los cuchillos que podían estar relacionados, había más cuchillos que los que secuestramos, los cuchillos estaban en el cajón de la cocina, y limpios. Cuando sale la orden de detención justamente íbamos para la casa de los padres de él. Por Rivadavia  y Paraguay lo interceptamos y lo detuvimos. Siempre creíamos en lo que él nos contaba, a nuestros dateros le decíamos que busquen por el robo. Cuando aparece el video dejamos de sospechar en el robo y se ve a él solo en el auto y ahí ya pensamos que él nos mintió. No participamos en el secuestro de las cámaras eso lo hizo gente de Córdoba. Si no hubiese aparecido la cámara todavía estamos buscando a los ladrones. Al otro día Alberione se hace cargo del caso, mi división de trabajo estaba con Alberione. No somos tres o cuatros policías los que trabajan, somos muchos, al menos todos aportan, dan datos y nosotros investigamos, Alberione no tiene hora, a nosotros nos llaman a cualquier hora y nosotros a él también, lo que sí cosas importantes sino ni llamamos”.
     52) Leonardo Oscar Rostagno: “No conocía a Forti, sí a su hermano de años atrás. Con Bertotti teníamos amigos en común y él trabaja con mi tío. Preferiría que me hagan preguntas por la intimidad de Natalia. Yo a ella la conozco de toda la vida, fue mi novia, pero antes cuando éramos chicos mis primos Taglioretti vivían cerca de Vercesi–Santoni entonces nos conocíamos de siempre, igual que con su hermano. Mi relación no fue un noviazgo formal, fue típico de la edad. Creo que fue cuando ella terminaba el secundario y empezaba la carrera terciaria. En esa época mi vinculación con ella duró muy poco. Yo me enteré que se puso de novia con Alejandro y después se casaron. En esa época no seguía la vinculación con ella. Con posterioridad si, pero no recuerdo la fecha. Creo que 2005 o 2006 pero puedo estar equivocándome. Cuando a mí me llama a declarar Alberione yo le dije que no estaba seguro, así que puede haber errores.  Nos cruzábamos por la calle, nos mirábamos, un día le mando un correo electrónico sin ningún tema y ella me lo contesta de igual forma. A su correo lo obtuve por un contacto en común que es Carolina Olocco. Y nos empezamos a comunicar por vía internet. No sé cómo avanzó la relación, un día nos vimos, en mi quinta, no se cuanta veces nos vimos, no se si fueron cinco o seis veces, no era una relación estable, fue durante dos o tres años. A veces pasaba un tiempo sin vernos y después nos volvíamos a contactar. Yo creo que nos dejamos de ver un año o un año y medio antes del hecho. Ella en una oportunidad me dijo que estaba embarazada y me dijo que no sabia de quién podía ser. Tengo entendido que lo perdió al embarazo.  Nos encontrábamos también en otros lugares, a veces en el consultorio de mi madre, otras en Le Privé, aclaro que no todas las veces teníamos que tener contacto físico. Teníamos relaciones sexuales, pero no todas las veces. Yo creo que Alejandro no tenía conocimiento de nuestros encuentros. No nos veíamos en la época que perdió el embarazo, había posibilidades que sea mío porque nos veíamos antes. Del último embarazo de ella tenia conocimiento, porque nos comunicábamos en forma no estable, a veces más seguidas y a veces pasaba tiempo sin comunicarnos, nos comunicábamos por msn o por mensaje de texto, no nos veíamos. Tengo entendido que no se llevaban bien con Alejandro. En alguna oportunidad ella me pregunto si ella se separaba yo que haría, y yo le dije que ella tenia que seguir con su familia por sobre todo por su hija. El segundo o tercer mes del último embarazo me alejé. Algún amigo mío íntimo, uno o dos, conocían de mi relación y mi tío. Preferiría no decir quienes son mis amigos”.
     53) Gustavo Alejandro Galarza: “Estuve trabajando en un local que se recuperó en Urquiza Nº 50, el trabajo mío era de electricidad y pintura, colocación de membrana, todo eso. Hice la parte de electricidad y en la segunda semana empiezo a trabajar en el techo, en las goteras, y trabajo toda la segunda semana y parte de la tercera semana. En el medio llovió y el lunes tenemos que volver a arreglar el techo. Después al dueño se le dio que teníamos que arreglar las canaletas, que eso arruinaba el local. Yo las arreglo con la membrana caliente  y después le poníamos una pintura, yo estaba soldando eso y le dije al chico que buscara el tarrito que yo me había olvidado. Lo mando al chico arriba a buscarlo y  me dice Turco mirá lo que hay acá. Le dije qué es,  y me dijo mirá, un cuchillo, y yo instantáneamente le dije dejá eso que es del caso Bertotti. Yo había estado antes en ese lugar, en el mismo lugar donde encontró ese cuchillo, la segunda semana de trabajo y no había nada. Cuando él me muestra le dije acomodalo como estaba, y yo llamé a la policía. Vino el oficial Mattalía, lo conozco porque yo vivo al lado del Comando. Se le exhiben las fotos de fs. 530-536. Indica la pared sobre la cual encontraron el cuchillo. Es un lugar de fácil acceso. Yo estuve ahí sentado con las piernas colgando varias veces y tendría que haberlo visto desde el primer día y no lo vi. Al otro día fue la mamá de la chica Vercesi a preguntar, quería saber dónde estaba el lugar donde fue encontrado el cuchillo. Cuando se encontró el cuchillo ya era la tercer semana de trabajo, o sea que ya hacía diez días que trabajaba en el lugar reparando las chapas que eran muy viejas y se colocaba membrana. Me arriesgo a decir que de afuera se hubiera visto. El chico que lo halló es empleado del comercio, por mi comodidad le pedí el tarrito, tendría que haber bajado yo a buscarlo. Llegó la policía, llamé al comando primero y el comando me dice que ellos le iban a avisar a jefatura y ellos vinieron, Mattalía y otro policía que no me acuerdo, y creo que Alberione llegó o llegó después”.
54) Diego José Constantino: “No conozco a Forti. Con respecto a cómo lo conocí a Bertotti, lo conocí a través de una médica del Sanatorio San Justo para hacer un reemplazo porque él iba a hacer un curso. A partir de ahí empezó una relación laboral en el Sanatorio San Justo y en Sinapsis. Yo le presté mi celular el 17 de julio de 2009. Yo estaba trabajando, viernes a la mañana en Sinapsis y lo llamo más o menos a las once menos diez con el teléfono de Sinapsis a su celular para ver si iba a ir para arreglar unas cuestiones económicas. Él me dice que sí iba a ir. Estaba Mariano Gerlero, el otro colega. Tomamos un café en la cocina, Mariano se retira y once y  media o doce menos veinte Alejandro me dice me prestás tu celular un momento para hablar con el abogado, creo que en ese momento era Moyano. Sinapsis tiene dos partes. Adelante están los consultorios y atrás está la parte de rehabilitación, me dice si le hacía un favor y le iba a pedir el dinero de los pacientes a la secretaria. Voy adelante y  me devuelve el teléfono, me dice no me pude comunicar. Yo me retiro y salgo con el auto y cuando salgo con el auto hago unas cuadras y me fijo en mi teléfono si había un registro y no había ningún registro. Yo deduje que podría haber borrado la llamada. Llego a mi casa y pasan los días. Lo veo el miércoles siguiente, él iba al consultorio después de las cinco de la tarde. Lo veo ahí y  me pregunta si habían llevado unas radiografías. Le dije que no y se fue a buscar las radiografías, volvió, se quedó un rato y se fue. Por lo general los fines de semana nos íbamos turnando para hacer el internado del sanatorio, ahí en el San Justo. Justo ese fin de semana que me tocaba, le pido que me hiciera un favor y lo hiciera él. Me dijo que no había ningún problema y yo me voy a Córdoba, cuando estoy volviendo el domingo a la tarde escucho que se había entregado este muchacho Forti. A la mañana retomo en Sinapsis y a la tarde voy al Sanatorio San Justo. Se corrían rumores de que le habían secuestrado a Alejandro el auto, para hacer la reconstrucción y demás, también se hablaban de las escuchas. El martes ya entro en duda y él me da un número nuevo de teléfono y me dice que ése es el nuevo número. El miércoles, cuando voy a Sinapsis lo veo a Mariano, el otro compañero y le pregunté si Alejandro le había pedido el teléfono, me dijo que sí y que se acordaba las dos primeras cifras del número que eran 33, entonces miramos en la guía y vemos que el número de Forti era 33540 o 450, no me acuerdo. Ahí llamo al 611, a Movistar, y corroboro que el día diecisiete había realizado efectivamente una llamada desde mi teléfono al teléfono de Forti. Después lo detienen. El viernes, cuando tomábamos café, me relató otra vez el tema del robo y noté que se quebraba, y yo traté de cortar la conversación. Yo le pregunto cuánto te robaron y él me dice quince mil, pero me dice yo declaré tres mil. Desde la cárcel me llamaba preguntándome por los trabajos, por todo lo que concierne a eso, que él iba a salir, que era duro estar ahí adentro, por mi familia. Yo lo visité, estuvimos un rato solos, después cayeron amigos, Matías Tomatis y Blengini. Lo único que se habló fue el tema de la convivencia de ahí adentro. No le pregunté por qué dijo que le habían robado tres mil pesos cuando en realidad al principio dijo que le habían sacado quince mil. El día del hecho me entero porque me llama mi señora y me dice que su mamá le decía que había mucho movimiento en la casa de Alejandro. Salgo a los pasillos y no veo nada extraño y me vuelve a llamar mi señora y me dice que se había comunicado con su padre y que le había dicho que había pasado un hecho grave en la casa de Natalia y Alejandro. Ahí viene una profesional que trabaja ahí en el San Justo, y me cuenta lo que había pasado. Era una persona bien, respetuosa, buen profesional, trato amable, no tengo nada que objetarle, conmigo bien. Muy responsable, cuidadoso, bien detallista, responsable. Conocí a la señora Natalia, era una persona muy cordial,  muy bien, íbamos a la casa de Natalia y Alejandro para arreglar cuestiones económicas a veces y me ofrecía algo para tomar, bien, cordial. En cuanto a cómo veía el matrimonio, bien, entre ellos como un matrimonio normal. Me contó hábitos de la cárcel, básicamente que era duro ahí adentro. En el Sanatorio San Justo hubo dos etapas. Antes de que él empezara a trabajar en el Hospital y después de que entrara a trabajar en el Hospital, es como que me “alquila” el consultorio en el Sanatorio. Ese día del hecho no concurrió porque yo creo que se había ido a Rosario”.
     55) Policía Oscar Emilio Ferrero: “Ese día a la mañana la departamental organizó un  rastrillaje, un operativo en el campo en búsqueda de la maestra que había desaparecido. Duró hasta la tardecita y nos avisan de un robo en Urquiza Nº 94. No nos bajamos en la policía y seguimos hasta el lugar. Escuchamos en la radio mientras tanto que había un muerto en ese lugar. Escuchamos cuando lo entrevistaba Almirón a Bertotti y le relata el hecho del robo. Nosotros ingresamos y el oficial Díaz habla con Bertotti, primero en el living y después en el comedor. Yo escucho más o menos el relato. Lo que voy a relatar es lo que escuché de boca de Bertotti. Él llega al domicilio y estaciona el auto en la subida del garaje. Abre el garaje y guarda el auto. Cuando se dirige a cerrar la última hoja del portón ingresan dos personas de sexo masculino, de ropas oscuras, armados, aparentemente había uno armado, y lo llevan a los empujones al comedor. Ahí estaba la mujer, la señora Vercesi y ahí le dicen que querían plata. Uno a él lo tira al piso y el otro se dirige al dormitorio a revisar el dormitorio, a buscar dinero y le roban quince mil pesos. Ahí vuelven del dormitorio y le piden dólares. Ahí la Sra. Vercesi se dirige al living y él -que estaba tirado en el piso- ve que uno de ellos la trae con sangre. Ahí él se traba en lucha y después no se acuerda más nada. Pudo escuchar que decían “vamos, vamos”. Ahí él queda hablando con el oficial Díaz. Yo y Mattalía nos pusimos a recorrer el domicilio buscando evidencia, algún rastro. Ahí estuvimos no recuerdo cuánto tiempo. Lo que sí nos llamó la atención fue el hecho de sangre. No es típico un hecho de robo que haya tanta sangre. No he visto un hecho con tanta saña. Recorremos el domicilio, me voy al dormitorio y me llama la atención que estaba en perfecto estado. Lo único era que la cama estaba un poco destendida, pero abierta normal. El placard o los cajones estaban cerrados. Lo típico es que tiren todo arriba de la cama para buscar cosas de valor. Para el patio la puerta estaba enllavada y había un tendedero en la puerta y había mucha sangre en el piso. Después me dirijo al living y de la mancha de sangre que había en el living, hasta donde se encontró el cuerpo, no había signos de arrastre. Eso me llamó la atención. Había gotas de sangre en el piso pero no signos de arrastre. Después analizamos el perímetro del domicilio, que no había huellas de sangre. Lo típico es que la persona se descargue del arma al salto, en el momento, que no salga con el arma a la calle. No había nada. Revisamos techos, pedimos permiso a una vecina en la esquina y revisamos todos los techos, las bocas de agua, jardines, patios, todo y no encontramos nada. Techos y casas vecinas, esa noche revisamos todo. Al patio de Bertotti yo lo visualicé desde arriba. Yo ingresé por el patio del vecino de esquina Iturraspe, por ahí ingresamos a los techos y de ahí revisamos. Revisamos toda la manzana. Esa noche terminamos tardísimo, buscando algo que nos aporte datos de algún tipo y nos fuimos esa noche a ver si había una cámara al frente de la Empresa Codini. A la mañana, el mismo personal con más gente fuimos ni bien amanecía y revisamos todo de nuevo. Primero fuimos a ver la casa y ya la estaban limpiando. Me sorprendió. Después no revisamos porque era evidente que no íbamos a encontrar nada y nos retiramos a revisar nuevamente todo el perímetro y no encontramos nada. Nos cruzamos a la Fábrica  Codini y hablamos con el de la puerta que tenía que hablar con Codini, y después el Oficial Díaz se ocupó de todo eso. Vimos que estaban limpiando la casa, pero el que estaba a cargo fue el oficial Díaz y fue él entonces el que habló con la gente que estaba en la casa. Fue el oficial Díaz quien fue a la casa al día siguiente y preguntó. Yo no ingresé, me dediqué a ver el perímetro. El oficial Díaz nos dijo que la señora estaba limpiando la casa. Nos sorprendió a todos. Díaz no hizo nada al respecto. Díaz bajó y se dirigió a la casa, nosotros fuimos a ver el perímetro. No conozco que Díaz hubiere tomado alguna medida respecto a que estaban limpiando la casa. Cuando dice que se fueron tardísimo, es porque estaban volviendo a la tarde noche y luego se fueron para Urquiza Nº 94. No recuerdo con exactitud los horarios. Yo me retiré siendo tarde, pero no recuerdo si quedó o no personal. No recibí directivas al respecto. Después de requisar el perímetro nos fuimos, no ingresé de nuevo al domicilio. Al día siguiente íbamos a volver al domicilio a ver. Nadie dio la orden del día siguiente, pero ese día no podíamos seguir porque era muy tarde. Ya no se veía nada. En la escena del crimen no presté atención a quién estaba, qué autoridad judicial. A la Fiscal Faillá la vi, pero afuera. No sé adentro. No recuerdo haber visto a otra persona interrogando a Bertotti además de Díaz, estábamos Díaz y yo, escuché una parte del relato y después me fui. No recuerdo a Pineda y a Puchetta. Era un dormitorio normal. Todo estaba en perfecto orden. La cama un poquito destendida, pero todo en perfecto orden. Yo no ingresé al baño. En la mesada vi que estaba roto, había cosas en el piso. No recuerdo algo que me llamara la atención. En las bachas había sangre, que yo recuerde no había otra cosa. Era un robo lo informado por el propietario, lo que nos informaron a nosotros de jefatura, era un robo después seguido de muerte. Si así fuere, se deshace del arma. Yo me acuerdo que Bertotti tenía una remera blanca con sangre y tenía un golpe en la nariz y se limpiaba la nariz con la remera. El robo cambia con la filmación de la cámara de Codini, ahí se ve que es evidente que no es como se dijo al principio. La puerta que da al patio estaba cerraba, no tenia pinta de haber sido movido el tendedero para nada. No había huellas, ni pasos porque no hay pisadas, ni nada, además tendría que haberse movido el tendedero y no fue así. Yo creo que había un perro en el patio, pero yo no lo vi, ladraba el perro pero yo no lo vi. En la búsqueda del famoso caño yo no intervine ni nada. Era una feria de día miércoles, pero el turno era de Alberione. Sentí que un perro labraba aparentemente en el patio de la casa. Cuando caminamos por los techos había muchos perros, labraban. Creo que fue la vecina de la esquina que dijo que no escuchó nada y que los perros no labraban, era raro ante ruidos raros si los hubiese habidos que no ladraran”.
     56) Gustavo Fernando Jiménez, médico especialista en rehabilitación: “No conozco a Forti. Con Bertotti fuimos compañeros de trabajo durante un año. A cargo del Servicio de Rehabilitación del Hospital, es un servicio integrante de una red de discapacidad, es un centro de primer nivel, atención a personas con discapacidades, especialmente motrices, Alejandro es la persona más recomendada. Es un grupo integral, hay fonoaudiólogos por ejemplo, es un área específica de salud. Tengo la responsabilidad de viajar por semana una o dos veces. Los pacientes no son de uno sino de todo el grupo. Generalmente las reuniones, ateneos, son formales porque todos tenemos que hacer una historia clínica de los pacientes mas complejos. En el ateneo estamos obligados todos los miembros del grupo, del equipo de trabajo del día, salvo los que faltaron ese día, incluso tiene que ir la secretaria. Antes eran los miércoles, ahora son los viernes. Desde el 29 de junio de 2009 se comienzan a esbozar los primeros escritos de los ateneos. Adquieren más formalidad. Figuraba de 11 a 13 horas con obligatoriedad. El primer día se puso el horario pero no el horario de ingreso y de finalización, no se consignaba la hora, si alguno se tenía que retirar por cuestiones urgentes lo hacía y no se dejaba constancia ni tampoco se firmaba asistencia. En esos días el que tomaba nota era yo porque es mi letra  pero ahora lo hace la secretaria. El día ocho de julio hubo ateneo porque está registrado. Yo tuve información hoy a la mañana que tenía que venir, sin notificación me informó el Licenciado Conti, y traje los documentos porque seguí el caso ayer por internet. El testigo lee el informe del  ateneo. Licencia sanitaria es un anexo a la licencia ordinaria, para el personal de la salud, y es de una semana. De los ateneos se dan pautas para comenzar a tratar. Se trataba el tema de la gripe a porque era muy grave, había dos compañeras embarazadas, mi señora también y la mujer de Alejandro, entonces se empieza con la atención domiciliaria, y se dan las pautas. No se consigna ni presencia ni hora de finalización. Ese día estuvieron presentes el equipo de kinesiólogos, Bertotti, Conti y Sanchez, de Fonoudiologia González, del área de Terapia Ocupacional estaba de licencia Fonoud Sacane internada por gripe a, de Psicología la Licenciada Simon, de Trabajo Social Marisa Aimar, la secretaria Vanesa Isoglio, de Psicomotriz Gabriela Faya y yo. El horario estaba pautado para todos los días de 11.30 a 13 horas, por eso no se consignan horas en el acta del ocho de julio. Comienza entre las 11, 11.15 u 11.30. De las reuniones no participaba el Dr. Vignolo porque no es parte del grupo. La Secretaria, como administrativa, lleva todos los datos, si tienen certificados, mutuales. Se entiende que uno concurre de buena, si falta tiene que tener una razón, hace al crecimiento hospitalario, yo no sanciono, puedo tramitar las sanciones. Ahora en cambio, se pone ausente o presente, tiene más participación la secretaria. La entrada al servicio era de 7, 7.30, de lunes a viernes hasta las 14 hrs., los de kinesiología tenia una guardia pasiva, era más beneficioso su horario de retiro, a las 12.30 o 13 hrs. porque tenían que trabajar los fines de semana si tenían pacientes internados, nuestra área está en la plaza de estacionamiento, las puertas están abiertas, si uno tiene un paciente tiene la obligación de atenderlo, uno no debería salir pero se puede salir. Se leen las actas incorporadas donde están los llamadas telefónicas, a lo que manifiesta el testigo que a las 10.00 (hora de la llamada) Bertotti pudo haber salido, el hospital es grande y cada uno tiene una función”.
57) Mónica del Valle Giovagnoli, bioquímica y farmacéutica en el hospital: “No conozco a Forti ni a Bertotti. A mi me preguntan si tenía una marca de guantes similares, de cirugía, en ese momento nosotros teníamos una marca, no era la misma recorrimos todo el hospital para encontrar semejantes y no los encontramos. Proveemos de insumos a las distintas áreas del hospital, estoy a cargo del servicio de farmacia y de depósito. Dentro de los insumos tenemos guantes de examen y de cirugía, en general se hace una revisión de los depósitos que tiene cada área y se los va proveyendo por semana; si por alguna causa alguien necesita algo los vienen a buscar. En el grupo de los kinesiólogos, se provee guantes de examen, de cirugía no porque no se utilizan y los vienen a buscar ellos, mandan a la secretaria. Yo no recuerdo, ellos no realizan técnicas invasivas, no creo que hallan venido a buscar guantes de cirugía. Los guantes son generalmente de distintas marcas. El fiscal solicita se le exhiba la fotografía del guante secuestrado. Es imposible determinar por esta foto, si el guante es de cirugía o de examen, los de examen generalmente vienen sin marca ni talle, depende de la calidad, los de cirugía generalmente son mas largos, pero acá no se pueden individualizar. Me habla de acá (de Tribunales) una señorita o secretaria, me parece que se llama Daniela, en ese momento me parece que había una marca parecida, se viene y cuando vimos el envoltorio era distinto, cuando llega me trae el sobre, nosotros teníamos la marca pero no eran los mismos, después buscamos en todo el hospital y no encontramos nada, buscamos con la señorita que me acompañó. Cuando vengo a declarar a tribunales lo hago ante la misma señorita que me vino a ver al hospital. Los guantes de cirugía algunos tienen números y otros no, me parecen que no tienen puño. Los de cirugía vienen separados, divididos en mano derecha e izquierda, los de examen no, vienen todos juntos. Ahí en la foto está todo hecho un bollo, no puedo determinar si es de izquierda o derecha. Los guantes de goma común, están los de examen y los de cirugía, los de las fotos parecerían de examen. Si bien los de cirugía son más específicos, se pueden adquirir en cualquier farmacia. Si no hubiese guantes de examen, los del servicio de kinesiología podrían utilizar los de cirugía. Cada servicio tiene un stock y nosotros lo vamos cubriendo. A pedido de Ruiz se le exhiben los guantes secuestrados para reconocer de qué son. Mirándolos dice que sí, que unos pueden ser de cirugía si vienen bien envueltos y doblados. Estos no son de cirugía o de examen, nosotros los pedimos de caña larga porque duran más. La testigo muestra la forma en que se sacan generalmente. Yo generalmente no los abro, los distribuyo cerrados. A veces no tienen el número en el guante pero sí en el envoltorio. Los de examen al quirófano no entran, es más a veces se colocan dos de cirugía porque no son de buena calidad”.
     58) Emanuel Matías Corti: “Trabajo en un mueblería. Yo estaba trabajando, le alcanzo un tarrito a un chico que estaba conmigo y veo por el tapial, entre medio de dos ladrillos, no se veía a simple  vista, tenías que pasar por donde pase yo, nosotros trabajábamos adentro y el otro chico era el que estaba, al instante que subí lo vi, vi como una goma y la toque con el pie creyendo que era un preservativo, y estaba un cuchillo envuelto con el guante, sobresalía la punta del cuchillo y yo lo levanto y le digo a mi compañero mira lo que encontré, se lo dije a Gustavo Galarza, y el llamó a la policía. Yo en ese momento no relacioné nada, él en cambio si relacionó rápido con el caso Bertotti, y yo le dije uh yo ya lo agarré. Yo trabajo para la empresa, estaba pintando, Galarza hace changas, no trabajaba para la empresa Muebles Luna. Yo nunca había subido. También arreglamos los techos, el telgopor, siempre adentro. Y el hacía como yo, hacía de todo, arreglaba los techos, las pérdidas, Galarza es el que más anduvo por los techos. Cuando encontré eso él algo me comentó, que había estado por los techos, los días anteriores, pero no sé si justo ahí donde yo encontré eso, creo, no me acuerdo bien, que hacia tres semanas que estábamos trabajando, yo hago reparto, pero cuando no hay reparto, arreglo cosas, alquilaron el local y lo estábamos arreglando, pintando y todo eso. Se le exhibe la foto de fs. 530: Eso es lo que yo encontré, estaba así, eso es una teja, yo lo agarré pero me dijeron que lo deje tal cual yo lo encontré y así lo hice. Arriba del garaje, al lado de la mueblería, se encontró eso, no tiene nada que ver con la mueblería. Yo subí por atrás por una escalera nuestra, yo piso el techo del garaje de al lado porque no podía pisar muestro techo por las membranas, si pisaba me iba para abajo. Sobresalía la punta, lo tomé y lo dejé tal cual estaba, yo estaba trabajando sin guantes. Galarza manejó la parte de arriba, el después me hizo un comentario que antes no lo había visto. Yo a las 12 me iba a mi casa, no se que hacia él, si comía ahí, si se iba o se quedaba, el sólo me comento que había pasado por ahí. Yo no sé, encontré eso, no sé si lo pusieron, si estaba o que. Si yo tendría que ponerlo, siendo ajeno al lugar de Luna, no sería difícil, subís al tapial y ahí está el baldío, está fácil ponerlo, el hallazgo fue a la tardecita, no sé a qué hora era”.
     59) Eduardo Silva: “Soy vecino de Forti, de Barrio Roque Sáenz Peña, las 800, y a Bertotti no lo conozco. Dos o tres días después del asesinato de Natalia, Leonardo viene a mi casa, y me dijo Cachi me podés tener este dinero, estaban enrollados, eran más o menos 4.000 pesos, y yo le dije de donde lo sacaste y el me dijo no te preocupes es de una movida y le dije que no que no me correspondía tenerlo a mi. Y me dijo bueno no te preocupes y se fue, y después no lo vi más. Eso fue un día viernes, yo estaba con mi señora y mis dos hijas. Betiana Pazzelli se llama mi señora, mis hijas tienen siete y cuatro años. Yo estaba parado afuera de mi casa hablando con él, y mi señora y mis hijas sentadas en el comedor. Él me lo dijo en voz baja, medio en silencio, no delante de todos. Me pide que le guarde el dinero. Me imagino que porque soy de confianza, se sentía seguro conmigo, no se porqué él no quería tener el dinero. Yo a él cuando me pide eso lo veo consciente. Sé que era de noche pero no recuerdo la hora, avanzada la noche. Cuando el venía a mi casa, el tenía mucho respeto para con mis hijas. No me hizo comentarios de su vida, de sus salidas, de sus amigos. El dinero era de una movida, por movida, no sé, podés entender cualquier cosa. No sé, yo pensé que había robado. No lo relacioné con el hecho de Vercesi. Cuando yo no se lo recibí, él me dijo Cachi no te hagas drama, yo lo voy a guardar o enterrar y se fue. El me dijo tenemela y si te hace falta sacá, creo que me dijo 100 o 200 pesos. Me enteré enseguida cuando lo detuvieron. Cuando lo detuvieron vinculé una cosa con la otra. El normalmente no era de andar con dinero. Sí conozco de las adicciones a las drogas de Forti, hasta él mismo lo dijo. Yo no había hablado con el del tema de las drogas, la mayoría de las veces que él venía a mi casa estaban mis hijas y mi señora y no daba tocar el tema de la droga, y cuando estuvimos solos nunca me dijo nada. No andaba con plata, no podía andar con nada, menos con 3.000 ó 4.000 pesos, no recuerdo, me parece que el Leo no trabajaba. Al Leo nunca lo vi con una persona desconocida para mí. En fiscalía dije que si pero después cuando lo conocí a Bertotti por la tele, no era esa la persona que yo vi con el Leo en el bar. Yo  vivo en planta alta. Está la puerta y está el balcón de más o menos tres metros, el balcón está a la entrada y después sigue la escalera. Ese balcón es el techo de la habitación de abajo. En el balcón el me lo dijo. Yo declaré una sola vez, lo hice ante el fiscal. Los de investigaciones, Carballo y Valero, son los que me dijeron que tenía que declarar. Yo a ellos los conocía por la policía, yo tuve problemas con la policía por disturbios. Creo que Leonardo habló con los de investigaciones, les contó y después vinieron a mi casa. Yo vivo en el segundo piso. Yo lo apreciaba a Forti, y como sabía que estaba en la falopa le aconsejaba que no robara. No recuerdo bien la parte de la declaración en fiscalía donde declaré que Leo me dice que la plata la había afanado, que se la guarde, que se la guarde. En mi declaración anterior mencioné la cantidad de dinero. Si bien en mi declaración anterior no dije el monto, sólo hablé de un fajo de dinero y ahora hablo de 4000 pesos, eso es porque el Leo me dijo que eran 4.000 pesos. Hace 4 o 5 años de mi amistad con Leo, contando ahora serían más años. No soy amigo de los hermanos. A los hermanos los conozco a todos, los conozco de vista, no recuerdo los nombres en este momento. Compañero del Leo y cuñado mío es Ignacio Pazzelli, tratábamos de estar los tres juntos, por mi relación con mi cuñado es que lo conozco al Leo. El con dinero me dijo que lo iba a enterrar, a guardar, sí a enterrar. Yo le dije que era un compromiso tenerle la plata. Conozco a un chico apodado Cancún, es del barrio. Sé que Cancún y otros chicos del barrio vinieron a declarar a este juicio, a Cancún lo vi por la televisión, también vino Pucheta, que lo conocía de antes. No conozco a un joven Jonatan Machuca. Nunca antes me había pedido nada parecido, ni que le guardara otras cosas. Cuando yo le decía dejá de hacer boludeces, me refería a la droga, trataba de aconsejarlo un poco. El era tranquilo. No era de pelear ni de robar. Conozco a los padres. Hay muchos en el barrio como el Leo, que consumen drogas. No sabría decirle, pero los de drogas peligrosas, Carballo y Valero, son los que andan por el barrio. Ellos tienen conocimiento de casi todos ellos. Yo trabajo en una metalúrgica en Imape. Hace 7 años que vivo en el barrio. El tema de la droga, el consumo en los chicos es siempre igual, igual antes que ahora, la droga no sé si la consiguen en el barrio, la pueden conseguir ahora fuera del barrio. La persona iba con un perro, también era un bóxer, pero era más bajo, yo me había confundido, no era Bertotti”.
     60) Julián Domínguez: “Trabajo con mi viejo. Hace tiempo lo conozco a Forti y a Bertotti no lo conozco. Compartíamos la misma celda con Forti, después de una visita, me llamo un guardiacárcel que supuestamente tenía una visita y vino Zamudio, no se si era compañero de celda de Bertotti, era fajinero, y me dijo que tenía un negocio para mi, que a Zamudio lo mandaba Bertotti, que si lo hacia me iban hacer llegar 20.000 pesos a mi casa, que a su familia la venía ayudando, que le daba plata a él y a la familia de Zamudio, que esa plata se la daba Bertotti, tenía que dormirlo a Forti, y sacarle las huellas digitales, él me iba hacer llegar las pastillas para dormirlo y la tinta, y yo como lo conocía a Forti y no tenia necesidades yo fui después de que me habían abierto puerta y hablado con Zamudio, me volví a la celda y se lo dije a Forti. Yo salí en libertad el 9 de agosto. Desde que Forti estaba alojado yo comparto celda con él hasta que salí en libertad. Un mes o dos antes de mi libertad, me fui solo a una celda de al lado que se había desocupado, y a él lo iban a traer pero después llegó otro compañero, siempre en el pabellón Nº 7. Murro o Curro es el guardicárcel que me hace hablar con Zamudio, que se hacía pasar como pariente mío, eso le dijo Zamudio al guardicárcel. Yo salgo afuera del pabellón, ahí no mas, afuera antes de entrar al pabellón, y ahí lo veo a Zamudio, no lo conocía de antes, una vez lo vi abajo buscando paquetes y me saludó, me dijo que me conocía y me dijo ya voy a subir a hablar con vos. Que iba a pedir un locutorio. El guardicárcel me dio puerta y se fue abajo y nos quedamos solos. Me dijo yo sé que vos estás con el gil del Leo Forti, el no sabia que yo lo conocía, el creía que estaba todo mal con Forti, me dijo tengo un negocio para vos, a mi me manda Bertotti, te voy a dar pastillas para dormirlo, tinta para sacarle las huellas, papel y creo que lavandina para limpiarle las manos. Las huellas de una sola mano. Y que a cambio de eso me hacia llegar mas de 20.000 pesos. Yo le dije que lo iba a pensar, no me acuerdo si fue un jueves o un domingo, día de visitas de mujer, no sé el tiempo, pero yo a la semana más o menos vine a declarar. Yo con Zamudio quedé en encontrarme el lunes en la iglesia, no sé en qué pabellón estaba Zamudio, él era fajinero, o sea limpiaba todos los pabellones. También te sirven la comida, algunos cocinan. No siempre van al mismo pabellón, van a todos, nosotros no tenemos acceso a los otros pabellones y los fajineros sí, no a entrar pero sí hasta la puerta. Yo le dije que lo iba a pensar, y lo primero que hice fue decírselo a Forti, para que tenga ojo, por las dudas que se lo haga otra persona. El me dijo que le iba hablar al padre para que hable con el abogado. Yo a la iglesia no fui, no lo vi más. Con Zamudio no hablé más. De otros pabellones me gritaban cosas, o por los chicos que iban a la escuela me mandaban a decir que me iban a matar, por botón, por haberlo mandado al frente, que cuando me cambien me iban a matar. Me mandaban a decir todo eso porque me trataban como buchón. No me acuerdo la fecha de ese hecho, era cerca de la fecha que tenían que llegar las pericias o mandarlas para Córdoba. Si dije la fecha en la fiscalía es esa, ahora no me a acuerdo más. Al que me dio puerta, lo volví a ver, porque él sabía estar en el pabellón. No me acuerdo si antes o después que declaré vino una persona a la cárcel, de saco, traje largo, que me grabó y todo, no me acuerdo el apellido. Encerró a cada uno en su celda de los que estábamos en el pabellón y me saca a mí solo. Nadie me mandó nada por escrito. Al Leo lo conozco desde los seis años porque jugábamos al baby juntos. A los padres los conocí ahora, o sea antes de vista, y de hermanos conozco a Luciano, a Diego, a Daniel y a la hermana pero solo de vista. Yo estuve en la cárcel un año y un día y medio. Me empezaron a amenazar, cuando yo vine a declarar ya me habían empezado a amenazar. Me decían que cuando me pasen a otro pabellón me iban a matar y yo tenía miedo. En la cárcel no se hizo nada. Zamudio me dijo que Bertotti quería las huellas dactilares de Forti porque en esa época estaban haciendo las pericias. Esas huellas eran para pegarlo a él más”.
     61) Franco Andrés Zamudio: “El año pasado presté declaración en relación a este hecho. Yo trabajaba como fajinero en la cocina de la cárcel, un día de semana y cuando repartía el mate cocido, me acerco al pabellón tres y me dice Bertotti si le podía decir un mensaje al compañero de celda de Forti que creo que se llamaba Julián. Que si le pasaba el mensaje me iba a dar cien pesos y una piedrita de marihuana. Después nos dieron un locutorio y me parece que yo no trabajé por eso no lo vi. Después me cambiaron el lugar de trabajo. Yo estaba en el pabellón 4 y Bertotti estaba en el pabellón 3. A Bertotti no lo conocía. Solamente lo vi esa vez cuando le llevé el mate cocido, que él se arrima a la reja. Me dijo si lo conocía a Julián Domínguez, si le podía dar un papel que tenía unas huellas. O sea si le podía bajar unos papeles que Domínguez me iba a dar y si él me podía bajar esos papeles con las huellas. A él le dijo que le iba a dar una piedrita de marihuana, a mi me iba a dar cien pesos. A Julián le iba a dar la piedrita, supuestamente me la iba a pasar a mí para que se la pase. Pedimos un locutorio Domínguez y yo, y esperamos un montón. El lunes, si yo salía al patio o algo a repartir el mate cocido, ahí me lo iba a pasar. Me pasaron de la cocina a repartir al personal, así que no salía más para afuera, me quedaba siempre ahí. No las vi, no me dieron nada a mí. Solamente Bertotti me dijo que le lleve el mensaje, pero de ahí nada más. Nunca nadie me dio más nada a mi. La suma de dinero que se habló fue de cien pesos. Solamente me dijo eso nada más. Que yo sepa no pasó más nada. No salí más de la cocina. A mi cuando me llamaron, que declaró Julián, al tiempo me llamaron a mi a declarar, pero nada más. Se le exhibe la declaración de fs. 875 y reconoce su firma, y se le lee, niega su contenido. Yo le tenía que ir a pedir los papeles con unas huellas, no me dijo de quién eran las huellas, yo le pasé el mensaje de Bertotti y nada más. Hará quince días mi madre vino a hablar porque yo he recibido de parte de Bertotti un aviso porque quería que yo cambie la declaración o que no me presente a declarar. Me dijo que quería que cambie la declaración. Yo nunca le pasé importancia. Mi madre vino y habló pero yo no quise hacer una declaración ni nada, no quise hacer nada contra Bertotti porque entendía que estaba nervioso. El Dr. Mario Ruiz le lee la declaración de fs. 875 completa. Ahora dice que es tal cual la declaración que se le lee. En la panadería entró desde las cuatro y  media hasta las seis y media y desde las nueve y media hasta las doce y media. Relata los recorridos que realiza. (Panadería, pasamos frente a la central, pabellón 3 y subimos hasta el cuatro salvo que nos llamen de otro lado se cambia el recorrido) Un día que bajaba por la escalera, que venía de psicólogía o de sociales y ahí Bertotti no se de dónde venía y nos cruzamos ahí abajo, frente al pabellón dos y ya me iba a enfermería a pedir algo para el hígado y ahí me dijo que no me presente al juicio, que cambie la declaración, esto ocurrió hace un mes o quince días, le conté a mi madre lo que había pasado y ella vino acá a contar, a Tribunales. No sé con qué fiscal habrá hablado”.
     62) Lorena Paola Vanay: “Soy licenciada en Trabajo Social, a cargo de la residencia de varones, Responsable de Gestión desde el mes de mayo me parece del año dos mil nueve. La residencia de varones es un hogar de niños que responde orgánicamente a la Secretaría de la Niñez y Adolescencia de la Pcia. De Córdoba. Nuestra residencia forma parte de la medida excepcional que hace a la ley 26061, por lo que ingresan a ese espacio los niños por la UD o por el Juzgado de Menores. Yo formo parte del equipo técnico de la institución. A fines de junio del año pasado, dos mil diez, en este lugar conocí a un menor llamado Jonathan Machuca. Como responsable de la institución, recibo a todos los niños que ingresan al espacio, y conozco de todos ellos cuál es su situación social y familiar. En las charlas que se tienen con los chicos cuando ingresan a la casa, suelen surgir cosas de su vida social, familiar, en esa situación, en una conversación que había tenido con Elías o Jonathan, donde uno les pregunta qué fue lo que pasó que llegamos hasta acá, en el caso de Jonathan, él tenía un problema bastante importante con las drogas. En ese momento que el juzgado pide la internación de ese menor, nosotros no podíamos decir que no, porque nosotros no somos un espacio de rehabilitación. Fue como una alternativa, entonces en esa situación se le pregunta de dónde venís, qué hacés, y bueno, el problema de droga que tiene y nos dice que su mamá vivía en las ochocientas y nosotros le preguntamos por qué no vuelve con la mamá, y él nos comenta que no podía volver al barrio porque había tenido problemas en referencia al caso Bertotti-Forti, le pregunto por qué y él de manera muy apenada realmente me dice que sus amigos  creían que él había anoticiado a la policía que Leonardo de alguna manera había estado involucrado en el hecho. Esto a él lo angustia y sostiene que esta situación no fue así y en ese momento él no tenía como demostrárselo o hacérselo saber. Me ofrezco a poder establecer un contacto con Leonardo para que él le pueda clarificar esta situación y me dice que no porque tenía prohibido el ingreso al barrio. Me sigue relatando que él lo conocía a Leonardo desde hacía mucho tiempo, que habían tenido un contacto con el Sr. Bertotti que les había solicitado a los dos que quería matar a su mujer y que ellos le habían dicho que sí al solo efecto de sacarle dinero. Que previamente les había pedido que realicen otros trabajos, como el seguimiento al otro hombre de la farmacia, que ellos nunca lo hicieron, solamente le sacaban dinero. Y que dentro de ese proceso él también le solicita esto, les encarga matar a la mujer. Eso Elías me relata que fue durante mucho tiempo. Ellos le decían que tenían que ver el modo y demoraban y durante ese tiempo le iban sacando dinero, que utilizaban para consumir de todo, marihuana, cocaína, pastillas… En un momento el Sr. Bertotti quería que la situación se concrete y el martes van, marcan la casa para hacerle creer que iban a llevar el trabajo adelante, y con Leonardo habían quedado en que se iban a quedar con la plata simplemente. Entonces dice que ellos no iban a hacer nada. Le pregunto si él quiere hacer este aporte a la justicia, que lo podíamos acompañar en ese proceso y nos dice que no, que lo único que le interesaba era recomponer su relación con su amigo. Ahí se tienen charlas con él tratando de hacerlo reflexionar. Después nos dice que esa noche que pasó lo de Natalia, él lo encuentra a su amigo en los pasillos de las ochocientas y lo ve desesperado, que no entendía lo que había pasado, él le dice que se había mandado una cagada, él le dice vamos vamos, creyendo que había robado y pensando que la policía lo buscaría. Cuenta que se drogaron esa noche, como todas las noches, y ahí me parece que Elías empieza a confundir días y horarios. Yo no podía determinar si mentía o no, o si decía la verdad. Horas después me dice que Bertotti venía caminando por las ochocientas y le da plata a Forti, él va y compra la droga y cuando vuelve a su casa, y asocia que alguien había hecho lo que a ellos le habían propuesto hacer. Desde el primer momento consideramos que no era el espacio para él y conseguimos el traslado recién en el mes de agosto, nos acompañó un efectivo policial a la ciudad de Córdoba porque Elías, a pesar de la medicación y todo estaba en una situación de violencia. De hecho había estado internado la semana antes. El efectivo que nos acompaña lo lleva y hace la entrevista en Remar. Queda alojado en Córdoba en la correccional, momentáneamente. Después fue trasladado a otro instituto de rehabilitación donde estuvo cuatro meses. Después volvió a la institución para la rehabilitación ya desde afuera, buscando contención. He seguido teniendo contacto con él, la institución sigue siendo referente de los chicos. Su problema con las adicciones es muy importante, ha tenido internaciones en Salud Mental también y yo los sigo viendo ahí también. La charla era con él solamente. A solas. Toda persona que tiene problemas con la adicción son chicos vulnerables. Todo tiene que ver con la situación de ese momento. Cuando él realiza el relato, yo creo que hizo un relato de algo que como sociedad sabíamos. Por los diarios, por la televisión, ya nos habíamos anoticiado de todo lo que él me manifestaba. Elías sentía la necesidad de demostrar su lealtad y en función de eso y desde ese lugar él realiza ese relato. Yo creo que lo único que él quería era recomponer su amistad con sus amigos del barrio, su dolor era que creían que él era quien había entregado a su amigo Leo a la policía y él no tenía cómo demostrar que no era así. No sé si le creí o no le creí, yo anoticié al juzgado en los términos en que él me manifestaba todo esto. Elías transmitía una amistad de mucho tiempo con Leo”.
     63) Jonathan Elias Machuca: Hubo una relación de amistad con Forti, y a Bertotti no lo conozco. En el tiempo que me juntaba con el Leo, lo venía a buscar un auto, cargaba al Leo, se lo llevaba, nosotros lo cargábamos que era un travesti, no me acuerdo el color del auto. Jugábamos a la bochas, y nos reuníamos Pucheta, Pineda, pibes grandes del barrio, nunca me comuniqué con la persona que llevaba al Leo en el auto. Una vez Leo me dijo que esta persona le había dado un trabajito para hacer y Leo me preguntó si yo estaba de acuerdo y yo le dije que no estaba de acuerdo, no sé de qué se trataba el trabajito. Conozco el resultado de este hecho, me enteré por las noticias, y a los dos días me enteré que había participado Leonardo en eso, ahí me di cuento lo que él me decía. Después de las noticias no hablé con Leonardo Forti. Me di cuenta con lo que había sucedido. Leo me había comentado del trabajito y cuando me entero del hecho ahí me di cuenta de que se trataba del homicidio. Con Leo pasamos un par de veces por ahí, por ejemplo, cuando salíamos de los boliches o dábamos vueltas en moto. Sé que el trabajito era por dinero pero no se cuánto era. Yo viví como 6 ó 7 años en las 800 y antes lo conocía porque jugaba al futbol con el hermano. Yo no quería estar involucrado en nada, por eso le dije que no quería participar del trabajito. El me dijo algo así como que tenía que ir a asustar a un hombre. A eso yo le dije que no estaba de acuerdo. Yo nunca acompañé a Leo a ver al hombre que teníamos que asustar. No me hizo referencia que tenía que matar a alguna persona, ni referencia a ningún otro trabajito. Yo tuve problemas en el barrio, tenían amenazada a mi mamá, por eso me fui a vivir a Córdoba, yo no tuve oportunidad de hablar con el Leo para decirle que yo no había avisado nada a la policía. A la licenciada yo no me acuerdo bien qué le conté, pero le dije que a Leo le habían ofrecido plata para que haga algo, nunca me subí al auto, no conocía a la persona que manejaba el auto, esa persona después la vi en la tele, y era esa la persona que iba al barrio, sé que es Bertotti”.
     64) Miguel Angel Robles: “Yo era jefe de telecomunicaciones de la  Policía Judicial, en esa época me ocupaba de delitos complejos, secuestros y homicidios, trabajaba con un grupo interdisciplinario, a mí se me da el pase para colaborar con la fiscalía de Alberione. Yo me constituyo en la ciudad aproximadamente diez o quince días después del homicidio. Yo supervisaba, orientaba la investigación, era un trabajo multidisciplinario, era como un asistente del Fiscal, vino un experto en comportamiento criminal, otro en informativa. también estoy preparado para tareas investigativas, busqué testigos, es más, participé en la detención de Alejandro Bertotti. Trabajamos con un software inglés,  permite ordenar datos, y visualizar de un modo fácil y accesible. Grafica la información compleja en fácil. Hoy no se concibe trabajar sin un software. Esto no tiene que ver con el contenido, esto tiene que ver el contacto, qué días, a qué hora y por cuánto tiempo se establecen las comunicaciones pero no el contenido de esas conversaciones, eso se hace interviniendo. De acuerdo a las necesidades de la investigación se van haciendo preguntas, por ejemplo cuantas veces se comunico el sr. A con el sr. C. Por la cantidad de llamadas se tuvo que hacer un ploteo, se unieron dos láminas. Se muestra imagen, 14 líneas, desde abril a agosto más o menos del año 2009, el lapso de tiempo que se tomó. Nosotros nos especializamos en facturación, para entender las facturas de las empresas, ya que las empresas no trabajan en materia criminal. En el informe gráfico se observa por ejemplo que desde el celular de Bertotti no hay llamados a la casa fija de Forti, encontramos una comunicación desde el celular de Gerlero a la casa de Forti, donde el titular de la línea es Carlos Forti, también había una llamada a la casa de Forti que provenía del celular del Sr. Constantino. En todas las llamadas se establecen los fechas, y duración de las mismas. Con esto se corroboran los dichos que había en la causa, que nunca llamara desde un teléfono que pudiera reconocerse, o sea que llame desde una cabina. Se le exhibe fs. 784 vta. Explica las sábanas obtenidas en otros telecentros, no en el de Sáenz Peña, exactamente del telecentro de Roca y Bv. Bs. As., bueno, esa fue una de las tareas nuestras, las comunicaciones. La otra tarea era la investigación de un hecho complejo, pero sin crear ni escuchar opiniones ni cuestiones subjetivas. Cuando  fuimos al lugar, no parecía un homicidio en ocasión de robo. Pero no nos dejamos llevar por subjetividades. Nosotros desgranamos la información. Vemos la escena del crimen, lo que nos llamó la atención fue la cantidad de heridas infringidas a la víctima, y que creo es que fueron cometidas a la persona menos fuerte, generalmente debe reducirse a la más grande o con más fuerza, eso también llamó la atención. Es altamente  llamativo que los agresores llamen puta o yegua a la víctima, tal como voluntariamente lo manifestó Bertotti, generalmente eso lo hacen personas que tienen sentimientos hacia la víctima. Las heridas eran en órganos nobles. Además la víctima no tuvo defensa, se la agarra de atrás. Enlagunado es una gran cantidad de sangre que sale del cuerpo y cae al suelo. Eso muchas veces permite visualizar imágenes, y lo que se vio fue el calzado como el de Natalia adelante y uno más grande atrás, era aproximadamente número 45 el más grande determinado por los investigadores. Se observa que en el lugar donde fue el hecho, hubo una tremenda irrupción de violencia. Hay una hemorragia masiva, el corazón sigue bombeando, las personas que estaban en el lugar estaban bañadas de sangre, si tenemos un homicidio en ocasión de robo, siempre hay una huida desordenada, hacia distintos lados. Nadie se va a poner a borrar sus huellas, ese lugar estaba impecable, es muy difícil la limpieza de sangre humana. Tampoco teníamos una huida hacia la puerta. El ser humano se contamina con la información. Tiene que ver con la forma de asimilar la información. Vimos un lugar cerrado. Esto fue lo primero que me hizo sospechar que no nos encontrábamos en un homicidio en ocasión de robo. Una de las cosas que estimé fue que se hubiera desarrollado un cuadro de violencia familiar y queda demostrada la superioridad de género. Por ser varón tengo mayor poder que cualquiera de las señoras aquí presentes, aunque sabemos que en la actualidad no es así. Esto es lo que se podía ver en el lugar del hecho. Posteriormente tuvimos acceso a este video que posteriormente se toma. Sabíamos de acuerdo al relato suministrado por el propio Sr. Bertotti, que él llega a  su casa en su automóvil Bora y cuando se dispone a cerrar el portón aparecen dos sujetos encapuchados. Después vemos que el Sr. Bertotti cierra el portón, se prenden y apagan las luces y  no vemos que nadie ingrese. El encapuchado, el desconocido que acomete. Típico en los casos de violencia familiar. Un encapuchado de estatura mediana, y uno de mayor estatura, similar a la de Bertotti. Si a eso sumamos el acometimiento suscitado contra la víctima, así como los insultos proferidos a la misma porque no querían darle el dinero. En los homicidios vemos el subterráneo de las personas. Es un estudio de la persona humana. En ese subterráneo suceden muchas cosas que no están a la vista de las personas. Indagamos y ahí se empiezan a encontrar una serie de situaciones que no eran en principio. La infidelidad no es un tema a analizar, sino cómo reacciona la persona ante una infidelidad. El homicidio es terminar lo que nos molesta. Eliminar a lo que no nos deja vivir.  Encontramos una serie de relaciones en las que no quiero entrar, tampoco hacer una valoración moral. Lo que vi fue a un hombre atormentado por su situación personal. Vi un hombre atormentado por la situación, un hombre que no podía seguir viviendo con este conflicto, y que la única forma en que podría resolver esto era con la eliminación de su cónyuge. En la ciudad de San Francisco a las relaciones las noté casi familiares. Karina Sánchez era como un nexo entre el Sr. Alejandro Bertotti y la Sra. Natalia Vercesi, y su marido el Sr. Villafañe, que tenían una relación y que se conocían desde que eran chicos y que el Sr. Bertotti se deja de saludar con el Sr. Villafañe. En Córdoba por ejemplo no hubieran tenido contacto con los agresores. Yo veía cómo interactuaba el Sr. Alejandro Bertotti, veía como interactuaba con los demás policías, cuando lo voy a detener, me dice “negro” y yo le dije señor, yo soy un oficial de la policía y procedo como corresponde. Son todos conocidos, y esto a mí me llamaba poderosamente la atención. Entonces creo que  al principio no se podía explicar un homicidio porque no sesabía por qué ocurrió. Tenemos el motivo determinante de esta situación, pero yo inmediatamente lo pude corroborar, esta situación que genera un comentario popular. Cuando yo digo hombre atormentado no me cabe la menor duda de que el hecho fue cometido por Bertotti en el interior de la casa. Creo que cualquier explicación brindada Bertotti roza el ridículo, cuando se ve tan claramente esta situación. Ahora cuando digo hombre atormentado, es lo que yo observo en la realidad, en el subterráneo de Alejandro Bertotti, y lo que observé en la ciudad de San Francisco, en donde en algunos casos es preferible ser homicida a marido engañado. El violento lo que hace es eliminar físicamente al que le molesta, elimina su problema, la situación que lo molesta. El elemento vital es la vida que Natalia llevaba en su vientre. Hay un testimonio en la causa en donde se dice que hay un noventa y ocho por ciento de probabilidades de que el padre sea Alejandro Bertotti, o sea que hay un dos por ciento de posibilidades de que no lo sea. Es un drama humano, como investigadores técnicos sabemos que muchas veces no se puede ver, es inaceptable y reprochable la solución del conflicto a través de la eliminación del otro. Estando en San Francisco, surge esta otra persona, el coimputado Forti, tuve la oportunidad de entrevistar a un hermano del coimputado casi de mi edad (tengo 40 años), una persona muy inteligente, desesperado socialmente, necesitando desesperadamente la evasión de una situación que también lo tocó. Leonardo Forti contó que fue terrible presenciar la eliminación de una mujer totalmente indefensa embarazada de seis meses de gestación. Me impresiona San Francisco porque se conocen todos, es una gran familia. Forti no soportó lo que presenció y lo contó. Y a mi entender no era lo que estaba pactado. Hay sobradas muestras en el expediente de que buscaba a los Forti para eliminar o asustar a quien le producía alguna perturbación. Creo que estamos ante un hecho de violencia familiar que a la ciudad de San Francisco le cuesta ver. Un hombre que está atormentado, atormentado socialmente sin ningún tipo de salida. Natalia desde el punto de vista criminalístico no tuvo ninguna posibilidad de repeler la agresión, eran dos hombres contra ella, indefensa y además embarazada con seis meses de gestación. Lo que noté, al ver las fotos porque llegué a esta ciudad cuando ya habían pasado unos 10 o 15 días del hecho, fue la ausencia de sangre, de rastros de sangre hacia la salida del patio. Había un tendedero cruzado, me parecía que en la foto lo había visto tumbado, pero fue un error mío, el tendedero estaba parado y puesto tapando la puerta del patio. Munido del oficio correspondiente me apersoné en la cárcel local a fin de constatar un hecho que había acontecido ahí. Lo que sucedió fue que un interno Zamudio a instancias de Alejandro Bertotti le había ofrecido a otro interno Domínguez, obtener una impresión digital en un papel en blanco de Forti. Le daban papel, lavandina, tinta y psicofármacos para dormirlo a Forti. Recorrí el Establecimiento tratando de individualizar en qué lugar se encontraba cada persona dentro de la cárcel. Encontré que el Sr. Bertotti se encontraba en un pabellón en el que están las personas condenadas por delitos de instancia privada y en otro pabellón se encontraba el co-imputado Forti y en oto Zamudio, hago la recorrida, averiguo, Zamudio se encontraba como fajinero. Uno sabe que el fajinero es una persona que se desplaza por los diversos lugares de un sector. Siempre restringido a una cuestión de horarios. En este caso, las personas alojadas, acusadas de hechos de instancia privada, hay una práctica penitenciaria que no comparto, de dejarlas alejar. El coimputado Bertotti estaba allí alojado y Zamudio era fajinero. Lo voy a buscar a su celda, y no lo encuentro, estaba en la cocina. Insisto que el fajinero cumple una tarea dentro del establecimiento y pueden moverse con más libertad que el resto de los presos dentro de ese ámbito. Suele darse en personas que tienen buena conducta. El Sr. Zamudio, luego de que lo localizo, me cuenta que efectivamente Bertotti le había ofrecido que contactara al compañero de celda de Forti, Julián Domínguez, para que obtuviera la huella digital de Forti con la tinta y en una hoja que él le proveería y después lo limpiara con agua lavandina que también le daría para que Forti, al despertar, no se diera cuenta. Cuando le pregunté si había dinero en el medio de esto, Zamudio dudaba si decirme o no esto, sólo diciendo que Bertotti le había ofrecido cien pesos y una piedra de marihuana para Domínguez. Sí me dijo que ignoraba en absoluto para qué era ese papel. Luego yo hablo con el Sr. Domínguez y él me dice, además de que el ofrecimiento para él era de mucho dinero -una suma de diez o veinte mil pesos, consta en mi declaración-, le ofrecían estupefacientes. Luego Zamudio me dice que algo de eso hubo. Entonces yo interrumpo este interrogatorio. Lo que sí pude determinar fue que el interno Bertotti podía tener contacto con Domínguez y Zamudio. Sucede también lo que sucede afuera de la cárcel, yo me daba cuenta que el Domínguez y Forti habitaban en este espacio, y en el otro pabellón está la gente aislada más tranquilo, donde la gente dormía la siesta. Zamudio quedó en una situación complicada con todo esto. Preguntado por el Sr. Fiscal de Cámara por su experiencia en homicidios, El testigo responde: A lo largo de la carrera (culmino la mía con este caso), se estima que un policía como yo puede haber actuado aproximadamente entre seiscientos y novecientos homicidios, unos doscientos pueden haber sido homicidios en ocasión de robo. Es aproximativo. Preguntado por el Dr. Trucco, ¿cómo puede interpretar que no haya sino una sola huella al lado del enlagunado de sangre? Según la dinámica puede haber sido por el apuñalamiento, degüello, un mínimo traslado, una posibilidad de sobrevida, donde la víctima podría haber sido dejada, hay algunas marcas que denotan esa mínima dinámica. Evidentemente se ha circunscripto la pelea a ese lugar. Sí posiblemente no habría más de dos personas, posiblemente tres, y también que el traslado si lo hubo ha sido mínimo incluso por los cortes producidos. Incluso el corte en el cuello que ha sido reiterado, hacen que la víctima haya tenido un shock que le permite un  mínimo de desplazamiento. Lo que sí se encontró fue que aparentemente alguien se había lavado las manos. Había agua con restos de sangre. Es difícil con la cantidad de sangre limpiar esa cantidad de sangre. Cualquier persona que ha sido neófito se ha encontrado con una sorpresa en este sentido. Más allá de la situación pasional, insisto, para mí todos los elementos llevan a asegurar que el Sr. Alejandro Bertotti ha tenido participación en el hecho. Otras pruebas en su contra son las marcas de sangre y lo que había hecho Bertotti con su propia ropa. Una señora (Betty Mansilla), que fue muy precisa, que fue a ese lugar a limpiar mandada por la familia Bertotti, explicaba cómo es el proceso para sacar la sangre de una prenda de vestir porque tenía conocimiento a raíz de que el hermano tenía una carnicería. Incluso la mancha en el techo que esta misma señora refirió y que tiene la altura aproximada por la altura de la víctima y la de Bertotti. Es difícil de hacer la reconstrucción dinámica, no obstante todos los elementos lógicos indican que habría acontecido de esta forma. Presté servicios en la Policía de la provincia hasta el año 1996, luego pasé a la Policía Judicial y a partir del doce de enero integro el Ministerio de Seguridad de la Nación. En San Francisco, aproximadamente, permanecí entre diez y quince días. Cuando realicé el trabajo, pasé a depender del Poder Judicial de San Francisco, el resto del personal seguía dependiendo de Córdoba, aunque venían a San Francisco cuando se los requería; los nombres eran Ingeniero Guayanes, Dr. Néstor Gutiérrez, Dr. César Portette, Lic. En Psicología Javier Chilo, entre otros. Personas del Centro de Investigación Criminal, también. La Dra. De Bálbora, por disposición del Dr. Storni, y el Dr. Marcelo Bastier. Declaré en la causa cuando se agregó el informe telefónico y se hizo una referencia a las tareas de investigación que venía realizando. Entrevisté a testigos, participé de la entrevista a otros testigos y cuando recibo la orden de detención, pido al Sr. Fiscal que me provea de un grupo de asalto para evitar males mayores. Él me dice estamos en San Francisco y entonces les dice a Mattalía y Chirana acompáñenlo. El Dr. Brito le pregunta si sabe por qué el Fiscal Alberione no lo citó para deponer como testigo en la etapa instructoria de la causa. A lo que el testigo responde: Usted sabe, Dr. Brito, porque trabajé bajo sus órdenes cuando usted era Fiscal General de la Provincia de Córdoba, que soy un profesional que respeta la autoridad vertical, por lo tanto el Sr. Fiscal de Instrucción es el director de la causa, al que se debe respetar. Preguntado por el Dr. Brito si sabe si el Lic. en Psicología Javier Chilo realizó alguna tarea en esta causa, y en su caso si declaró; el testigo manifiesta: No podría responder si el Lic. Javier Chilo ha tenido participación. La estructura de personalidad es un elemento no menor a la hora de un hecho de estas características. Preguntado por el Dr. Brito qué otra actividad realizó en esta causa; el testigo responde: En principio, si mal no me falla la memoria, creo que mi intervención se limita a lo que he expuesto hoy en el Tribunal. Lo que nosotros tenemos que hacer es analizar los elementos que tenemos. Se exige un extremo de rigurosidad para analizar todos los elementos. Tenemos que aportar elementos que nos permitan consolidar una línea investigativa. La tarea del investigador es dilucidar elementos lógicos e ilógicos. Hubo muchas comunicaciones que mostraban cómo trataba Bertotti de esconder quién era la persona que realizaba las comunicaciones. Denominamos a eso conciencia forense. Frente a cualquier problema de este ámbito, para Bertotti la posibilidad muerte estaba presente en esta situación. El Sr. Alejandro Bertotti comienza la relación con el Sr. Diego Forti para que le pegara un susto el Sr. Villafañe porque refería que tenía una relación con su esposa Natalia. Declara el Sr. Villafañe, y refiere que él se había ofrecido para instalar un programa en una PC en la casa de Bertotti. El relata este hecho como que podría haber creado un problema de tensión porque fue solamente en ese momento en que se encontró con la señora Vercesi, que estaba sola. La señora Karina Sánchez fue quien conocía a las personas de esta relación. Desde el punto de vista lógico, una de las fuentes de investigación, porque está en la causa, es esta señora Karina Sánchez por su relación con Alejandro Bertotti y con Natalia Vercesi. Esta situación que tiene que ver más con lo que los colombianos denominan culebrón, nosotros tratamos de ver la objetividad. Puede producir un daño que muchas veces sabemos irreparable. Basta salir a la calle en San Francisco que esto que yo estoy diciendo se perciba que es de público conocimiento. La señora Karina Sánchez tenía relación cuanto menos de amistad con el señor Alejandro Bertotti, y tenía relación de amistad con la señora Natalia Vercesi, y hubieron comentarios de la señora Natalia Vercesi a la señora Karina Sánchez que ella había tenido una relación con el Sr. Leonardo Rostagno. Es muy difícil determinar la dinámica de cómo sucedieron los hechos. Sí puedo decirle que el señor Alejandro Bertotti no fue ajeno a los hechos, tengo reservas al respecto, porque muchas veces llevamos en nosotros cómo fueron estos hechos. También sé que en esa dinámica tan compleja, algunos abogados muy profesionales toman una pequeña parte para construir una mentira. Alejandro Bertotti, una persona conmovida por una situación personal, no fue ajeno a este hecho. Lo que hubo no fue un homicidio en ocasión de robo, sino que fue un hecho de naturaleza pasional. Probablemente nunca el Sr. Bertotti reconozca el hecho cometido. Lo único que le quedó fue la eliminación brutal de una situación que tenía múltiples aristas. Tenía con la víctima una descarga muy fuerte. El Dr. Trucco pregunta por la personalidad de Forti, el testigo responde: Forti tenía un problema con las drogas. Su personalidad puede ser violenta”.
IV) PRUEBA INCORPORADA POR SU LECTURA
     A pedido de las partes, se incorporó por su lectura la siguiente prueba:      
(Causa por abuso de arma)
Testimonial:
1º) Ariel Emilio Fuentes (fs. 1210).
2º) Víctor Leonardo Villalba (fs. 1214).
3º) María Alejandra Ardusso (fs. 1252). 
4º) Ezequiel Blanda (fs. 1228 y 1263).
Documental:
1º) Acta de inspección ocular (fs. 4).
2º) Croquis demostrativo (fs. 5).
3º) Acta de resguardo preventivo (fs. 6).
4º) Fotografías (fs. 20/21).
5º) Acta de allanamiento (fs. 27 y 38).
6º) Copias certificadas del Sumario Prevencional Nº 336/08 (fs. 39 a 50).
Informativa:
1º) Informe médico de Marcos Cuello (fs. 7).
2º) Planilla Prontuarial (fs. 56).
3º) Informe de Dirección Gral. De Policía Judicial – Sría. Científica (fs. 74).
4º) Informe de Balística (fs. 78/80).
5º) Informe de Registro Nacional de reincidencia (fs. 60/61); y demás constancias de autos.
(Causa por el homicidio de Natalia Vercesi)
a) Testimonial:
Beatriz Ana Mansilla (fs. 265/267), dijo: "... realiza trabajos de empleada doméstica en la casa de Gonzalo Cerutti y su esposa, Florencia Bertotti, hermana de Alejandro Bertotti. Y manifiesta que la noche que murió la esposa de Alejandro Bertotti, yo estaba viendo la noticia de lo que había pasado, y en ese momento me llamó Gonzalo y me preguntó si podía ir a limpiarle la casa de la chica que habían matado... él me pidió si podía ir esa misma noche, y yo le respondí que podía ir pero que esa noche no, porque insistía en que fuera esa misma noche... yo le pregunté pero tan pronto Gonzalo, la policía te va a dejar?, y él me dijo que así le había ordenado la policía... así que acordamos que iba si me acompañaba y sólo si era al día siguiente, y aceptó esas dos condiciones... al otro día a la mañana, a las siete y media aproximadamente fui a la casa de Gonzalo Cerutti, dejé en su casa mi moto y de ahí él me llevó en auto a la casa de Alejandro Bertotti, donde había pasado todo... cuando entré vi mucha sangre en la cocina, impresionante, y también había sangre en el living, pero menos...primero limpié el living, después las llaves de luz: estaban sucias las del living que daba al garaje, y la de la cocina... estaban manchadas como si alguien se hubiera apoyado, no tenían mucha sangre...”. Que después limpió las puertas, paredes y techo y “y después pasé a lo que es comedor y cocina... ahí en la cocina limpié cuatro tacitas, dos vasos y cuatro cuchillos que estaban todos sucios con sangre”. Preguntada por el Sr. Fiscal de Instrucción para que diga dónde se encontraban estos objetos, manifiesta “Estaban en la pileta de la mesada, dadas vuelta; uno de los vasos en el living, y el otro no me acuerdo con certeza, creo que también en la mesada; y había un coso redondo donde se guardan los cubiertos y los cuchillos estaban desparramados alrededor, unos sobre la pileta y otros sobre la mesada, no me acuerdo cuántos en un lado y cuántos en el otro...”. Explica que la mesada tenía dos bachas “Pequeñas: una totalmente tapada con tapón tenía agua y sangre, la de la izquierda. Y la otra, estaba sucia con sangre pero vacía”. Preguntado por la Instrucción para que describa los cuchillos, manifiesta “Los cuchillos eran así como de mesa, pero no como los tramontina, es decir, con serruchito de un lado y lisos del otro... eran como de punta más bien redondeadita, y eso me llamó la atención, porque era no son comunes redondos y con filo en la punta... no sé si tenían filo de los dos lados, pero en la punta sí tenían filo... me llamó también la atención que eran cuchillos buenos, no de esos comunes, con una madera mejor que los tramontina”. Preguntado por el Sr. Fiscal para que diga si había más cuchillos de este tipo en la casa, manifiesta: “Había más cuchillos me parece, creo que sí, pero no estoy segura... me llamó la atención la forma que tenían porque eran más bien cortos que los normales... para mi ver eran cuchillos distintos a los comunes, eran más bien cortos, anchitos y bravos, con mucho filo”. Preguntado por el Sr. Fiscal de Instrucción  para que diga dónde tenían sangre los cuchillos, manifiesta “Los cuchillos que estaban en la mesada, estaban bien sucios con sangre, como si los hubieran usado; y los que estaban en la bacha también estaban sucios con sangre, pero salpicados, no como los otros”. Continúa relatando que luego de limpiar living,, cocina y comedor, “Quise limpiar el baño, pero cuando entré el baño estaba limpio, totalmente limpio... lo único que vi fueron las zapatillas de él, de Alejandro supongo, al lado de un mueble... eran unas zapatillas oscuras -claras no eran-, me parece que de color negra y grandotas... como dije el baño estaba limpio y sólo tomé y limpié las zapatillas sobre todo por debajo más algunas manchas que tenía por arriba...”. Hace constar que le llamó la atención que “también limpié las patas del tendedero que estaba con sangre... lo que me llamó la atención que estaba todo tirado y ese tendedero estaba paradito, como acomodado, al lado del lavarropa. El tendedero estaba con las patas sucias con sangre pero la ropa que estaba tendida ahí estaba limpia. Yo la destendí, la acomodé y la guardé. Agrega: “También limpié una tabla de planchar, una tabla sola que estaba tirada contra el mueble del divisorio de la cocina, entre el comedor y la cocina”. Que finalmente fue al patio y allí “ordené la ropa: me llamó la atención porque estaba muy ordenadito el patio, todo muy limpito, y después puse las cosas rotas en bolsas de color negra de basura, las de tamaño normal... primero puse la basura en la del súper y como algunas eran cosas cortantes, le pedí a Gonzalo bolsas de plástico, y dejamos todo en una mesa de plástico que estaba en el patio... del patio sólo recogí unas sábanas, unas ropas de la señora y nada más porque estaba todo muy bien ordenado y también muy limpito”. Preguntada por la instrucción para que diga si observó huellas en el acceso a la casa o en el patio, manifiesta: “no, no había sangre en el acceso de la sangre. Ahora en el patio, estaba impecable, muy limpito, todo muy ordenadito”. Preguntado por el Sr. Fiscal de Instrucción para que diga si en la zona del comedor o en alguna otra parte de la casa pudo observar algún sector que hubiera sido aseado o limpiado, manifiesta: “No, estaba todo sucio con sangre y no había nada que hubiera sido limpiado. Como que todo quedó como cuando pasó”. En cuanto a otros sectores de la casa, manifiesta que “El garaje no estaba sucio, yo lo vi limpio y ahí no toqué nada”. Es su intención hacer constar “Que yo le ofrecí a Gonzalo a lavarle la ropa, lo único le pedí que me pagara... me dio tres bolsas negras de residuos: una con la ropa de bebé, la otra con las cortinas del living que tenían una mancha de sangre, pero no de salpicadura ni como si se hubiera embebido de abajo, sino como si hubieran apoyado algo o alguien contra esa cortina. Y la tercera bolsa era con la ropa de Ale”.  Preguntado por el Sr. Fiscal de Instrucción para que describa la ropa que contenía esa última bolsa, manifiesta: “Estaba el pantalón náutico del uniforme, color celeste o verde; una remera de cuello alti tipo polera, color blanca, lisa, mangas largas; y una remera de cuello a la base, mangas cortas, color blanca, y también lisa. También estaban las medias de vestir, oscuras; y un calzoncillo color clarito. Salvo los calzoncillos, todo estaba con sangre”. Recuerda que al arribar a su casa “Lo primero que hice fue cambiarme y bañarme, y recién después puse a lavar la ropa: la ropa de bebé la puse aparte, y la ropa de esta persona de Alejandro Bertotti, me acuerdo que estaban como si se las hubiera sacado toda juntas, y habían quedado así todas en un block... yo encontré la de mangas largas debajo de la de mangas cortas, como si hubiera tenido la remera mangas cortas abajo y la de mangas cortas arriba, y se las hubiera sacado rápido a las dos juntas. El pantalón si bien tenía sangre, era en la parte de las piernas, abajo en las piernas; pero la mayor cantidad de sangre estaba en las remeras a la altura del pecho, muchísima sangre tenía en el pecho, tanta que las remeras se las había sacado juntas, y estaban todas pegadas”. Es intención de la declarante hacer constar que “un hermano mío de crianza tenía carnicería y por eso sé cómo se limpia la sangre: yo la limpio con agua sola, sola sola, y fría. La lavo con agua hasta que deja de florecer, y recién después con lavandina: ese es secreto para que lavar ropa bien". Preguntada por el Sr. Fiscal de Instrucción para que diga si observó, le dieron a limpiar o tiró a la basura algún trapo o lienzo con sangre, manifiesta que no; aclarando: “Lo único con sangre que lavé fue la ropa de Alejandro Bertotti”. Es intención de la declarante hacer constar que le preguntó a Gonzalo Cerutti qué era lo que había ocurrido, respondiéndole “Que habían entrado dos personas por el garaje creo, y que la apuñalaron y le pegaron, algo así”. Y que también le preguntó “si había perro en la casa, -porque vi una bolsa de comida y comederos- y Gonzalo me respondió que sí, que tenían un bóxer... y le pregunté inmediatamente: No hizo nada el perro? Y él respondió que lo habían sacado afuera, y si bien no me aclaró, es como que dio a entender que habían sido los ladrones”. Preguntada por el Sr. Fiscal de Instrucción para que diga si recorrió toda la casa qué más observó, manifiesta: “Sí recorrí la casa, mirando lo que hacía falta limpiar... yo soy muy detallista, veo enseguida la mugre, y me gusta limpiar bien... miré las habitaciones y el dormitorio de la nena estaba normal y el de él, me pareció que estaba la cama destendida”. Finalmente es su intención hacer constar que luego de poner en remojo la ropa de Alejandro Bertotti, “Suena el teléfono, y cuando atiendo era Gonzalo Cerutti. El me pregunta qué hiciste con la ropa porque Alejandro me preguntó quién se (la) llevó, y yo le respondí que la tenía yo, que el mismo me la había dado en una de las tres bolsas negras, e inmediatamente le pregunté si había algún problema, y me respondió: no, no pasa nada, lavala”. Que al día siguiente “La llevé a la mañana temprano le llevé la ropa de Alejandro Bertotti a Gonzalo. El estaba durmiendo, se levantó y me la recibió y quedé en llevarle después la ropa de bebé porque se estaba secando y se la tenía que planchar”. Que actualmente “Yo sigo trabajando en la casa de ellos, y después que pasaron unos días hablé con Gonzalo, preguntándole porqué me había buscado a mí -porque Alejandro tenía una empleada-, y me dijo que era por la confianza que me tenían. Yo le pregunté qué pasaba si me llamaban de la policía, y Gonzalo me dijo que no, que no tenían porqué llamarme, que me quedara tranquila... Yo le insistí de porqué me habían hecho lavarla, y Gonzalo me insistió que me quedara tranquila, que la policía ya había llevado la chaquetilla. Preguntada por el Sr. Fiscal de Instrucción para que diga si la ropa y las cortinas se la dieron ya en una bolsa o si ella misma la juntó, manifiesta que Gonzalo Cerutti se la dio en las tres bolsas. Preguntada por el Sr. Fiscal de Instrucción para que diga si había mucho desorden en la zona del comedor, manifiesta: “La mesita de niño estaba ordenada, todo bien ordenada, y la mesa del comedor también estaba bien ordenada, con las sillas puestas cada uno en su lugar... El desorden estaba del desayunador hacia la cocina”. Preguntada por la instrucción para que diga cuántos teléfonos observó en la casa, y si estaba manchado con sangre, manifiesta: “El único teléfono que vi era de color oscuro y estaba limpio. Gonzalo al salir dijo que tenía una manchita, pero debe haber sido algo insignificante, porque la limpió él mismo".
b) Documental-Instrumental:
1º) Declaraciones testimoniales prestadas por Alejandro Alberto Bertotti antes de ser imputado (fs. 27/30 y 53).
2°) Acta de inspección ocular del lugar del hecho realizada por el policía Eduardo Almirón (fs. 3/4).
3º) Actas de resguardo preventivo realizadas por el policía Eduardo Almirón (fs. 5 y 6).
4º) Croquis ilustrativo del lugar del hecho realizado sobre plano de la vivienda por el policía Eduardo Almirón (fs. 7).
5º) Acta de resguardo preventivo realizada por el policía Ariel Emilio Fuentes (fs. 14).
6º) Acta de aprehensión del imputado Leonardo Andrés Forti, realizada por el policía Luis Daniel Díaz (fs. 142).
7º) Acta de aprehensión del imputado Alejandro Alberto Bertotti y secuestro, realizada por el Prosecretario Administrativo Miguel Ángel Robles, de la Dirección General de Policía Judicial de Córdoba (fs. 224/225 vta.).
8º) Acta labrada en el Cementerio Municipal de esta ciudad por el Señor Fiscal de Instrucción, con la presencia del Médico Forense, Dr. Mario Germán Vignolo, y el perito de control, Dr. Edgardo Felipe Canalis, con motivo de la exhumación del cadáver de Natalia Vercesi, para la práctica de la necropsia ordenada (fs. 198).
9º) Un trozo de papel manuscrito entregado por la testigo Susana Rita Suárez (reservado en Secretaría, según certificado de fs. 215 y diligencia de remisión de fs. 1157/1158).
10º) Acta de allanamiento y secuestro realizada en el domicilio de Pasaje Río Segundo Nº 841 de esta ciudad, por el policía Jorge Ariel Mattalía (fs. 238).
11º) Actas de allanamiento y secuestro realizadas en el domicilio de Av. Urquiza Nº 94 de esta ciudad, por el policía Luis Daniel Díaz (fs. 246 y 317).
12º) Acta de allanamiento y secuestro realizada en el domicilio de Av. Urquiza Nº 94 de esta ciudad, por el policía Jorge Ariel Mattalía (fs. 660).
13º) Actas de allanamiento y secuestro realizadas en el domicilio de calle Sargento Cabral Nº 1214 de esta ciudad, por el policía Luis Daniel Díaz (fs. 248/248 vta. y 307).
14º) Acta de resguardo preventivo realizada por el policía Luis Daniel Díaz, y fotocopia de los elementos resguardados: una hoja de papel A4 manuscrita y tres horas de papel A4 impresas en computadora (fs. 249/253).
15º) Actas de resguardo preventivo realizadas por el policía Luis Daniel Díaz (fs. 255, 256 y 522).
16º) Fotografías (fs. 15/23 y 530/536).
17º) Fotocopia de documentación remitida por el servicio de emergencias médicas UCEMED: detalle de emergencia e historias clínicas prehospitalarias pertenecientes a la occisa Natalia Vercesi y al imputado Alejandro Alberto Bertotti (fs. 114/116).
18º) Acta de entrega en carácter de depositario judicial de automóvil marca "Volkswagen Bora", color azul, Dominio GFU418, y demás efectos secuestrados, a Matías Neval Tomatis (fs. 229/230 vta.).
19º) Fotocopia auténtica del Acta de matrimonio celebrado entre Alejandro Alberto Bertotti y Natalia Vercesi (fs. 271/271 vta.).
20º) Fotocopia auténtica del Acta de defunción de Natalia Vercesi (fs. 273/273 vta.).
21º) Fotocopia certificada de comprobante del "Banco Macro", operación Nº 79451915 (fs. 455).
22º) Fotocopia certificada de formulario original del Ministerio de Interior, Registro Nacional de las Personas, que contiene las huellas dactiloscópicas de Natalia Vercesi (fs. 485).
23º) Fotocopia de listado "sábana" que contiene las llamadas telefónicas efectuadas el día 8 de julio de 2009 desde las cabinas telefónicas del maxikiosco ubicado en Bv. Roca Nº 2308 de esta ciudad (fs. 653/654).
24º) Fotocopias certificadas de las partes pertinentes de los autos caratulados "Actuaciones labradas por la Unidad Judicial San Francisco, Sumario Nº 1253/09, con motivo de la denuncia formulada por Bertotti, Alejandro Alberto" -Causa letra "A" Nº 121, año 2009, radicada en la Fiscalía de Instrucción de Segundo Turno de esta ciudad- (fs. 950/961), que contiene:
- denuncia formulada por Alejandro Alberto Bertotti (fs. 950/951)
- informe de la empresa de telefonía celular "Personal", relativo a la línea telefónica Nº 03564-15662769 (fs. 952)
- informe de la empresa de telefonía "Telecom" (fs. 953/955)
- informe de la empresa de telefonía "Telefónica Móviles Argentina S.A.", relativo a la línea telefónica Nº 03564-15515521  (fs. 956/957)
- declaración testimonial del policía Ramón Miguel Quinteros (fs. 958/958 vta.)
25º) Disco compacto marca "Teltron Ultragreen" Nº L4-80MING-1-1 0809191733-648, remitido por el diario local "La Voz de San Justo" (reservado en Secretaría según certificado de fs. 527 y diligencia de remisión de fs. 1157/1158).
26º) 25 -veinticinco- casettes de audio que contienen escuchas telefónicas de los Nº 03564-15662769, 03564-426681 y 03564-423694 (reservados en Secretaría según certificados de Secretaría de fs. 368 y 876 vta., y diligencia de remisión de fs. 1157/1158).
27º) 151 (ciento cincuenta y una) fotografías que se encuentran dentro de tres sobres de papel madera, rotulados A (70 fotografías), B (52 fotografías) y C (29 fotografías) (reservadas en Secretaría según certificado de fs. 254 y diligencia de remisión de fs. 1157/1158).
28º) Gráfico que contiene información analizada con el software "I2-Analyt's Notebook", realizado por el Jefe de la División Procesamiento de las Telecomunicaciones, Miguel Ángel Robles -expte. 794/09- (reservadas en Secretaría según decreto y certificado de fs. 935, y diligencia de remisión de fs. 1157/1158).
29º) Efectos secuestrados, reservados en Secretaría (según diligencia de remisión de fs. 1157/1158):
- un par de zapatillas de color beige con marrón con cordones marrones (Ver Acta de allanamiento y secuestro de fs. 238)
- un pantalón ambo de color gris, un buzo mangas largas color beige marca "Taverniti" con un cierre pequeño en frente, un par de zapatillas colores negra y blanca con vivos celestes marca "Nike", un par de zapatillas de cuero marca "Panther" de color negro con detalles en blanco, un par de zapatillas negra con vivos grises marca "Nike" y un par de zapatillas color plateado con negro marca "AND1" (Ver Acta de allanamiento y secuestro de fs. 307)
- una cuchilla marca "Stainless China", cabo plástico color negro, de aproximadamente 28 cm.; un cuchillo marca "Tramontina", cabo de madera, de aproximadamente 18 cm., hoja ancha; un cuchillo marca "Tramontina", cabo de madera, de aproximadamente 19 cm., hoja fina; un cuchillo marca "Tramontina", cabo de madera, de aproximadamente 20 cm., hoja fina; un cuchillo marca "Tramontina Isla Caras", cabo de madera, de aproximadamente 25 cm., punta redonda; un cuchillo marca "Tramontina Isla Caras", mango de madera, con punta; un par de zapatillas marca "Topper", blanca con gris de cuero; un par de zapatillas marca "Nike", negras, tipo botita; un ambo completo -chaquetilla y pantalón- color verde claro y dos chaquetillas de color blanco (Ver Acta de allanamiento y secuestro de fs. 317)
- un (1) CD Nº CMDR47G-CTMWM02-197-4130 remitido por "Radio Canal"
- un guante suelto de examen, un par de guantes de cirugía marca "Printex" tamaño 8 y un par de guantes de cirugía marca "AS", tamaño 7 y 1/2 (entregados por el testigo Carlos Alberto Verón)
c) Informativa:
1º) Informe médico perteneciente al cadáver de Natalia Vercesi, realizado por el médico policial, Dr. Aníbal Pizarro (fs. 12).
2º) Informes médicos pertenecientes al imputado Alejandro Alberto Bertotti, realizados por el médico policial, Dr. Aníbal Pizarro (fs. 11, 25 y 31).
3º) Informe del Médico Forense, Dr. Mario Germán Vignolo, sobre remisión de muestras cabellos extraídos en el momento de realizar la autopsia del cadáver de Natalia Vercesi, a la Sección Química Legal, Secretaría Científica, Dirección General de Policía Judicial de Córdoba (fs. 98).
4°) Informe psicológico perteneciente al imputado Leonardo Andrés Forti, realizado por el Psicólogo del Equipo Técnico de Asistencia Judicial de esta ciudad, Lic. en Psicología Víctor Hugo Monina (fs. 201).
5°) Informe psicológico perteneciente al imputado Alejandro Alberto Bertotti, realizado por la Psicóloga del Establecimiento Penitenciario Nº 7 de esta ciudad, Lic. en Psicología María Eugenia Duarte (fs. 497).
6º) Informe del Director General de Policía Judicial de Córdoba, Dr. Federico Guillermo Storni (fs. 153/153 vta.).
7°) Informe del Ing. Gustavo Guayanes, del Departamento Comunicaciones, Investigación y Desarrollo de Sistemas, Dirección General de Policía Judicial de Córdoba (fs. 210).
8º) Informe sobre transcripción de escuchas telefónicas, realizado por el policía Ariel Emilio Fuentes (fs. 361/366).
9º) Informe del Ministerio de Interior, Registro Nacional de las Personas, firmado por la Jefa de División Despacho Central Dra. Mónica Patricia Maciel (fs. 483).
10º) Informe del "Sanatorio y Clínica San Justo Privado S.R.L." (fs. 557).
11º) Informe del "Sanatorio y Clínica San Justo Privado S.R.L." de esta ciudad (fs. 881), en el que se acompaña como muestra un par de guantes de látex estériles descartables para cirugía marca "Alfa-Doves", medida 8, Nº de lote 20091110, fecha de esterilización 200911, fecha de vencimiento 201211 (reservados en Secretaría según decreto y certificado de fs. 882, y diligencia de remisión de fs. 1157/1158).
12º) Informe del Hospital J. B. Iturraspe de esta ciudad (fs. 883), en el que se acompañan muestras de guantes: examen marca "MCM"; examen marca "NP"; de cirugía marca "MCM Premium", tamaño 7; de látex estériles para cirugía, caña super larga, marca "Mediglove" y estéril marca "MCM Max", de tamaño 7 ½ M (reservados en Secretaría según decreto y certificado de fs. 884 y 932, y diligencia de remisión de fs. 1157/1158).
13º) Informe del Establecimiento Penitenciario Nº 7 de esta ciudad, sobre las visitas recibidas por los internos Leonardo Andrés Forti y Alejandro Alberto Bertotti desde la fecha de su ingreso hasta el día 20-6-2010 (fs. 964/984 -Leonardo Andrés Forti- y 985/1005 -Alejandro Alberto Bertotti-).
14º) Informe del "Banco Macro S.A." (fs. 487).
15º) Informe del "Banco de la Nación Argentina, Sucursal San Francisco", en el que se adjunta fotocopia de los movimientos operados durante los meses de marzo a julio en la Caja de Ahorro Nº 467.623.757/1 perteneciente a Alejandro Alberto Bertotti (fs. 600/606).
16º) Informe del "Banco Macro S.A., Sucursal San Francisco", en el que se adjunta fotocopia de los movimientos operados durante los meses de marzo a julio en la Caja de Ahorro Nº 4-303-0170039483-4 perteneciente a Alejandro Alberto Bertotti (fs. 607/609).
17º) Informe del "Banco de Córdoba, Sucursal San Francisco", en el que se adjunta fotocopia de los movimientos operados durante los meses de marzo a julio en las Cajas de Ahorro Nº 100196/05 y 112611/02 pertenecientes a Alejandro Alberto Bertotti (fs. 613/619 y 620/624, respectivamente).
18º) Informe del "Banco Francés", en el que se adjunta fotocopia de los movimientos operados desde el 12-2-2009 al 12-8-2009 en la Caja de Ahorro Nº 276-006473/7 perteneciente a Alejandro Alberto Bertotti (fs. 641/650).
19º) Informe de "Radio Estación FM 102.5", firmado por su Director Martín R. Barrios (fs. 516), en el que se adjunta  un disco compacto digital marca "Verbatim" que contiene entrevistas, notas y declaraciones del imputado Alejandro Alberto Bertotti, con un rótulo manuscrito que dice "Fiscalía Nº 3, Bertotti, Radio Estación 102.5" (reservado en Secretaría según decreto y certificado de fs. 517, y diligencia de remisión de fs. 1157/1158).
20º) Informe de "Euroradio", firmado por su Director Darío Eduardo Pérez (fs. 628).
21º) Informe de la empresa de telefonía celular “Personal”, referente a las líneas telefónicas Nº 03564-15662769 -teléfono celular de Alejandro Alberto Bertotti- y Nº 03564-15628317 -teléfono celular de Natalia Vercesi- (fs. 118/121).
22º) Informe de la empresa de telefonía celular “Claro”, referente a datos de titularidad y llamadas salientes realizadas el día 8 de julio de 2009 de las líneas telefónicas Nº 03564-15640389 y Nº 03564-15639243 -teléfonos celulares a nombre de Gustavo Ezequiel Lucero, correspondientes a las cabinas telefónicas del maxikiosco ubicado en Bv. Roca Nº 2308 de esta ciudad- (fs. 680/684).
23º) Informes de la empresa de telefonía “Telecom” referente a:
- datos de titularidad y llamadas salientes realizadas el día 8 de julio de 2009 de las líneas telefónicas Nº  03564-436511 y 03564-436512 -teléfonos fijos a nombre de "Servicios Públicos S.R.L.", correspondientes a las cabinas telefónicas del maxikiosco ubicado en Bv. Roca Nº 2308 de esta ciudad- (fs. 739/742).
- datos de titularidad y llamadas salientes realizadas el día 8 de julio de 2009 de las líneas telefónicas Nº  03564-436510, 03564-436511, 03564-436512 y 03564-439985 -teléfonos fijos a nombre de "Servicios Públicos S.R.L.", correspondientes a las cabinas telefónicas del maxikiosco ubicado en Bv. Roca Nº 2308 de esta ciudad- (fs. 782/787).
24º) Planillas prontuariales de los imputados:
-  Leonardo Andrés Forti (fs. 144/144 vta.)
- Alejandro Alberto Bertotti (fs. 228/228 vta.)
25º) Informes del Registro Nacional de Reincidencia de los imputados:
-  Leonardo Andrés Forti (fs. 321/323)
- Alejandro Alberto Bertotti (fs. 325)
d) Informativa (informes técnicos de la Dirección General de Policía Judicial de Córdoba, obrantes en Carpetas de Prueba):
I) Sección Audio Legal, Gabinete de Reconstrucción Criminal, Secretaría Científica:
Informe técnico Nº 903.775, Cooperación Técnica Nº 310.093, realizado por Ricardo Adrián Britos (fs. 1/1 vta. de la Carpeta de Prueba Nº 3).
II) Departamento Comunicaciones e Investigación y Desarrollo de Sistemas:
1º) Informe técnico informático Nº 897.499, Cooperación Técnica Nº 310.093, realizado por el Ingeniero Arsenio Antonio Cardone (fs. 2/3 de la Carpeta de Prueba Nº 3). Se acompaña documentación y material aportados:
- Acta labrada por el Ingeniero Arsenio Antonio Cardone (fs. 5 de la Carpeta de Prueba Nº 3)
- Anexo I, impresiones gráficas (fs. 7/9 de la Carpeta de Prueba Nº 3)
- Material registrado Nº 53.074, 2 DVD originales con filmación de fecha 8-7-2009, Cámara 14, firma "Codini" y un CD con programa para reproducción de video denominado BCPLAYER y CODEC (fs. 10 de la Carpeta de Prueba Nº 3)
2º) Informe técnico informático Nº 897.965, Cooperación Técnica Nº 310.093, realizado por el Ingeniero Arsenio Antonio Cardone (fs. 11/12 de la Carpeta de Prueba Nº 3). Se acompaña documentación y material aportados:
- Acta labrada por el Ingeniero Arsenio Antonio Cardone (fs. 14 de la Carpeta de Prueba Nº 3)
- Anexo I, impresiones gráficas (fs. 16/18 de la Carpeta de Prueba Nº 3)
- Material registrado Nº 53.084, un DVD original, Cámara 2, firma "Servicentro 9 de Julio" (fs. 19 de la Carpeta de Prueba Nº 3)
3º) Informe técnico Nº 903.773, Cooperación Técnica Nº 310.093, realizado por el Ingeniero Gustavo Guayanes (fs. 1/33 de la Carpeta de Prueba Nº 4). Se acompaña material aportado (fs. 34 de la Carpeta de Prueba Nº 4):
- Material registrado Nº 53.668, celular "Motorola V 172", IMEI 0107390009257941, con Tarjeta SIM de la empresa "Personal" 89543-41020-87460-36140, con batería y tapa posterior
- Material registrado Nº 53.669, celular "Motorola C 139", IMEI 010678000140229, con Tarjeta SIM de la empresa "Personal" 89543410106571812033, con batería y tapa posterior
- Material registrado Nº 53.670, celular "Nokia", IMEI 011598001434364, con Tarjeta SIM de la empresa "Personal" 8954-3410-7087-6858-3572, con batería y tapa posterior
- Material registrado Nº 53.711, Tarjeta SIM de la empresa "Personal" 89543-41120-35329-65171
- Material registrado Nº 53.712, portatarjeta SIM 89543410208746036140, sin Tarjeta SIM, y manual de usuario
4º) Informe técnico informático Nº 905.720, Cooperación Técnica Nº 310.093, realizado por el Ingeniero Gustavo Guayanes (fs. 50/50 vta. de la Carpeta de Prueba Nº 4). Se acompaña documentación aportada:
- Acta labrada por el Ingeniero Gustavo Guayanes (fs. 52/52 vta. de la Carpeta de Prueba Nº 4)
5º) Informe técnico informático Nº 903.774, Cooperación Técnica Nº 310.093, realizado por el Ingeniero Arsenio Antonio Cardone (fs. 53/53 vta. de la Carpeta de Prueba Nº 4). Se acompaña documentación aportada:
- Acta labrada por el Ingeniero Arsenio Antonio Cardone (fs. 55/55 vta. de la Carpeta de Prueba Nº 4)
6º) Informe técnico informático Nº 906.101, Cooperación Técnica Nº 310.093, realizado por el Ingeniero Arsenio Antonio Cardone (fs. 56/56 vta. de la Carpeta de Prueba Nº 4). Se acompaña documentación aportada:
- Acta labrada por el Ingeniero Arsenio Antonio Cardone (fs. 58 de la Carpeta de Prueba Nº 4)
7º) Informe técnico informático Nº 916.912, Cooperación Técnica Nº 310.289, realizado por la Ing. Myrian Graciela Braillard, con sus doce Anexos, que contienen distintos informes e impresiones gráficas (fs. 69/113 vta. de la Carpeta de Prueba Nº 4). Se acompaña material aportado (fs. 114/117 de la Carpeta de Prueba Nº 4):
- Material registrado Nº 55.210, un CPU gabinete minotower color negro con una etiqueta en el panel frontal en la que reza "Performance" lectora/grabadora CD/DVD Sony, dos puertos USB en el panel frontal, conectores multimedia en el panel frontal, conectores multimedia onboard, palcade red ponboard, 4 USB onboard
- Material registrado Nº 55.217, una memoria SD marca Última de 1 Gb de capacidad
- Material registrado Nº 53.901, 20 DVD originales
- Material registrado Nº 53.903, 10 DVD originales
- Material registrado Nº 56.273, 1 DVD original
- Material registrado Nº 56.275, 1 DVD original (datos)
III) Departamento Innovaciones Tecnológicas, Sección Video Legal, Gabinete de Reconstrucción Criminal, Secretaría Científica:
1º) Informe técnico Nº 898.513/09, Cooperación Técnica Nº 310.093/09, realizado por el Jefe de Despacho Mario Rubén Cuello, con anexo fotográfico (fs. 20/35 de la Carpeta de Prueba Nº 3), y ampliación de dicho informe, con anexo fotográfico (fs. 44/59 de la Carpeta de Prueba Nº 3). Se acompaña material aportado:
- tres DVD marca "Verbatim" (fs. 36 de la Carpeta de Prueba Nº 3)
- tres DVD marca "Verbatim" (fs. 60 de la Carpeta de Prueba Nº 3)
2º) Informe técnico Nº 905.725/09 -ampliación-, Cooperación Técnica Nº 310.093/09, realizado por Hugo Arabel, con anexo fotográfico (fs. 43/47 de la Carpeta de Prueba Nº 4).
IV) Sección Química Legal, Secretaría Científica:
1º) Informe técnico químico Nº 12.689 (901.604), Cooperación Técnica Nº 310.289, realizado por Néstor Darío Gutiérrez, Encargado de la Sección (fs. 43/43 vta. de la Carpeta de Prueba Nº 3).
2º) Informe técnico químico Nº 13.010 (903.352), Cooperación Técnica Nº 310.289, realizado por Néstor Darío Gutiérrez, Encargado de la Sección (fs. 36/36 vta. de la Carpeta de Prueba Nº 4).
3º) Informe técnico químico Nº 13.048 (903.656), Cooperación Técnica Nº 310.289, realizado por el Biólogo Javier Lascano (fs. 37/37 vta. de la Carpeta de Prueba Nº 4). Se acompaña documentación aportada:
- Acta de secuestro labrada por Néstor Darío Gutiérrez (fs. 38 de la Carpeta de Prueba Nº 4)
4º) Informe técnico químico Nº 13.011 (903.353), Cooperación Técnica Nº 310.289, realizado por Néstor Darío Gutiérrez, Encargado de la Sección (fs. 41/42 de la Carpeta de Prueba Nº 4).
5º) Informe técnico químico Nº 21.008 (954.699), Cooperación Técnica Nº 310.289, realizado por el Lic. Gonzalo Lassaga (fs. 25 de la Carpeta de Prueba Nº 5). Se acompaña documentación aportada:
- Acta de secuestro labrada por el Lic. Gonzalo Lassaga (fs. 26 de la Carpeta de Prueba Nº 5)
6º) Informe técnico químico Nº 4.272 (988.851), Cooperación Técnica Nº 310.289, realizado por Néstor Darío Gutiérrez, Encargado de la Sección (fs. 30 de la Carpeta de Prueba Nº 5).
V) Sección Fotografía Legal, Gabinete de Reconstrucción Criminal, Secretaría Científica
1º) Informe técnico fotográfico Nº 901.822, Cooperación Técnica Nº 310.289, realizado por Adrián Esteban Roldán (fs. 40/42 de la Carpeta de Prueba Nº 3).
2º) Informe técnico fotográfico Nº 898.805, Cooperación Técnica Nº 310.289, realizado por el Perito Fotógrafo, Oficial Aldo R. Paredes (fs. 61/74 de la Carpeta de Prueba Nº 3).
3º) Informe técnico fotográfico Nº 941.419, Cooperación Técnica Nº 310.289, realizado por el Escribiente Alfredo Elded (fs. 123/132 de la Carpeta de Prueba Nº 4).
4º) Informe técnico fotográfico Nº 931.979, Cooperación Técnica Nº 310.289, realizado por el Jefe de Despacho Luis Humberto Tisera (fs. 1/21 de la Carpeta de Prueba Nº 5).
5º) Informe técnico fotográfico Nº 904.061, Cooperación Técnica Nº 310.289, realizado por el Perito Fotógrafo, Oficial Aldo R. Paredes, compuesto de 141 fotografías y 48 fs. útiles (reservado en Secretaría según diligencia de remisión de fs. 1157/1158).
VI) Sección Huellas y Rastros, Secretaría Científica:
1º) Informe técnico Nº 903.322, Cooperación Técnica Nº 310.289, realizado por el Oficial Auxiliar Luis Roberto Olmos Catania, del Área de Registro y Verificación de Identidad Papiloscópica (fs. 59/59 vta. de la Carpeta de Prueba Nº 4), con anexo fotográfico (fs. 62/66 de la Carpeta de Prueba Nº 4). Se acompaña documentación aportada:
- Actas labradas por el Oficial Auxiliar Luis Roberto Olmos Catania (fs. 60 y 61 de la Carpeta de Prueba Nº 4)
2º) Informe técnico Nº 913.111, Cooperación Técnica Nº 310.289, realizado por el Oficial Auxiliar Luis Roberto Olmos Catania, del Área de Registro y Verificación de Identidad Papiloscópica (fs. 68 de la Carpeta de Prueba Nº 4)
3º) Informe técnico Nº 925.324, Cooperación Técnica Nº 310.289, realizado por el Oficial Auxiliar Luis Roberto Olmos Catania, del Área de Registro y Verificación de Identidad Papiloscópica (fs. 118 de la Carpeta de Prueba Nº 4)
4º) Informe técnico Nº 944.326, Cooperación Técnica Nº 310.289, realizado por el Oficial Auxiliar Luis Roberto Olmos Catania, del Área de Registro y Verificación de Identidad Papiloscópica (fs. 122/122 vta. de la Carpeta de Prueba Nº 4).
VII) Sección Planimetría Legal, Gabinete de Reconstrucción Criminal, Secretaría Científica
1º) Informe técnico planimétrico Nº 931.978, Cooperación Técnica Nº 310.289, realizado por Omar Roque Chavarría (fs. 22 de la Carpeta de Prueba Nº 5).
2º) Informe técnico planimétrico Nº 904.066, Cooperación Técnica Nº 310.289, realizado por Omar Roque Chavarría (reservado en Secretaría según diligencia de remisión de fs. 1157/1158).
VIII) División Procesamiento de las Telecomunicaciones
Informe técnico realizado por el Jefe de la División Miguel Ángel Robles -Expte. 794/09 DPT-, con anexo gráfico (reservado en Secretaría según decreto y certificado de fs. 861, y diligencia de remisión de fs. 1157/1158).
e) Informativa (informes de empresas telefónicas obrantes en Carpetas de Prueba):
I) Informes de la empresa telefónica "Telecom":
1º) Detalle de llamadas telefónicas entrantes y salientes de la línea 03564-426681 -teléfono fijo de la casa de familia Bertotti-Vercesi- por el período comprendido entre el 6-7-2009 y 10-7-2009 (fs. 1/6 de la Carpeta de Prueba Nº 1)
2º) Datos de titularidad y detalle de llamadas telefónicas entrantes y salientes de la línea 03564-433540 -teléfono fijo de la casa de familia de Leonardo Andrés Forti - por el período comprendido entre el 1-1-2009 y 26-7-2009 (fs. 137/255 de la Carpeta de Prueba Nº 1)
3º) Datos de titularidad y detalle de llamadas telefónicas salientes de la línea 03564-429914 -cabina pública ubicada en calle Dominga Cullen Nº 450 de esta ciudad- por el período comprendido entre el 1-4-2009 y 1-8-2009 (fs. 289/383 de la Carpeta de Prueba Nº 1)
4º) Datos de titularidad y detalle de llamadas telefónicas salientes de la línea 03564-429903 -cabina pública ubicada en calle Dominga Cullen Nº 450 de esta ciudad- por el período comprendido entre el 1-4-2009 y 1-8-2009 (fs. 54/115 de la Carpeta de Prueba Nº 2)
5º) Datos de titularidad y detalle de llamadas telefónicas salientes de la línea 03564-438449 -cabina pública ubicada en calle Caseros Nº 799 de esta ciudad- por el período comprendido entre el 1-4-2009 y 1-8-2009 (fs. 116/227 de la Carpeta de Prueba Nº 2)
6º) Datos de titularidad y detalle de llamadas telefónicas entrantes y salientes de la línea 03564-438447 -cabina pública ubicada en calle Uruguay Nº 798 de esta ciudad-  por el período comprendido entre el 1-1-2009 y 1-8-2009 (fs. 1/299 de la Carpeta de Prueba Nº 6 y 1/232 de la Carpeta de Prueba Nº 7)
7º) Datos de titularidad y detalle de llamadas telefónicas salientes de la línea 03564-438450 -cabina pública ubicada en calle Caseros Nº 799 de esta ciudad- por el período comprendido entre el 1-4-2009 y 1-6-2009 (fs. 233/283 de la Carpeta de Prueba Nº 7)
II) Informes de la empresa de telefonía celular "Personal":
1º) Detalle de llamadas telefónicas entrantes y salientes, y mensajes de texto de las líneas 03564-15628317 -teléfono celular de Natalia Vercesi- y 03564-15662769 -teléfono celular de Alejandro Alberto Bertotti- por el período comprendido entre el 1-1-2009 y 24-7-2009 (fs. 7/136 de la Carpeta de Prueba Nº 1)
2º) Datos de titularidad y detalle de llamadas telefónicas entrantes y salientes de la línea 03564-15651191 -teléfono celular de Mariano Germán Gerlero, compañero de trabajo de Alejandro Alberto Bertotti- por el período comprendido entre el 1-4-2009 y 1-8-2009 (fs. 256/288 de la Carpeta de Prueba Nº 1).
3º) Datos de titularidad y detalle de llamadas telefónicas entrantes y salientes, y mensajes de texto de la línea 03564-15660751 -teléfono celular de Terca S.A., Juan Eduardo Borgogno- por el período comprendido entre el 1-7-2009 y 30-7-2009 (fs. 1/28 de la Carpeta de Prueba Nº 2)
4º) Datos de titularidad y detalle de llamadas telefónicas entrantes y salientes, y mensajes de texto de la línea 03564-15602637 -teléfono celular de María Rosa Barrera- por el período comprendido entre el 1-7-2009 y 30-7-2009 (fs. 29/53 de la Carpeta de Prueba Nº 2)
III) Informe de la empresa de telefonía celular "Movistar":
Datos de titularidad y detalle de llamadas telefónicas entrantes y salientes, y mensajes de texto de la línea 03564-15523437 -teléfono celular de Diego José Constantino, compañero de trabajo de Alejandro Alberto Bertotti- por el período comprendido entre el 1-4-2009 y 1-8-2009 (fs. 384/430 de la Carpeta de Prueba Nº 1)
f) Pericial:
1º) Informe pericial químico Nº 12.449 (900.636), Cooperación Técnica Nº 310.289, ADN 133/09, realizado por Néstor Darío Gutiérrez, Encargado de la Sección (fs. 37/39 de la Carpeta de Prueba Nº 3).
2º) Informe pericial químico Nº 13.009 (903.323), Cooperación Técnica Nº 310.289, realizado por Néstor Darío Gutiérrez, Encargado de la Sección (fs. 35/35 vta. de la Carpeta de Prueba Nº 4).
3º) Informe pericial químico Nº 12.086 (898.209), Cooperación Técnica Nº 310.289, realizado por el Biólogo Javier Lascano (fs. 39/40 de la Carpeta de Prueba Nº 4).
4º) Informe pericial químico Nº 12.557 (901.088), Cooperación Técnica Nº 310.289, realizado por Néstor Darío Gutiérrez, Encargado de la Sección (fs. 67 de la Carpeta de Prueba Nº 4).
5º) Informe pericial químico Nº 21.419 (957.661), Cooperación Técnica Nº 310.289, realizado por Néstor Darío Gutiérrez, Encargado de la Sección (fs. 23/24 de la Carpeta de Prueba Nº 5).
6º) Informe pericial químico Nº 18.998 (931.980), Cooperación Técnica Nº 310.289, realizado por el Biólogo Javier Lascano, de la Sección (fs. 119/120 de la Carpeta de Prueba Nº 4). Se acompaña material aportado:
- sobre cerrado que contiene el cuchillo analizado (fs. 121 de la Carpeta de Prueba Nº 4)
7º) Informe pericial químico Nº 3.864 (986.341), Cooperación Técnica Nº 310.289, realizado por Néstor Darío Gutiérrez, Encargado de la Sección (fs. 29/29 vta. de la Carpeta de Prueba Nº 5).
8º) Informe pericial químico Nº 7.226 (1.008.814), Cooperación Técnica Nº 310.289, realizado por Néstor Darío Gutiérrez, Encargado de la Sección (fs. 31/31 vta. de la Carpeta de Prueba Nº 5).
9º) Informe pericial químico Nº 18.944 (940.719), Cooperación Técnica Nº 310.289, realizado por la Dra. en Ciencias Biológicas perteneciente a la Universidad Nacional de Córdoba, Facultad de Medicina, María Alejandra Berra (fs. 27/28 vta. de la Carpeta de Prueba Nº 5).
10º) Informe pericial de autopsia del cadáver de Natalia Vercesi, realizado por el Médico Forense, Dr. Mario Germán Vignolo, y el Médico Policial, Dr. Aníbal Pizarro (fs. 186/189).
11º) Informe pericial del Médico Forense, Dr. Mario Germán Vignolo, sobre extracción de muestras de sangre y cabellos, al imputado Alejandro Alberto Bertotti (fs. 90).
12°) Dictamen pericial psiquiátrico -art 85 del C.P.P. perteneciente al imputado Alejandro Alberto Bertotti, realizado por el Médico Psiquiatra Forense, Dr. Antonio Ábalos, del Servicio de Psiquiatría Forense de la ciudad de Córdoba (fs. 387).
13°) Dictamen pericial psiquiátrico -art 85 del C.P.P. perteneciente al imputado Leonardo Andrés Forti, realizado por el Médico Psiquiatra Forense, Dr. Antonio Ábalos, del Servicio de Psiquiatría Forense de la ciudad de Córdoba (fs. 388/389).
14°) Dictamen pericial psicológico perteneciente al imputado Alejandro Alberto Bertotti realizado por la Psicóloga Forense, Lic. en Psicología Marcela Scarafía, del Servicio de Psicología Forense de la ciudad de Córdoba (fs. 495).
15°) Dictamen pericial psicológico perteneciente al imputado Leonardo Andrés Forti realizado por la Psicóloga Forense, Lic. en Psicología Mariana Salguero, del Servicio de Psicología Forense de la ciudad de Córdoba (fs. 663/665).
16º) Dictamen pericial genético, realizado con el objeto de determinar los perfiles de  ADN nuclear a partir de los materiales biológicos remitidos: a) un sobre que contiene FTA con sangre perteneciente a Natalia Vercesi, b) un sobre que contiene FTA con sangre perteneciente a Alejandro Alberto Bertotti, c) un portaobjetos y pelos extraídos a Alejandro Alberto Bertotti, d) un sobre que contiene trozos de bombacha, e) un sobre que contiene cuatro portaobjetos identificados como C1, C2, C3 y C4, extraídos de la mano derecha de la víctima, f) un sobre que contiene cuatro portaobjetos identificados como D1, D2, D3 y D4, extraídos de la mano izquierda de la víctima, g) un sobre que contiene una guante de polietileno identificado como Vercesi Natalia, con tres portaobjetos identificados como Pelo 1, Pelo 2a y Pelo 2b, y h) dos tubos con sangre rotulados a nombre de Leonardo Andrés Forti; realizado por la Dra. en Bioquímica Nidia María Modesti, del Laboratorio de Genética Forense, Área de Servicios Judiciales, Poder Judicial de Córdoba (fs. 579/588).
17º) Dictamen pericial genético, realizado con el objeto de determinar los perfiles de  ADN a partir de los materiales biológicos remitidos: muestras rotuladas a nombre de Natalia Vercesi y Alejandro Alberto Bertotti, tubo con sangre rotulados a nombre de Leonardo Oscar Rostagno y restos óseos cadavéricos pertenecientes al feto NN del cadáver de Natalia Vercesi -dos fémures, dos húmeros, costilla-esternón-, y el posterior cotejo de dichos perfiles genéticos con el objeto de determinar un posible vínculo filial, realizado por la Dra. en Bioquímica Nidia María Modesti, del Laboratorio de Genética Forense, Área de Servicios Judiciales, Poder Judicial de Córdoba (fs. 589/594).
18º) Dictamen pericial genético -informe Nº 135-, realizado con el objeto de determinar los perfiles de  ADN nuclear a partir de los materiales biológicos remitidos: un sobre rotulado "IQ 18944 (940719) Coop. 310289" "Pelos en dos grupos de portaobjetos", que contiene dos envoltorios de papel de filtro, rotulados "Pelos 1 y 3 con bulbo" y "Pelos 2, 4 y 5 sin bulbo con sangre" respectivamente, cerrados con cinta adhesiva, que contiene pelos entre portaobjetos; un sobre rotulado "IQ 18998/09 Coop. 310289" "Tres hisopos levantados del cuchillo", que contiene tres envoltorios de papel de filtro, abrochados, rotulados "hisopo 1 (hoja con sangre)", "hisopo 2 (mango con sangre)", "hisopo 3 (mango)", que contienen un hisopo cada uno; dos sobres rotulados "IQ 18998/09 Coop. 310289" "un guante de látex", que contienen un guante de látex cada uno; para su cotejo con los perfiles genéticos de Leonardo Andrés Forti, Natalia Vercesi y Alejandro Alberto Bertotti, previamente tipificados; realizado por la Dra. en Bioquímica Nidia María Modesti, del Laboratorio de Genética Forense, Área de Servicios Judiciales, Poder Judicial de Córdoba (fs. 909/918), con anexo fotográfico (fs. 936/942 vta.) y CD marca "Pelikan" modelo 6020 que contiene fotografías digitales de las muestras analizadas (reservado en Secretaría conforme constancia de fs. 943 y diligencia de remisión de fs. 1157/1158).
g) Inspección judicial (art. 399 CPP): Realizada en la primera jornada del juicio, y en el lugar del hecho; y demás constancias de autos.
     V) VALORACION DE LA PRUEBA
     a) Hecho de abuso de arma:
El imputado Forti admitió su culpabilidad. Dijo que efectuó los dos disparos afuera del negocio. Expresó que dos horas antes el arma se le cayó a Cuello o a su hermano, por Bv. 25 de Mayo, y que él la recogió. Que él tenía puesta el arma entre las medias y no en la cintura. Dice que Cuello no estaba solo, sino con un hermano.
Aún admitiendo que los hechos hayan sucedido así, como dice el imputado, igualmente se configura el delito que se le atribuye, que es el de haber efectuado dos disparos en contra de una persona desarmada, causándole lesiones de carácter leve, sin importar de qué modo se proveyó del arma de fuego
Sin embargo, el material probatorio demuestra claramente que el hecho sucedió como consta en la requisitoria fiscal. Varios testigos ven que es Forti el que ingresa exaltado y molestando a los clientes. Ven que Cuello le recrimina su actitud, a lo que Forti lo invita que salga afuera. Cuello sale y luego de una breve discusión, Forti saca el arma de su cintura y le efectúa el primer disparo. Cuello, al notar que no había sido herido, ingresa al interior del local como para dar por terminado el conflicto, pero Forti lo sigue y adentro le efectúa el segundo disparo, ya claramente dirigido al pecho de Cuello, que por fortuna alcanza a incorporarse, resultando herido levemente en su pierna y mano derecha.
El testigo Maximiliano Andrés Yélamo (amigo de Forti) brinda una versión poco creíble, y que tampoco coincide con los dichos de Forti, ya que expresa que Cuello tenía el arma y se le cayó en el lugar.
El resto de los testigos (Ezequiel Blanda, Tatiana Jorgelina Casula, Eduardo Omar Sábolo, entre otros) confirman en un todo la versión de Marcos Emanuel Cuello, en el sentido que era Forti quien poseía el arma en el momento del hecho, que la sacó de su cintura antes de disparar en las dos oportunidades, que el primer disparo fue realizado afuera y el segundo en el interior del local, y que después de disparar salió corriendo y huyó del lugar.
Completan el cuadro probatorio el secuestro del plomo efectuado por el policía Espinosa, en la vereda, cerca del canasto de la basura. El acta de inspección ocular, croquis, todo lo actuado por la Policía para  identificar al autor del hecho, el informe del médico policial que describe las lesiones sufridas por Cuello y las califica legalmente como de carácter leve; y, finalmente, el informe técnico balístico del proyectil.   
     Para la determinación del presente hecho, me remito al relato contenido en la pieza acusatoria (art. 408, inc. 3º del CPP).
     b) Homicidio de Natalia Vercesi:
Necesaria aclaración previa:
Quiero referirme a un hecho puntual repetido durante todo el desarrollo del juicio. El Sr. Defensor del imputado Bertotti, Dr. Marcelo Brito, por quien siento estima personal y respeto intelectual por ser uno de los abogados penalistas de más renombre de nuestro país, en el curso de las largas jornadas que demandó el juicio criticó duramente el accionar del Sr. Fiscal de Instrucción Dr. Bernardo Alberione. Por mi parte, considero que la investigación llevada a cabo por el Dr. Alberione fue correcta y muy efectiva, al punto que la amplísima prueba por él reunida es la que permitió la condena de ambos imputados, sin perjuicio de los recursos que las partes afectadas deduzcan contra ella. 
EXISTENCIA MATERIAL DEL HECHO
La muerte de Natalia Vercesi y de su hija por nacer. Causa eficiente.
- Acta de defunción (Documental Nº 20, fs. 273): Ocurrida en San Francisco el 8 de julio de 2009 a las 19 horas. Causa de la defunción: Shock hipovolémico.
- Informe médico perteneciente al cadáver de Natalia Vercesi, realizado por el médico policial, Dr. Aníbal Pizarro (Informativa Nº 1, fs. 12).
8-7-2009 a las 20.05 horas. "... cadáver de sexo femenino de Natalia Vercesi, de 27 años, en su domicilio, el cual se encuentra de cúbito dorsal, con herida cortante profunda en cara antero lateral izquierda del cuello, en región paralaríngea derecha, herida cortante en falanges izquierda y derecha, herida desgarrante en cara palmar del anular izquierdo, heridas punzantes en tórax, mejilla cortante, punzante y equímosis en región esternal media y otras heridas cortantes y penetrantes".
- Informe pericial de autopsia del cadáver de Natalia Vercesi, realizado por el Médico Forense, Dr. Mario Germán Vignolo, y el Médico Policial, Dr. Aníbal Pizarro (Pericial Nº 10, fs. 186/189).
"... Conclusiones: El cadáver de Natalia Vercesi presentaba al examen veinticuatro lesiones cortantes distribuidas de la siguiente manera: 1) Dos lesiones de poca importancia en rostro. 2) Tres lesiones en cuello de las cuales las dos anteriores por sí solas pudieron provocar la muerte. 3) Doce lesiones en tronco de las cuales  siete eran penetrantes y lesionaron, pulmón derecho, pericardio, bazo, hígado, intestino delgado, diafragma y útero en menor proporción. 4) Siete lesiones en ambas manos compatibles todas ellas con signos de defensa ...
La totalidad de las lesiones fueron ocasionadas por la misma arma siendo posiblemente esta de filo doble tipo sevillana o bien cuchilla de cocina de lomo fino de más de 12 cm. de longitud y de aproximadamente 2 cm. de ancho de hoja. Dicha hoja debió tener importante filo para lograr cortes tan penetrantes y contundentes sobre todo a nivel de cuello.
El tiempo transcurrido entre que se produjo la muerte y se comenzó con la  realización de la autopsia es de aproximadamente dos horas.
El detalle de que la zapatilla de la víctima estaba manchada y embebida con sangre sólo de la mitad hacia delante nos conduce a pensar que la hemorragia principal o sea la del cuello se produjo cuando la víctima se encontraba de pie ya que de lo contrario los pies no se hubieran mojado o lo hubieran hecho en forma irregular.
... la muerte de Natalia tuvo una agonía muy corta ya que las lesiones que tenía en especial las del cuello produjeron un sangrado profuso que hicieron incompatible la supervivencia más allá de minutos.
En síntesis si bien Natalia Vercesi sufrió múltiples lesiones cortantes y punzocortantes, sólo siete de ellas fueron penetrantes y lesionaron órganos nobles lo cual podría haber provocado la muerte de la misma en un tiempo más o menos prolongado pero no inmediato, por lo que debemos suponer que la causa eficiente de muerte se produjo por las lesiones sufridas en el cuello que al seccionar la vascularizacion arterial y venosa izquierda produjeron un sangrado profuso e intempestivo que indujeron a un shock hipovolémico cataclismico y fulminante que duro pocos minutos ...”.
"... un feto muerto recientemente de aspecto sano y de sexo femenino, sin malformaciones y de un kilogramo de peso el cual presentaba líquido amniótico meconial y restos de meconio reciente en su ano. Se comprobó la existencia de cordón sano y con vascularizacion completa y permeable al igual que la placenta de buena implantación y vascularización, perfectamente adherida a la pared uterina ...".
- Acta de inspección ocular del lugar del hecho realizada por el policía Eduardo Almirón (Documental Nº 2, fs. 3/4).
- Croquis ilustrativo del lugar del hecho realizado sobre plano de la vivienda por el policía Eduardo Almirón (Documental Nº 4, fs. 7) e informe técnico planimétrico Nº 904.066, Cooperación Técnica Nº 310.289, realizado por Omar Roque Chavarría (reservado en Secretaría según diligencia de remisión de fs. 1157/1158).
- Acta de resguardo preventivo realizada por el policía Ariel Emilio Fuentes (Documental Nº 5, fs. 14).
- Fotografias de fs. 15/23, y ciento cincuenta y una fotografías que se encuentran dentro de tres sobres de papel madera, rotulados A (70 fotografías), B (52 fotografías) y C (29 fotografías) (Documental Nº 27, reservadas en Secretaría según certificado de fs. 254 y diligencia de remisión de fs. 1157/1158).
ANALISIS CRONOLOGICO DE LOS HECHOS:
- La relación profundamente deteriorada de la pareja. Las infidelidades. El estado de frustración o insatisfacción de Bertotti
Natalia Vercesi y Alejandro Bertotti, luego de un corto noviazgo, contraen matrimonio el 12 de abril de 2002. Bertotti había tenido otra novia durante varios años, relación que finalizó cuando conoció a Natalia. No hay demasiados detalles de los primeros años de la vida conyugal, habiendo nacido el 14 de febrero de 2005 su única hija, J.
Natalia Vercesi, aproximadamente en el año 2005 o 2006 (sin poder brindar precisiones), comenzó a mantener contactos vía e-mails, chat o mensajes de texto por celular con un antiguo novio, Leonardo Oscar Rostagno, con quien había mantenido una relación informal en la adolescencia.
Desde el año 2007 la relación matrimonial entre Natalia y Alejandro comenzó a deteriorarse, ella no quería más a su esposo. Natalia comenzó a tener encuentros íntimos con Leonardo en distintos lugares. Natalia estaba muy enamorada de Leonardo, pero no se separaba porque Leonardo no le brindaba seguridad.
En septiembre u octubre de 2008 Natalia pierde un embarazo y tenías dudas de la paternidad, porque con Leonardo no se cuidaban.
No se sabe muy bien cuándo finalizan los encuentros con Leonardo, pero hasta el principio del embarazo último, Natalia seguía manteniendo contacto con él, e incluso estando ya embarazada, vía e-mail o con mensajes telefónicos, pero tiempo antes que ocurriera el hecho. (Testigo Nº 37: Sabrina Inés Frutos y Testigo Nº 52: Leonardo Oscar Rostagno).
También conocían la relación existente entre Natalia y Leonardo, Karina Vanesa Sánchez (algo le había comentado la propia Natalia, aunque no detalles de encuentros íntimos) y Javier Francisco Conti (por comentarios que le había hecho su sobrino, Leonardo Rostagno).
Alejandro Bertotti, por su parte, mantenía una relación de compañero de trabajo y especial amistad con Karina Vanesa Sánchez. Aproximadamente un año antes del hecho, Karina comenzó a trabajar junto a Alejandro en el servicio de rehabilitación del Hospital J. B. Iturraspe de esta ciudad.
A medida que la relación de amistad con Karina fue avanzando, Alejandro comenzó a hacerle confidencias de su vida íntima con Natalia, le decía que la relación andaba muy mal, que Natalia era muy mala con él.
Al mismo tiempo Alejandro comenzó a acercarse afectivamente a Karina, a quien le propuso tener una relación más íntima, lo que en todo momento fue rechazado por ella.
Unos dos meses antes del hecho, el malestar de Alejandro se incrementó notablemente, le decía reiteradamente "no doy más, no aguanto más"; "vos no sabés lo que es Natalia, es mala, es mala"; quería separarse de ella; quería irse de la casa. Al mismo tiempo le insistía al decirle lo que sentía por ella, se acercaba permanentemente, pero al hacerle saber que eso no podía ser más que una amistad que los unía como compañeros de trabajo, Alejandro le pedía disculpas, pero al tiempo volvía a insistir. Relata incluso un episodio en que Alejandro, cerrándole la puerta, pretendía besarla. Le decía "si vos me das un poquito así de bolilla, yo a Natalia la dejo".
Por su parte, Karina solía salir junto a Natalia los días jueves, y había tomado conocimiento de la existencia de una relación afectiva entre Natalia y Leonardo Rostagno, aunque sin demasiados detalles (Testigo Nº 38, Karina Vanesa Sánchez). Algunas de estas situaciones fueron comentadas por Karina a su esposo Héctor Agustín Villafañe (Testigo Nº 42: Héctor Agustín Villafañe).
Javier Francisco Conti, compañero de trabajo de Bertotti, dijo que tres semanas antes del hecho advirtió que Alejandro no estaba bien y le preguntó qué le pasaba, pero a Alejandro no le gustó mucho, por lo que no insistió y prefirió callarse. Pero unos días después, sin que le pregunte nada, Alejandro, con lágrimas en los ojos, le dijo “hoy sí que estoy mal”. Le dijo que era porque "con Natalia las cosas no están bien". Conti le recomienda que hable con ella, que hablando podían entenderse, a lo que él le responde: "lo que pasa es que vos no sabés nada", dándole a entender que los problemas eran graves. Le llegó a decir que tenía “un dolor en el corazón”. (Testigo Nº 41: Javier Francisco Conti).
En general todos los testigos hablan de Alejandro como una persona de carácter tranquilo, reservado, de hablar poco, respetuoso, excelente profesional. A Natalia, en cambio, la califican como impulsiva, de carácter fuerte, capaz incluso de insultar; poco comunicativa con las personas a quienes no conocía, pero muy afectuosa con su familia y amigos.
Día 7 de julio de 2009, entre la 1:53 y las 2:14 horas:
Existieron 18 llamadas desde el teléfono fijo de la casa de Bertotti-Vercesi (03564-426681) al teléfono celular de Alejandro Bertotti (03564-15662769). Todas llamadas tuvieron una duración de entre 1 y 3 segundos (contestador). Llamadas de Natalia que no fueron atendidas por Bertotti. Esta situación demuestra la existencia de problemas en la pareja, él no contestó casi 20 llamadas reiteradas de su esposa, embarazada, en horas de la madrugada. Esto surge de la revisación de las sábanas del teléfono celular de Bertotti (ver fs. 46 de la Carpeta de Prueba Nº 1).
Lo notable es que situaciones similares (gran cantidad de llamadas no contestadas en poco tiempo), se habían producido anteriormente, el 11-4-2009 (madrugada de un día sábado), 16 llamadas seguidas entre las 0:36 y las 1:01; y el 28-3-2009 (madrugada de un día sábado), 13 llamadas seguidas entre las 3:39 y las 3:49 (ver fs. 24 y 27 de la Carpeta de Prueba Nº 1).
Se pone en evidencia que sobre la relación entre Natalia y Alejandro había una doble lectura: para los padres, suegros, vecinos, conocidos y amigos que no estuvieran dentro del círculo de la "intimidad", mantenían la apariencia de una pareja normal, sin problemas. Sin embargo, en el marco de la "intimidad" y de la "confidencialidad", se reflejaba claramente una relación absolutamente deteriorada, al borde de la ruptura.
Ha surgido por boca de algunos testigos que ambos deseaban separarse: Natalia estaba enamorada de Leonardo, pero no se separaba porque éste no le brindaba ningún tipo de seguridad. Por su parte, Alejandro estaba enamorado de Karina, pero no era correspondido por ella, que si bien le mostraba afinidad y afecto como amiga, de ningún modo pensaba en la ruptura de su matrimonio con Villafañe para comenzar una relación afectiva con Alejandro.
Por su parte, no surgió del debate que Bertotti supiera que Natalia le era infiel, sí se probó con absoluta certeza el deterioro de las relaciones conyugales. También resulta un dato a tener en cuenta que Alejandro haya expresado su disgusto cuando se enteró que Natalia iba a tener una niña. A esta información la aportó Karina Sánchez: "... Que otra cosa que recuerdo era que cuando Natalia fue a Córdoba a hacerse la ecografía yo le pregunté si compraba rosa o celeste y me dijo que era otra chancleta, que Alejandro me dijo que hasta en eso era salado, que él quería un varón, que me sorprendió esa respuesta" (fs. 279 vta.). 
En definitiva, si bien Alejandro quería dejar a Natalia, tenía temor por los problemas que le acarrearía la separación, en especial, que eso lo alejase de su hija J., por la que siente una gran estima. Y, por otra parte, el afecto que demostraba por Karina, con quien pretendía iniciar una relación amorosa, no era consentido por ella, lo que, indudablemente, a la luz de la experiencia humana, lo colocaba en una situación de insatisfacción, de frustración.
Ante ese cuadro, Bertotti, obviando las soluciones normales al alcance de cualquier pareja en crisis, ideó el macabro plan de asesinar a su esposa, lo que a su vez implicaba aceptar igual destino para la hija por nacer. 
Para llevar a cabo su idea de matar a Natalia pensó en simular un robo en su domicilio, donde ella aparecería como la víctima fatal de la violencia desplegada por los ladrones. Pero, como bien explicó el testigo Medina (Testigo Nº 3: Julián Medina), necesitaba que una persona lo ayudase, fundamentalmente para golpearlo y así aparecer también como víctima del hecho. 
La vinculación de Bertotti con Diego Gastón Forti (hermano de Leonardo): A principios del año 2009 (sin precisar fecha), Bertotti se encontró en pleno centro, en Bv. 25 de Mayo y calle Pellegrini ("casualmente" al frente de la farmacia de Villafañe) con Diego Gastón Forti, a quien conocía desde hacía unos veinte años (en la adolescencia, pero no un amigo actual), le preguntó si estaba trabajando y éste le dijo que no, entonces le dijo que tenia un “trabajito” que hacer pero que se tenía que decidir, porque era muy reciente todo lo que estaba pasando y todavía no se animaba, era algo muy fuerte, que se lo decía en tono como si se tratara de una “fulería”, estaba muy nervioso, alterado, como sacado. Le pide el número de teléfono, como Forti no tenía celular le da el de su casa que es 433540 y a su vez Bertotti le da su número de celular.
El número del celular (15662769) se lo da en un papelito que sacó del auto, que en el reverso era del Cajero de un Banco, pero la anotación la hace Diego Forti con su propia letra. Este papel es entregado con posterioridad a la Policía por la madre de Diego, y fue secuestrado (se encuentra reservado en Seceretaría, fotocopia a fs. 455 (Documental Nº 21), le fue exhibido en el debate a Diego Forti y reconocido por él. Por su parte, se incorporó al debate un informe del Banco Macro (fs. 487, informativa Nº 14), del que surge claramente que en ese comprobante se detalla una operación de depósito en la Caja de Ahorro perteneciente al imputado Alejandro Bertotti.- Ese papel lo encuentra la madre de los Forti en el dormitorio que compartían Diego y Leonardo.-
Pasados unos días, Diego Gastón Forti recibe una llamada.
Día 21 de abril de 2009: Llamada desde la cabina pública de calle Mármol 480 al teléfono fijo de Forti (03564-433540). Hora: 10.07. Duración: 2.07 minutos.
Era Bertotti (que se presentó como Fernando ante quien atiende la llamada) lo convoca para hablar en su consultorio a la salida del Sanatorio San Justo. Se encontraron en horas de la noche, le dijo que tenía un problema con su mujer, que había descubierto que lo engañaba, no me dio el nombre de la persona, que no estaba decidido todavía, le dije que cualquier cosa me llamara.-
Dice que unos días después lo llama a su casa. Nos encontramos en Larrea y Caseros, él fue en el auto. Ahí me dijo que la persona que tenía que seguir era Villafañe, el dueño de la farmacia ubicada en Bv. 25 de Mayo y calle Pellegrini (lugar del primer encuentro), que era quien lo engañaba con su mujer y que lo conocía porque era el esposo de una compañera de trabajo, que tenía un Ford Escort rojo y que jugaba al pádel en un club por calle Independencia y que vivía por calle Entre Ríos o Gutiérrez (datos que coinciden con el domicilio -calle Gutiérrez Nº 3106-, el automóvil y las actividades de Villafañe, según el testimonio del propio Villafañe y de su esposa Karina). Que lo que quería era que vaya a asustarlo y apretarlo para que dejara a su mujer. Yo le dije que lo iba a seguir, ahí no me entregó dinero. Después, mucho más nervioso y con voz entrecortada, como con un nudo en la garganta, le dijo: "los quiero matar a los dos, loco". Forti no le dio demasiada importancia y quedaron ahí, en nada.
Día 24 de abril de 2009: Llamada desde la cabina pública de calle Mármol 480 al teléfono fijo de Forti (03564-433540). Hora: 11.48. Duración: 22 segundos.
Día 28 de abril de 2009: Llamada desde la cabina pública de calle Mármol 480 al teléfono fijo de Forti (03564-433540). Hora: 11.45. Duración: 14 segundos.
Lo llama Diego a Bertotti desde la cabina pública de Caseros y Larrea (primer vez que lo llama él) al mediodía, para pedirle algo de plata. Se encuentran a la noche, Bertotti le da $ 200, Forti le dice que lo había seguido (nunca lo hizo, sólo le seguía la corriente para sacarle plata).
Día 30 de abril de 2009: Llamada desde la cabina pública de calle Caseros 799 al teléfono celular de Bertotti (03564-15662769). Hora: 20.59. Duración: 13 segundos.
Dice que después se vuelven a encontrar en Avellaneda y 9 de Julio. Le pregunta si lo había seguido y le dice Bertotti que lo mejor era apretarlo cuando salía de jugar al paddle. No le da dinero en esa ocasión.
Lo vuelve a llamar de la cabina pública de Caseros y Larrea, se encuentran en la esquina de Av. Caseros y calle López y Planes. Diego Gastón Forti dice que lo acompañó su hermano Leonardo. Allí se enteró Leonardo de la historia. Me dio $ 200 y yo le dí unas monedas a Leo.
Día 2 de mayo de 2009: Llamada desde la cabina pública de calle Caseros 799 al teléfono celular de Bertotti (03564-15662769). Hora: 19.48. Duración: 1.02 minutos.
Diego dijo que no lo volvió a llamar a Bertotti ni lo atendió cuando éste lo llamaba. Que no sabía que el contacto siguió con su  hermano Leonardo. Que cuando se enteró del hecho, pensó, al final lo hizo el chabón éste. Después supo que su hermano había seguido en contacto con Bertotti, y que a esto lo conoció cuando Leonardo se entregó a la Policía.
Bertotti siempre le decía que lo llamara desde una cabina.
(Testigo Nº 9: Diego Gastón Forti)
Día 7 de mayo de 2009: Dos llamadas desde la cabina pública de calle Mármol 480 al teléfono fijo de Forti (03564-433540). Hora: 12.06. Duración: 2 segundos. Hora: 12.07. Duración: 1.18 minutos.
El contacto telefónico de Bertotti con Leonardo Andrés Forti:
Cuando Diego no lo atiende más, Bertotti profundiza el contacto con su hermano, el imputado Leonardo Andrés Forti. Así fue que se pudo determinar la existencia de varias llamadas de Bertotti desde la cabina pública de calle Mármol 480 al teléfono fijo de Forti (03564-433540), y una gran cantidad de llamadas de Leonardo Forti a Bertotti desde la cabina pública de calle Caseros 799 al teléfono celular de Bertotti (03564-15662769), que se detallan a continuación.-
Día 8 de mayo de 2009: Llamada desde la cabina pública de calle Caseros 799 al teléfono celular de Bertotti (03564-15662769). Hora: 19.20. Duración: 42 segundos.
Día 9 de mayo de 2009: Llamada desde la cabina pública de calle Caseros 799 al teléfono celular de Bertotti (03564-15662769). Hora: 11.36. Duración: 52 segundos.
Día 9 de mayo de 2009: Llamada desde la cabina pública de calle Caseros 799 al teléfono celular de Bertotti (03564-15662769). Hora: 19.25. Duración: 1.47 minutos.
Día 18 de mayo de 2009: Llamada desde la cabina pública de calle Caseros 799 al teléfono celular de Bertotti (03564-15662769). Hora: 19.11. Duración: 20 segundos.
Día 21 de mayo de 2009: Llamada desde la cabina pública de calle Caseros 799 al teléfono celular de Bertotti (03564-15662769). Hora: 17.40. Duración: 37 segundos.
Día 22 de mayo de 2009: Llamada desde la cabina pública de calle Caseros 799 al teléfono celular de Bertotti (03564-15662769). Hora: 18.30. Duración: 3.35 minutos.
Día 26 de mayo de 2009: Llamada desde la cabina pública de calle Caseros 799 al teléfono celular de Bertotti (03564-15662769). Hora: 11.22. Duración: 53 segundos.
Día 26 de mayo de 2009: Llamada desde la cabina pública de calle Caseros 799 al teléfono celular de Bertotti (03564-15662769). Hora: 20.02. Duración: 51 segundos.
Día 27 de mayo de 2009: Llamada desde la cabina pública de calle Mármol 480 al teléfono fijo de Forti (03564-433540). Hora: 11.19. Duración: 1.48 minutos.
Día 30 de mayo de 2009: Tres llamadas desde la cabina pública de calle Caseros 799 al teléfono celular de Bertotti (03564-15662769). Hora: 11.13. Duración: 10 segundos. Hora: 11.13. Duración: 51 segundos. Hora: 11.42. Duración: 54 segundos.
Día 30 de mayo de 2009: Cuatro llamadas desde la cabina pública de calle Caseros 799 al teléfono celular de Bertotti (03564-15662769). Hora: 19.10. Duración: 1 segundo. Hora: 19.10. Duración: 2 segundos. Hora: 19.57. Duración: 2 segundos. Hora: 19.57. Duración: 2 segundos.
Día 1 de junio de 2009: Llamada desde la cabina pública de calle Mármol 480 al teléfono fijo de Forti (03564-433540). Hora: 11.29. Duración: 29 segundos.
Día 18 de junio de 2009: Llamada desde la cabina pública de calle Mármol 480 al teléfono fijo de Forti (03564-433540). Hora: 19.14. Duración: 12 segundos.
Día 24 de junio de 2009: Llamada desde la cabina pública de calle Caseros 799 al teléfono celular de Bertotti (03564-15662769). Hora: 11.14. Duración: 1 minuto.
Día 25 de junio de 2009: Llamada desde la cabina pública de calle Caseros 799 al teléfono celular de Bertotti (03564-15662769). Hora: 18.21. Duración: 1.01 minutos.
Día 30 de junio de 2009: Llamada desde la cabina pública de calle Caseros 799 al teléfono celular de Bertotti (03564-15662769). Hora: 11.57. Duración: 3 segundos.
Día 30 de junio de 2009: Llamada desde la cabina pública de calle Caseros 799 al teléfono celular de Bertotti (03564-15662769). Hora: 16.44. Duración: 42 segundos.
Día 3 de julio de 2009: Tres Llamadas desde la cabina pública de calle Caseros 799 al teléfono celular de Bertotti (03564-15662769). Hora: 16.52. Duración: 27 segundos. Hora: 16.53. Duración: 2 segundos. Hora: 18.49. Duración: 29 segundos.
Día 2 de junio de 2009: una llamada desde la cabina pública de calle Dominga Cullen 450 al teléfono fijo de Forti (03564-433540). Hora: 11.39. Duración: 1.01 minutos.
Día 11 de junio de 2009: una llamada desde la cabina pública de Bv. 9 de Julio 1647 al teléfono fijo de Forti (03564-433540). Hora: 18.54. Duración: 44 segundos.
Día 11 de junio de 2009: una llamada desde la cabina pública de Bv. 9 de Julio 1647 al teléfono fijo de Forti (03564-433540). Hora: 19.16. Duración: 22 segundos.
Todas estas llamadas telefónicas se encuentran debidamente documentadas en la prueba informativa incorporada al debate.-
A su vez los dichos del imputado Leonardo Andrés Forti, se encuentran corroborados por el testimonio de Héctor Pedro Peiretti, propietario del negocio con cabinas telefónicas ubicado en la intersección de Av. Caseros y calle Larrea de esta ciudad, quien cuando se entera de la detención de Forti, y al ver su foto en el diario, se dio cuenta que era cliente del negocio y que con cierta frecuencia hablaba por teléfono desde sus cabinas (Testigo Nº 47: Héctor Pedro Peiretti).-
Por otra parte, surge claramente que era Alejandro Bertotti quien se contactaba con el teléfono fijo de Forti desde la cabina telefónica ubicada en calle Mármol esquina Uruguay, a dos cuadras del Hospital Iturraspe donde trabajaba. Mirta Edith Saluzzo explica que es dueña de una agencia de quiniela ubicada en ese domicilio, en la que tiene dos cabinas telefónicas. Cuando comenzó a ver las noticias del hecho en televisión se dio cuenta que Alejandro Bertotti era la persona que había ido en varias oportunidades a su negocio, llegaba, saludaba y pedía una cabina para hablar por teléfono. No eran conversaciones largas, pagaba y se iba, ocurrió en tres o cuatro oportunidades. Generalmente iba entre las 11 y 11.30 horas, llegaba a bordo de un auto color azul, grande y moderno, vestía con pantalón verde agua y camisita o chaquetilla, yo creía que era enfermero. Iba siempre solo y las llamadas fueron realizadas antes de que ocurriera el hecho, estimativamente unas dos semanas antes.- (Testigo Nº 48: Mirta Edith Saluzzo)
Pero, además de las llamadas telefónicas, Bertotti se presentó personalmente en el domicilio de Forti en varias ocasiones, antes de la comisión del hecho, por lo menos dos veces.-
Sin poder especificar bien la fecha, la primera vez que lo hizo, fines de mayo o principios de junio, se presentó en horas del mediodía como José y lo atendió la madre de los Forti, señora Susana Rita Suárez, junto a su hijo Luciano. Preguntó por Leo, dijo que lo necesitaba para un trabajo, fue con un trato muy cortés, habló poco y se retiró caminando.-
La segunda vez fue a fines de junio o principios de julio. Lo atendió la madre de los Forti, señora Susana Rita Suárez, junto a su hijo Luciano, y esta vez se presentó nuevamente en horas del mediodía como "Fernando Gaviglio". Lo buscaba a Leo y habla con Luciano, diciéndole que era por un dinero y un reloj que le había dado, a lo que le dijeron que se equivocó si les prestó plata a Leo o a Diego, porque no trabajaban y no se la iban a devolver. No hizo ningún problema, se retiró caminando, luego de saludar amablemente.-
La tercera vez fue más o menos una semana después, siempre en horas del mediodía. Esta vez estaba Leonardo, se sentaron en el pilarcito de la casa, estuvieron hablando unos diez minutos y después se fue. Leonardo dijo que lo buscaba para armar unas tarimas o tablones en el Centro Médico.-
Susana Rita Suárez toma conciencia de que se trataba de Bertotti la persona que se había presentado con otro hombre cuando fue detenido y pudo ver su imagen por televisión.
Todo esto surge, con mayores o menores detalles de los testimonios de Susana Rita Suárez, Carlos Luis Forti y Luciano Gabriel Forti, Testigos Nº 7, 8 y 12, padres y hermano, respectivamente, del imputado).
Además de esa concurrencia al domicilio de los Forti, Bertotti seguía concurriendo al barrio y lo pasaba a buscar a Leo Forti en su automóvil Volkswagen Bora azul y Leo se iba con él. Detallan algunos amigos que recordaban haberlo visto pasarlo a buscar o quedarse a charlar Bertotti con Leo, cuando jugaban a las bochas por calle López y Planes, entre Río Primero y Río Segundo, a unas dos cuadras de Caseros. Los amigos lo vieron varias veces en el auto con Bertotti, lo cargaban porque creían que era un "tatito", o sea un homosexual pasivo. Lo vieron subir al auto o hablar con él en la vereda del supermercado 555 de calle López y Planes y Caseros. Manifestaron algunos testigos que después que Leo volvía tenía dinero, que se lo gastaban en comida, alcohol o drogas (Testigo Nº 12: Luciano Gabriel Forti; Testigo Nº 44: Ezequiel Carlos Pucheta; Testigo Nº 45: Carlos Darío Pineda; Testigo Nº 19: Marcelo Nicolás Valero y Testigo Nº 63: Jonathan Elías Machuca).
Juan Eduardo Borgogno, amigo de Bertotti, por comentarios que éste le hizo, sabía que en los últimos meses se había relacionado con Diego Forti, porque en una conversación Alejandro le dijo que Diego Forti le había pedido prestado $ 150 y no se los había devuelto, que había ido varias veces a su casa a buscarlo, pero que no había podido recuperar el dinero. Que en algunas oportunidades le había hablado por teléfono y que una vez que fue a su casa conoció a su madre y a su hermano. (Testigo Nº 24: Juan Eduardo Borgogno).
El robo a la familia Barman denunciado por Bertotti: Es una invención de Bertotti porque a sus vecinos no les faltó nada. Probablemente el mismo Bertotti rompió el vidrio en cuestión para crear la situación. Y la llamada que dice que le hace el ladrón a su celular (circunstancia curiosa y sugestiva: el caco conocía el número del teléfono móvil de Bertotti) para amenazarlo, es una de las tantas llamadas efectuadas por Forti a su celular desde la cabina pública ubicada en calle Caseros esquina Larrea cuando tramaban el asesinato de Natalia Vercesi (ver expediente incorporado como prueba). Quizás ya en este momento (mayo de 2009), Bertotti ideaba dejar asentado algún documento para llegado el caso poder culpar de todo a Leonardo Forti, que es lo que en definitiva hizo en su última declaración hecha en el juicio.
Declaración del imputado Leonardo Andrés Forti: "... Que muchas veces Bertotti, antes del hecho llamaba a la casa del dicente y se hacía pasar por Fernando, que el dicente también le decía a Bertotti, Fernando.- Que muchas veces Bertotti, antes del hecho, en horas del mediodía lo iba a buscar a su casa y cuando atendía la madre del dicente, le decía que lo necesitaba para hacer unas changas.- Que muchas veces se quedaron sentados con Bertotti en un pilarcito que hay en su casa ... ... Que recuerda que Bertotti, siempre le mostraba la plata que le iba a dar al dicente, abriéndole para mostrarle una carpetita marrón con otros papeles y una gomita que cruzaba la carpeta.- Que el dicente nunca quiso hacer nada en contra de nadie, pero sí lo buscaba para hacerle la plata, sacársela de alguna forma.- Que Bertotti le había dicho que el que lo gorreaba, era casado, y que su mujer trabajaba con él ... Que Bertotti, era a su vez amigo de un hermano más grande del dicente, que se llama Diego.- Que no se lo presentó su hermano, que cuando lo conoció recuerda que Bertotti le dijo: ah vos sos Forti, sos hermano del Diego, yo me crié con el Diego ... Que el dicente nunca tuvo teléfono celular, que cuando Bertotti, quería ubicarlo lo llamaba a su casa.- Que Bertotti, siempre le decía que lo llame al celular, pero desde una cabina.- Que también recuerda que una vez Bertotti, le contó que había visto un vago que había querido robar al lado de su casa, y cómo lo había visto, y que después de eso lo habían amenazado llamándolo a su celular.- Que eso lo había denunciado en la policía.- Que también a raíz de eso escuchó una de las veces que iban en el auto con Bertotti, y éste le preguntaba si podría tener el teléfono intervenido por eso".
Todo lo hasta aquí analizado nos demuestra acabadamente que desde unos dos meses antes del hecho se había establecido una comunicación fluida entre los acusados Bertotti y Forti.-
El motivo era siempre el mismo, Bertotti planeaba acciones violentas, concretamente quería matar a Natalia y a Villafañe (a este último no se sabe muy bien si era porque realmente pensaba que tenía relaciones amorosas con Natalia, o porque eliminándolo facilitaría que se consumara su pretendida relación sentimental con la esposa de éste, Karina).
Bertotti sabía que Forti era adicto a las drogas y sin poder económico, razón por la cual, se aprovechaba de esta situación de vulnerabilidad, dándole dinero con cierta frecuencia, para seducirlo a que lo ayude a consumar su plan.
La idea de que planeaba algo siniestro y oculto, se compadece absolutamente con su actitud y precaución: no se presentaba con su verdadero nombre, ya que decía llamarse "José" o "Fernando" o "Fernando Gaviglio", tanto en las conversaciones telefónicas cuando se hacía presente en el domicilio de Forti.- Por otro lado, se cuidaba de no establecer contacto telefónico directo entre su teléfono celular con el fijo de Forti, ya que o bien él llamaba desde una cabina pública al teléfono fijo de Forti, o bien se hacía llamar desde una cabina pública a su teléfono celular.- Las llamadas telefónicas eran generalmente de corta duración y los temas vinculados a su contacto, los trataba personalmente.-
EL DÍA DEL HECHO. EL DESARROLLO DEL HECHO
Día 8 de julio de 2009, a las 9.35 horas: 1 llamada desde el teléfono fijo de la casa de Bertotti-Vercesi (03564-426681) al teléfono celular de Bertotti (03564-15662769). Duración: 91 segundos. Supuestamente el último contacto telefónico entre Natalia y Alejandro.
Día 8 de julio de 2009, a las 10.45 horas: Llamada desde la cabina pública de Bv. Roca esquina Bv. Buenos Aires al teléfono fijo de Forti (03564-433540). Hora: 10.45 Duración: 17 segundos.
Documental Nº 23º) fotocopia de listado "sábana" que contiene las llamadas telefónicas efectuadas el día 8 de julio de 2009 desde las cabinas telefónicas del maxikiosco ubicado en Bv. Roca Nº 2308 de esta ciudad (fs. 653/654, consta a fs. 653).-
Informativa Nº 23º) informe de la empresa de telefonía “Telecom” referente a:
- datos de titularidad y llamadas salientes realizadas el día 8 de julio de 2009 de las líneas telefónicas Nº  03564-436510, 03564-436511, 03564-436512 y 03564-439985 -teléfonos fijos a nombre de "Servicios Públicos S.R.L.", correspondientes a las cabinas telefónicas del maxikiosco ubicado en Bv. Roca Nº 2308 de esta ciudad- (fs. 782/787, consta a fs. 784 vta.).-
Cuenta Diego José Peralta, propietario del maxikiosco y telecentro ubicado en Bv. Roca Nº 2308 de esta ciudad, que entre las 19 y las 20 horas se enteró por comentario de un repartidor de diarios del hecho que había ocurrido en la casa de Alejandro Bertotti.- Peralta lo conocía, porque tenía alguna amistad con su hermano Guillermo. De inmediato recordó que ese mismo día en horas de la mañana Alejandro Bertotti había estado en su negocio, lo atendió él personalmente, y solicitó una cabina telefónica. Ingresó antes del mediodía a una de las cabinas, habló, pagó y se fue. Estaba vestido como los médicos, con un uniforme color celeste o verde, cree que celeste. (Testigo Nº 49: Diego José Peralta y Testigo Nº 51: Jorge Ariel Mattalía)
Si bien el testigo Peralta refiere que fue antes del mediodía esta llamada, de los informes surge claramente el horario, 10.45 horas. Ello demuestra la mendacidad de lo declarado en audiencia por Alejandro Bertotti, cuando negó rotundamente haber estado en esa cabina. La explicación que dio, que a esa hora estaba en la reunión que se celebraba todos los miércoles en el Hospital del Centro de Rehabilitación, no sirve para descartar que estuvo en la cabina telefónica, ya que con la presencia del Jefe a cargo del Servicio de Rehabilitación, Dr. Gustavo Fernando Jiménez, y la documental aportada, se demostró acabadamente que esa reunión se celebraba entre las 11.30 a 13 horas, y que en horarios anteriores no había controles de salida de los profesionales (indicio de mala justificación).-
Día 8 de julio de 2009 a las 17.55 horas: Llamada desde la cabina pública de calle Caseros 799 al teléfono celular de Bertotti (03564-15662769). Hora: 17.55. Duración: 1.46 minutos.
Esto es, una hora antes del hecho.
Día 8 de julio de 2009, aproximadamente a las 18 horas: Alejandro Bertotti llegó al domicilio de Lucas Fernando Zopetto, sito en Bv. Sáenz Peña Nº 2425 de esta ciudad (lugar bastante próximo a la vivienda de Forti). Concurría a esa casa normalmente todos los días, porque estaba realizando un tratamiento de neurorehabiliación como kinesiólogo al padre de Zopetto, quien sufría de esclerosis lateral amiotrófica. Llegó aproximadamente a las 18 horas a bordo del Bora azul oscuro, no estaba vestido con el ambo que habitualmente usa en su profesión, estuvo un tiempo que no se puede precisar con exactitud, y luego de mantener un diálogo sobre temas sin importancia (sobre la compra de un GPS), se retiró. Zopetto no notó nada anormal, como así tampoco le sonó el teléfono celular a Bertotti en ningún momento. Recuerda Zopetto con seguridad que ese día Bertotti no estaba vestido como profesional, no lucía el ambo que normalmente usan, sólo recuerda que tenía una campera de abrigo (Testigo Nº 33: Lucas Fernando Zopetto).-
Resulta interesante destacar que el domicilio de Zopetto está muy cerca de la Av. Caseros (tres cuadras) y desde allí a la casa de Forti hay muy pocas cuadras. El automóvil estaba estacionado por Bv. Sáenz Peña hacia el este, por lo que le resultaba muy fácil a Bertotti dirigirse doblando en la esquina por calle Além rumbo al sur, de allí hasta calle López y Planes y llegar al domicilio de Forti, eludiendo todos los semáforos.-
Según el testimonio de Alejandro Alberto Bertotti desde la casa de Zopetto, terminó aproximadamente a las 18.30 horas y se fue directamente a su casa (Documental Nº 1, fs. 27).-
Día 8 de julio de 2009 a las 18.31 horas: Llamada desde Synapsis al teléfono celular de Bertotti (03564-15662769). Hora: 18.31. Duración: 31 segundos.
La escena del crimen
- En el living, cerca de la ventana que da a la vereda, había una gran mancha de sangre, con una zona pequeña sin sangre, que coincidía con la pata de una mesa. Se trata de sangre venosa, más oscura y en forma de charco. Primer punto importante de la escena, indica que allí se le provocó una herida importante a la víctima.
- Dos huellas de pisadas de calzado, una más grande (pie izquierdo, aparentemente del victimario) -calzado entre 43 y 45- y otra más chica (pie derecho, aparentemente de la víctima) -calzado entre 35 y 37-, separadas unos 20 cm, ubicadas de espaldas a la ventana del frente de la casa.
- Una silla caída y algo rota en una pata. Una bicicletita en el piso acostada.
- pasillo que va hacia el comedor y que da a la puerta del garage (zona de tres puertas): sangre con gotas hacia arriba. Salpicaduras en el piso, en la pared, en el marco de la puerta y sangre en la puerta del garage que llegaba hasta el techo. Segundo punto importante de la escena. Indica que es sangre arterial (sangre impulsada por el corazón, a una altura superior a 1.60 m.). Allí se le provocó a la víctima las heridas mortales en el cuello (en la carótida). Se explicó que si la víctima está quieta la sangre va en una sola dirección (unidireccional), si está en movimiento se desparrama hacia distintos puntos, como sucedió aquí.
- desde allí y hasta el lugar donde se encontraba la víctima (cocina-comedor), hay un camino con manchas de sangre con dos patrones, arterial y de reguero o goteo. Rastros de pisadas, algunas más importantes, y otras como de deslizamiento. (indicaría que la víctima no fue arrastrada hacia la posición final, por inexistencia de huellas de arrastre, o fue levantada o llevada tocando levemente el suelo).
- el comedor: desorden (se describe a esto como un "desorden ordenado"), tabla de planchar, plancha, velador de bronce con la pantalla aplastada, un muñequito del ratón Mickey, silla caída, la mesa corrida.
- el desayunador roto con una parte de la madera en el suelo, con gotas de sangre (las dos partes). Debajo de la madera, que estaba invertida, estaba la chaquetilla rasgada y con manchas de sangre. Las puertas debajo del desayunador estaban cerradas y delante había una sillita de las que comen los bebés, plegada y apoyada sobre el desayunador del lado de la puerta.
- El cadáver de Natalia se encontraba en el piso de la cocina, tirada en el suelo boca arriba, con la cabeza hacia la puerta que comunica con el patio, con un gran charco de sangre alrededor, la sangre escurría hacia el patio. Facie de pánico. En la remera que vestía Natalia se notaba a la altura del lateral derecho del tórax una huella de sangre dejada con la impronta de un calzado, con el taco ubicado en el centro de su pecho y la suela delantera hacia el flanco derecho.
- las manchas de sangre en las zapatillas de Natalia (en la punta) indican que fue agredida cuando estaba de pie.
- Manchas de sangre y salpicaduras en las dos puertas de madera del mueble que separa la cocina del comedor, manchas de sangre, como de apoyo. Una de las bachas del mueble tenía agua con sangre (indica con cierta claridad que el agresor se apoyó en el mueble y se lavó las manos en la bacha).
- En la pared próxima a la mano izquierda de la víctima, manchas de arrastre de sangre.
- En el ángulo de la pared, manchas de sangre correspondiente supuestamente a la palma de una mano (supuestamente del autor).
- el tendedero con ropa estaba apoyado sobre la puerta que da al patio, sin signos de haber sido movido, sin huellas ni manchas de sangre. Entre el cadáver de Natalia y la puerta que da al patio, no había ninguna huella ni mancha de sangre (ello indica claramente que nadie salió hacia el patio).
- Alejandro Bertotti estaba vestido con un pantalón ambo médico, con manchas de sangre; una remera blanca salida fuera del pantalón con abundantes manchas de sangre; y zapatos o zapatillas oscuros, con cordones. Le dijo al policía Almirón "fijate que debe estar por ahí la chaquetilla que tenía puesta". - La chaquetilla estaba rota y con sólo algún rastro de sangre (del grupo sanguíneo de Natalia).
- la puerta del portón del garaje estaba con llave. Había poco espacio para moverse, estaba el Bora, una bicicleta colgada y otro mueblecito.
- La puerta que da al patio de luz estaba cerrada con llave y las llaves puestas del lado de adentro.
- el teléfono fijo estaba en el lugar, sin signos de violencia ni de haber sido arrancados los cables, en correcto funcionamiento, y sin sangre.
- el recorrido de la sangre es muy definido: ventana del living, pasillo, antecocina, y cocina donde se encontraba el cadáver de Natalia.
- al parecer no se advierte en un principio la presencia del perro bóxer, salvo el Dr. Pispieiro quien dijo haber escuchado ladrar al perro. Luego se observa cuando en algún momento Alejandro le piede al suegro que se lo lleve al perro, que estaba en el patio.
- el dormitorio se encontraba prácticamente sin signos de desorden, solamente una cama parcialmente destendida, sin huellas de sangre ni pisadas.
- no se encontraron manchas de sangre en el frente, en la vereda, ni huellas de pisadas con sangre, ni manchas de sangre en el picaporte de la puerta del frente.
- En el patio no había huellas de pisadas ni de sangre, estaba todo sin ningún signo de haber sido utilizado.
- De todo esto se puede concluir que todos los signos que presentaba le escena del crimen relacionados con la muerte de Natalia eran puertas adentro, ya que ni del lado del patio, ni en el frente, había huellas ni signos algunos relacionados con el crimen.
(Esto surge de un compendio entre lo que dijeron todos los testigos que llegaron al lugar del hecho, especialmente los Dres. Vignolo y Pispieiro, el policía Fuentes y los otros policías que inspeccionaron el lugar, las actas de inspección ocular y secuestro, y la observación de las fotografías).-
La acción que termina con la muerte de Natalia Vercesi (Dr. Vignolo, Dr. Pispieiro, policía Fuentes, policía Robles):
Se estima que la víctima fue sorprendida en la ventana del frente, en el living, donde se le infringió la primera herida en el cuello, luego fue desplazada hacia la cocina, pasando por la puerta del garage, donde seguramente existió otro forcejeo, y se le produjo otra herida en el cuello, ésta más penetrante, que lesionó la arteria carótida. Finalmente se la llevó en posición vertical hasta el sitio donde finalmente falleció, luego de una corta agonía. Mientras se producía este trayecto de la víctima, se le inferían otras heridas en el cuerpo, y hubo acciones de defensa, lo que se demuestra con la cantidad de heridas en las manos, especialmente en el dedo del anillo, que tenía cortado el músculo flexor. El victimario necesariamente tuvo que ser de una altura y contextura física superior a la víctima y las lesiones tuvieron que ser producidas en posición vertical, especialmente por la sangre encontrada en la zapatilla de la víctima.- Se detecta en la parte posterior de la cabeza, zona temporal siguiendo hacia la zona occipital (autopsia y declaración en audiencia del Dr. Vignolo), un golpe, provocado por un elemento contundente, palo o caño. Esta lesión no ha sido mortal.
Las armas:
Arma blanca: Estima el Dr. Vignolo, teniendo en cuenta la profundidad de las heridas, que debería ser de más de 12 cm. de largo y 2 cm. de ancho, posiblemente de doble filo, tipo sevillana, o con lomo muy delgado.- Cree que todas las heridas fueron producidas por la misma arma. Exhibidos que le fueron todos las armas blancas secuestradss (incluso la sevillana encontrada arriba del hecho) dijo que cualquiera podría ser, excepto las que tienen el serrucho marcado.
Palo o caño: Además tuvo que haber otra arma, que provoca la lesión contusa en la cabeza de la víctima.
La versión del hecho conforme lo que el imputado Alejandro Alberto Bertotti le comentó a distintas personas. Las razones por las que el hecho nunca pudo desarrollarse como él lo cuenta (Este análisis se realiza con absoluta prescindencia de la aparición y declaración de Forti)
- Que había ingresado su automóvil a la cochera y alcanzó a cerrar dos hojas del portón. Cuando iba a cerrar la tercer hoja, de afuera lo empujaron e ingresaron dos hombres encapuchados, uno tenía un arma de fuego en sus manos y el otro un cuchillo. - Descripción de los sujetos: ambos usaban ropas oscuras, estaban encapuchados y con pasamontañas oscuros, el del arma de fuego era alto, alrededor de 1.78 m., el otro era más bajo.-
Esta explicación pierde toda credibilidad ante la observación de la filmación de la cámara de seguridad de la empresa Codini. Solamente este indicio de mendacidad es suficiente para incriminarlo seriamente a Bertotti en la autoría del hecho. Es que, ante semejante hecho del que dice haber sido víctima junto a su esposa embarazada, que él mismo anoticia a la Policía, la cámara de seguridad que lo filmó demuestra que miente, que sólo se lo ve a él llegar, ingresar su auto y cerrar el portón sin inconveniente alguno.
Esto se pudo observar ante la reproducción de la filmación en la audiencia, y además contamos con la explicación experta que hizo el Ing. Arsenio Antonio Cardone: Se observa claramente la llegada de un automóvil con las luces encendidas, baja una persona, se encienden las luces del garage, abre el portón del garage, entra el auto. Después esa persona cierra totalmente el portón y se apaga la luz interior. No se ve ninguna persona salir ni entrar, antes ni después del cierre del portón. Sus movimientos son lentos, tranquilos, pausados, normales, absolutamente incompatibles con la supuesta irrupción violenta de dos personas armadas que lo atacan, personas que en ningún momento se aprecian en las imágenes.
No vale la pena seguir analizando otros detalles suministrados a la policía por Bertotti, como ser, el monto de dinero sustraído, el lugar en que estaba guardado y quien lo entregó a los presuntos ladrones, pues el mismo Bertotti reconoció en su última extensa declaración vertida en el juicio que todo eso fue una mentira inventada por él, que nunca existió el robo, que en realidad fue un ajuste de cuentas por un asunto de drogas en que él había ingresado aportando una parte de dinero y dejando de entregar la suma restante.  
Las lesiones de Bertotti
Informativa Nº 2: informes médicos pertenecientes al imputado Alejandro Alberto Bertotti, realizados por el médico policial, Dr. Aníbal Pizarro (fs. 11, 25 y 31).-
Radiografías presentadas por la defensa.
Fs. 11:
8-7-2009 a las 20.30 horas.
"Angustiado, temeroso, tembloroso, fractura de huesos propios de la nariz, con epistaxis, edema, eritema, hematoma en región orbicular izquierda. No se puede hacer el examen completo".-
Fs. 25:
9-7-2009 a las 19.10 horas.
"Hematoma orbicular izquierdo con excoriación superficial en región externa orbitaria, pequeña herida en dorso de la nariz con edema y equímosis tenue. Tenue equímosis eritematosa en cara posterior del pabellón auricular izquierdo, sin otra lesión".-
Fs. 31:
9-7-2009 a las 13.30 horas.
"Hematoma orbicular izquierdo, pequeña herida y edema en dorso de la nariz. Equímosis tenue en cara posterior del pabellón auricular izquierdo. No se observa otra lesión".-
Testimoniales:
"Alejandro Bertotti tenía una herida cortante, le salía mínimamente sangre en su nariz, la dicente le practicó una curación, con Pervinox y agua oxigenada, colocándole una gasita. Que Bertotti manifestaba que estaba bien, que no tenía otros dolores o lesiones, excepto sólo la nariz" (Testigo Nº 16: la enfermera Andrea Carla Olocco).
"Que de la simple observación de las lesiones que presentaba Alejandro Bertotti, tenía una lesión en la región nasal" (Testigo Nº 18: el médico Mariano Pispieiro).
"Alejandro Bertotti presentaba hematoma en región periorbital izquierda, equímosis retroauricular y la nariz inflamada" (Testigo Nº 20: Mario Germán Vignolo).
"Llamé al radiólogo para que le haga una placa de tórax, cránero y nariz, que yo vi las placas y la lesión era fractura de los huesos propios de la nariz, hematoma en arco superciliar de un solo lado y hematoma periorbitario. Se advertía en la radiografía una fractura de tabique lineal, no desplazada Lo revisamos con el Dr. Maiztegui, levanté la ropa de abajo hacia arriba en el tórax, controlé la movilidad de los miembros su periores e inferiores, no constaté ninguna lesiones en el torso, ni adelante ni atrás, de la palpación de abdomen y tórax no surgió nada. El oftalmólogo me comentó que no tenía lesiones internas en el aparato de la visión" (Testigo Nº 27: Daniel Fernando Martelli).
"Me llama por teléfono el Dr. Balsa y me dice que la nariz del Ale le seguía sangrando y llamo a mi esposa, la Dra. Felizia, para que lo vea, fuimos a la sala de rayos y le pedimos unas placas de rutina, cráneo, frente y perfil, tórax, en ese momento la nariz ya no le sangraba. Le hice un examen clínico neorológico básico y estaba bien, no le noté otra lesión. Hematoma en arco superciliar izquierdo, región malar izquierda y cara anterior de la nariz, tabique" (Testigo Nº 21: Javier Isidro Maiztegui)
"No recuerdo si tenía fractura o no, sí un hematoma en el ojo izquierdo y la nariz hinchada, le salía sangre" (Testigo Nº  28: Luis Carlos Balsa)
"Lo reviso y veo la radiografía. Diagnóstico: traumatismo nasal, con fractura de huesos propios nasales, sin desplazamiento, desviación del septum nasal (tabique), hematoma periorbitario izquierdo. Lo vuelvo a ver a la semana, y había evolucionado bien, el hematoma se iba resolviendo, no le hice férula, la fractura se suelda a los 7 días generalmente (Testigo Nº 32: Marisel María Felizia).
Como conclusión de esta parte, se nota claramente que las lesiones que presentaba Bertotti eran de escasa consideración, y como explicó el Dr. Vignolo producidos a su entender mediante golpes de puño. 
Las acciones de Bertotti para preparar y luego ocultar el hecho
- El día del hecho era un miércoles, justo el día en que Natalia se quedaba sola hasta las 20 horas en que los padres de Bertotti retornaban a J. A su vez, Marta Daniela Chávez trabajaba como empleada doméstica y niñera en la casa de Natalia y Alejandro. Trabajaba todos los días de lunes a viernes de 8 a 10 horas y de 15.30 a 18.30 horas, con excepción de los días miércoles por la tarde. El día del hecho trabajó por la mañana solamente. (Testigo Nº 39: Marta Daniela Chávez).
Si bien el padre de Alejandro, Roberto Horacio Bertotti, declaró en audiencia que ese día debían llevar a J. más temprano, no como todos los miércoles, a las 20:00, su testimonio resulta sumamente sospechoso, máxime cuando Rita Vercesi contó que los padres de Alejandro pretendían que ella se presente a declarar manifestando esto, para corroborar sus dichos. Es un claro intento de manipulación de la prueba por parte del acusado Bertotti, ayudado, aparentemente en forma involuntaria, por sus padres.
- Inmediatamente después de producido el hecho, tratándose de un profesional de la medicina y conociendo que los minutos que pasan suelen ser claves para salvar una vida en estas circunstancias (la de Natalia o la del feto), lo lógico es que piense en solicitar los servicios de una emergencia médica o bien, de su propio Sanatorio, que está a poco más de una cuadra de su domicilio. Sin embargo, llama primero a la policía, luego a su padre y luego nuevamente a la policía (aunque le diga que manden una ambulancia), y va a solicitarle ayuda a su vecino Mícori, que instala caños de escape.
- Intenta evitar la autopsia de Natalia, diciendo "pobrecita, ya sufrió bastante". Esto se lo dice al Dr. Balsa y al Dr. Vignolo, y también toma conocimiento de ello el Dr. Pispieiro.
- Bertotti se pone mal y pide que se vaya la policía que se quería bañar y cambiar la ropa, esto lo escucha el policía Luis Roberto Cabrera. Tal como lo había anunciado, Bertotti, antes de retirarse, se baña y se cambia de ropas. Se lo nota más preocupado por su limpieza personal que por lo que había pasado. Todo ello se relaciona con borrar posibles huellas del crimen en su persona.
- En un momento determinado comenta a testigos que quiere que se vaya la Policía, que está cansado, que quiere estar solo. Esto también resulta llamativo, ya que lo normal en familiares de una víctima es pedir a las autoridades que hagan todo lo posible para encontrar a los autores de semejante hecho.
- En el velatorio se lo notaba frío, no se acercaba al cajón, y como ajeno a lo que sucedía. Su estado emocional no era el esperable para una persona que había sufrido semejante pérdida (Testigo Nº 40: María Carolina Olocco).
EL PAGO DEL PRECIO
El policía Marcelo Nicolás Valero, que trabaja en drogas peligrosas y conoce el movimiento de algunos jóvenes del Barrio Roque Sáenz Peña (tamibén conocido como las Ochocientas Viviendas), había escuchado comentarios que Leonardo Forti estaba fugado, se había ido a Villa María, había recibido una importante suma de dinero, que sería el pago por este hecho que le había entregado el marido de la chica fallecida. Supo que posiblemente Silva había recibido la plata, razón por la cual se entrevistó con Silva en su domicilio y lo citó a declarar a la Fiscalía. También supo que Pucheta y Pineda tendrían conocimiento de esta situación (Testigo Nº 19: Marcelo Nicolás Valero).
Día viernes 10 de julio de 2009, en horas de la noche, antes de las 23 horas: El viernes a la noche, después del hecho, veo el Leo en la esquina de su casa hablando con un flaco alto con gorra de esas con orejeras y un perro boxer marrón. Me acerqué, me dijo que lo aguantara, esperé hasta que terminaran de hablar, y vi cuando este tipo le daba al Leo un fajo de plata atado con una gomita. El Leo no me dijo cuánta guita era, después supe que eran $ 4.000. Después, cuando lo vi en le tele, me di cuenta que el tipo que le dio la plata era Bertotti. Esto lo vi de cerca, de acá a ahí (señala aproximadamente un metro). De ahí fuimos a mi casa a tomar cerveza. El Leo compró merca para todos y estuvimos hasta el sábado a las nueve de la noche. Al Leo le dieron convulsiones y casi se muere. Explicó que él siempre declaró con la verdad (Testigo Nº 45: Carlos Darío Pineda, alias "Cancún")
El día viernes, después del hecho, Forti compró "merca" para todos los amigos, tenía un montón de plata, no sabíamos por qué y después resultó que era por el hecho éste. Al Leo le dieron convulsiones, tenía la boca hacia atrás, tuvo que venir una ambulancia, casi se muere, era de noche cuando le agarró el ataque. Habíamos empezado a drogarnos a la mañana, con faso (marihuana) y cocaína. Había un montón de droga. Le preguntamos por la plata, no dijo nada, dijo está todo bien. Explica siempre declaró con la verdad (Testigo Nº 44: Ezequiel Carlos Pucheta)
Día viernes 10 de julio de 2009, aproximadamente a las 23 horas: El viernes a la noche después del hecho, a eso de las once de la noche, Forti concurre al domicilio de su amigo Eduardo Silva, a dos cuadras de su casa, que estaba junto a su esposa y sus dos hijas. Estaba nervioso, apurado, se movía constantemente, como drogado, en el balcón de su casa de Planta Alta, Leo metió la mano en el bolsillo y sacó un fajo de billetes, el dinero enrollado en la mano, eran $ 4.000 y le dijo en voz baja que le tuviera la plata, que yo era de su confianza, y que saque lo que quiera, $ 200 o $ 300, le dijo que no le preguntara nada, que se la guardara, que era de una movida (podía pensar en cualquier cosa, como que la había afanado, pero no lo relacionó con este hecho). Silva le dijo que no quería tener ese compromiso, entonces se fue y le dijo: bueno, entonces la voy a enterrar. (Testigo Nº 59: Eduardo Silva).
EL HALLAZGO DEL GUANTE Y LA SEVILLANA
El día lunes 28 de septiembre de 2009 Emanuel Matías Corti, ayudante de albañil, estaba trabajando en la remodelación del inmueble ubicado en Av. Urquiza Nº 50 de esta ciudad. Siendo aproximadamente las 18.30 horas encuentra abajo de una chapa de fibrocemento y arriba de un ladrillo de una pared media rota, una navaja color plateada con un guante de látex, todo envuelto, le avisa a su compañero de trabajo Gustavo Alejandro Galarza. Galarza en seguida lo relaciona con el caso Bertotti y llama al 101 a la Policía. Dijo haber tocado la navaja con la punta de los dedos, pero que la dejó donde estaba. Galarza dijo que él también la tocó a la sevillana con la punta de los dedos, que le dijo a su compañero que le deje donde estaba, que fue él quien llama con su celular a la Policía. Dice Galarza que había estado trabajando en ese techo desde hacía dos o tres semanas. Que muchas veces antes de ese día se sentó en la chapa de fibrocemento él y su hijo, por lo que le llama la atención que no lo vieron antes, por lo que le parece que no estaban antes esas cosas ahí. Que es muy fácil llegar a ese lugar porque hay un tapial viejo que sirve como de escalera. Se arriesga a opinar que aún de afuera podría haberse visto (Testigo Nº 53: Emanuel Matías Corti y Testigo Nº 49: Gustavo Alejandro Galarza).
Se trata evidentemente de una prueba “plantada” por quien tiene interés de que se culpe de todo a Forti, pues las personas que trabajaban desde hacía unos días en el techo donde apareció dijeron que no estaba antes. Por otro lado, causa extrañeza que junto a la sevillana con sangre del tipo de la víctima, aparezcan unos guantes de cirugía con ADN de Forti, pues siendo Forti una persona sin profesión, no se entiende cómo podría acceder a dichos elementos, que del debate surgió que no se venden al público sino a centros de salud.  
EL SUCESO EN LA CÁRCEL (intento de manipulación)
Julián Domínguez estaba preso y alojado en la celda junto a Forti, en el Pabellón Nº 7, así fue hasta uno o dos meses antes que saliera en libertad (9 de agosto de 2010). Un día, un guardiacárcel le dice que un pariente quería hablar con él. Esta persona había pedido locutorio y cuando va ve que se trataba del fajinero Zamudio (que no es pariente de él). Zamudio le dice, el día primero abril de 2010, después del horario de visitas, "yo sé que vos estás con el gil del Leo Forti y tengo un negocio para vos. Me dijo que lo mandaba Bertotti. Quería que yo le consiga las huellas del Leo. Me mandaba papel, tinta, pastillas para hacerlo dormir y lavandina. Yo tenía que dormirlo con las pastillas, entintarlo y sacarle una huella, asentarla en el papel, y después limpiarle la mano con lavandina para que no se diera cuenta. Me explica que Bertotti ya había ayudado a su familia, y que si yo hacía eso me hacían llegar $ 20.000. Yo le dije que lo iba a pensar, para seguirle la corriente. Quedamos en encontrarnos el lunes siguiente en la Iglesia. Yo no concurrí a la Iglesia y no vi más a Zamudio. Pero en seguida le conté al Leo, porque soy amigo de él, y éste me dijo que le iba a decir al padre. Después de eso recibí amenazas, me mandaban a decir que mi iban a matar por botón, que lo había mandado al frente, que era un "buchón".- (Testigo Nº 60: Julián Domínguez).-
Al prestar declaración Franco Andrés Zamudio reconoció sólo parcialmente el hecho, dijo que lo que le pidió Bertotti solamente era si conocía a Julián Domínguez y si le podía bajar unos papeles con huellas que él le iba a dar, que si le hacía ese favor le iba a dar $ 100 a él, y le conseguía una piedrita de marihuana a Domínguez. Después lo cambiaron de fajina, no lo vio más, y no recibió ni el dinero ni la piedrita de marihuana, ni Julián le dio nada. (Testigo Nº 61: Franco Andrés Zamudio)
Al realizarse un careo, cada uno se mantuvo en sus dichos, pero resultó mucho más convincente Domínguez.
Quien resuelve esta cuestión es el policía Miguel Ángel Robles, comisionado para investigar este hecho, quien se constituyó en el Establecimiento Penintenciario Nº 7 de esta ciudad, y luego de una profunda investigación pudo constatar que efectivamente los hechos habían sucedido como lo contó el interno Domínguez.- (Testigo Nº 64: Miguel Ángel Robles)
El padre de Forti, confirma lo sucedido por habérselo contado su hijo, y dio cuenta a la Justicia (Testigo Nº 8: Carlos Luis Forti).
Otro intento de manipulación
A su vez, Zamudio contó que hace aproximadamente un mes, Bertotti lo cruzó y le pidió que no se presente al juicio o que cambie su declaración  (Testigo Nº 61: Franco Andrés Zamudio).
Su última declaración en el debate. La historia del traficante de drogas.
- Declaró al final tras conocer previamente toda la prueba en su contra y así poder armar de alguna manera la historia.
- Insiste con su historia de pareja perfecta con Natalia, del matrimonio feliz, lo cual se demostró claramente en el debate que no era así.
- Nadie podría creer que una persona como Alejandro Bertotti, en el círculo social en que se mueve, podría entrar en un negocio de drogas, involucrándose con personas marginales. A esto lo dijo su íntimo amigo Matías Tomatis (Testigo Nº 30: Matías Neval Tomatis).
- Dijo que estaba aterrorizado por lo que le podría pasar a su hija e incluso pidió a partir de esta última declaración custodia. Si era  así, ¿por qué nunca pidió custodia antes para su hija durante el año y diez meses anteriores que duró este proceso?
- Reconoce los llamados telefónicos recibidos de Forti desde cabinas públicas, pero no habla de los que él hace desde cabinas públicas a la casa de Forti, salvo los que hizo desde teléfonos celulares de sus compañeros de trabajo (aquí no pudo desconocer la prueba e inventó la historia de las amenazas para darle algún viso de credibilidad a su explicación).
- Dice que esa mañana no salió del Hospital por ningún motivo. Se encuentra absolutamente probada la comunicación telefónica con Forti esa mañana, a las 10:45 horas, desde la cabina de Bv. Roca esquina Almafuerte.
- Ahora dice que entraron por la puerta del living, cuando le dijo a todos los que escucharon su historia que lo hicieron por el garaje (de otro modo le resulta imposible eludir la prueba de la cámara de Codini).
- Omite toda referencia al pago del precio. Si esto había sido por venganza, ¿por qué después le lleva el dinero a Forti?
La prueba que indica que Bertotti fue quien apuñaló a su esposa
Para esclarecer este punto se hace especialmente necesario valernos de la prueba de indicios.
Al respecto, es sabido que "no hay óbice alguno a la posibilidad de alcanzar la certeza en base a prueba indirecta, ya que hoy en día no se discute que los indicios puedan tener tal aptitud, con la condición que sean unívocos y no anfibológicos. Aunque a esos fines resulta menester una consideración conjunta y no un examen separado o fragmentario de los elementos reunidos, pues la meritación independiente de cada indicio desnaturaliza la esencia que es inherente a este tipo de prueba" (TSJ, Sala Penal, "Benavídez", S. nº 246, 23/9/09 y sus citas).
Esos indicios que apuntan en forma indubitable a Alejandro Bertotti como quien mató a Natalia Vercesi, son los siguientes:
El enorme número de puñaladas, veinticuatro, señala como autor a una persona que sentía un especial odio hacia la víctima, y ésa persona era Alejandro Bertotti, habiéndose ya explicado los graves problemas conyugales que existían entre ellos.
El importantísimo dato que arrojó el trabajo investigativo del policía Miguel Angel Robles, quien al entrevistar a la persona que limpió la casa a pedido de los familiares de Bertotti, Beatriz Ana Mansilla (fs. 265/267), ésta le dijo: “La ropa de esta persona, de Alejandro Bertotti, me acuerdo que estaban como si se las hubiera sacado todas juntas, y habían quedado así todas en un block… yo encontré la de mangas largas debajo de la de mangas cortas, como si hubiera tenido la remera mangas cortas abajo y la de mangas cortas arriba, y se las hubiera sacado rápido a las dos juntas. El pantalón si bien tenía sangre, era en la parte de las piernas, abajo en las piernas; pero la mayor cantidad de sangre estaba en las remeras a la altura del pecho, muchísima sangre tenía en el pecho, tanta que las remeras se las había sacado juntas, y estaban todas pegadas”. Todo ello permitió a Robles hacer un cálculo entre la altura de Bertotti, que es de 1,90 mt según la planilla prontuarial; la de la víctima, 1,60 mt según la autopsia, y la de Forti, 1,75 mt. según su planilla prontuarial, llegando a la conclusión que Bertotti fue necesariamente la persona que cortó el cuello de la víctima, pues las ropas que vestía recibieron la mayor cantidad de sangre en su pecho, que era hasta donde llegaba la cabeza de Natalia respecto a él.    
También le resultó altamente llamativo a Robles que Bertotti dijera, cuando aún sostenía la mentira del robo, que los agresores llamaron a la víctima puta o yegua, pues generalmente a eso lo hacen personas que tienen sentimientos hacia la víctima, lo que indica que en la realidad fue él quien profirió esas palabras mientras mataba a Natalia. Esto es una característica de Bertotti, poner sus palabras en boca de otras personas. De una circunstancia similar fue testigo Karina Sánchez, quien dijo: “… me contó que otro amigo de él que lo había llamado por teléfono, y que la novia le había metido los cuernos, le dijo (quien le hablaba) habría que matarla, y como que Alejandro quiso salir del paso y le dijo “Ma si, sí, habría que matarla”.
Los tramos verdaderos y los mendaces de la declaración de Leonardo Forti
Ya hemos visto que Leonardo Andrés Forti se escuda en su declaración de fs. 146/149 y las siguientes, para sostener que fue contratado por Bertotti sólo para asustar a su esposa, siendo ingresado en la casa por éste escondido en su auto, limitándose él a golpear a ambos, tomar el dinero y luego huir, sin participar ni presenciar el homicidio de Natalia Vercesi.
En cuanto al valor de la declaración del imputado, se enseña “que nadie pone en duda en la actualidad que la declaración del sometido a proceso, analizada desde la óptica del imputado, importa un medio idóneo para la materialización de su defensa en juicio. Pero tal significación importa, necesariamente, que dicho acto se traduzca en una fuente eventual de pruebas desde la óptica del juzgador, pues, de lo contrario, si las manifestaciones del imputado no pudieran ser sujetas a valoración alguna, no pasarían de ser meras expresiones formales, ineficaces desde el punto de vista de la defensa material (TSJ, Sala Penal, "Simoncelli", S. nº 45, 28/7/98; "Piassentini", S. n° 122, 26/10/98; "Olmos", S. n° 12, 28/3/06).
     Analizada la declaración de Forti en este último sentido, debe recordarse que "en virtud del principio de la libertad probatoria previsto en el art. 192 del CPP, todos los hechos y objetos del proceso pueden ser acreditados por cualquier medio de prueba, por lo que no se encuentra óbice para que el juzgador, conforme a su libre convicción, pueda escindir parcialmente cualquier probanza, ponderando sólo aquellos tramos que resultan contestes con los completos elementos de prueba analizados" (TSJ, Sala Penal, "Querella Ferreyra Aliaga c/ Díaz Carballo", S. nº 185, 10/8/2010 y sus citas).
Siguiendo esos lineamientos, he hallado varios tramos mendaces en su declaración, que lo hacen incurrir en el indicio de mala justificación. Esto es, Forti contó la verdad de lo acontecido pero a medias, tratando de ocultar los aspectos más graves de su obrar.
Por ejemplo, es verdad que fue introducido en la casa por Bertotti oculto en su auto. Pues Forti dijo que escuchó que el teléfono sonaba, lo que no pudo saber si no estaba allí. Tratándose de un llamado comprobado, efectuado por la abuela materna de Bertotti, que Natalia no alcanzó a contestar, al sonar el aparato sólo tres veces.
También es cierto que golpea a Natalia en la cabeza con el caño o elemento contundente con el que vino armado. Pues el Dr. Vignolo pudo constatar la herida, sobre todo cuando se produjo la exhumación del cadáver, que estaba ubicada en un hueso parietal y que, aclaró, no fue mortal.
Pero es mentira que haya golpeado con el mismo caño a Bertotti, e incluso antes que a Natalia, como dice. Los médicos no constatron ninguna herida de ese tipo en Bertotti, y el Dr. Vignolo expresó que un impacto con un objeto de ese tipo en el rostro podría producir la pérdida de un ojo. Agregó el Dr. Vignolo que las heridas que presentaba Bertotti daban la impresión de haber sido causadas por una o dos trompadas.    
Forti también miente cuando pretende hacer creer que le tuvo que dar las dos trompadas porque Bertotti se le vino encima, cuando eso en realidad formaba parte del pacto entre ambos para simular el robo. Resulta evidente que Bertotti necesitaba que alguien lo golpease para aparentar que había sufrido junto a su esposa un robo con violencia.    
Tampoco es cierto que Forti se va inmediatamente del lugar, previo tomar la parte que le correspondía por ese tramo de su actuación, que eran $ 1.500. Por el contrario, el presenciar el sangriento asesinato de una mujer indefensa y embarazada le produjo un fuerte trauma que lo llevó a pensar en el suicidio, según explicaron su familia y amigos, a alguno de los cuales, como “Cancún” Pineda, le dijo que había participado en el hecho. Y es el propio Forti quien se ubica en la acción, al admitir que escuchó cuando Natalia decía “Ale, estoy embarazada”. Pues esa frase señala claramente que la agresión de Bertotti contra su esposa se inició en presencia de Forti.
La circunstancia de que Forti no haya dejado huellas de sangre al salir tiene su explicación. Pensemos que el propio Bertotti luego del hecho se saca toda su ropa empapada en sangre y la deja en el baño. Por tanto, le bastaba a Forti con lavar las suelas de su calzado en las bachas de la cocina, que quedaron con signos de haber sido usadas para lavar cosas con sangre, y luego salir sin dejar huellas. 
Pero las ropas de Forti quedan manchadas con sangre  de la víctima; dato corroborado por el policía Robles, quien aseguró que todos los presentes debieron resultar bañados con sangre. Forti dijo que cuando le da las trompadas a Bertotti le caen unas gotas en su ropa. Pero resulta evidente que no se trataba de unas meras gotas, ni tampoco era de sangre de Bertotti, pues enseguida hace lavar sus ropas por su madre, haciéndole creer que se había defecado encima, pero la sangre no sale y resuelve quemar las prendas.
Por otro lado, dice que a esto también lo hace cuando se entera que las cámaras de seguridad de Codini lo pudieron haber filmado al pasar por el lugar caminando de regreso hacia su casa, lo que indirectamente viene a reconocer que realmente él es el joven con gorra que aparece en la filmación y que al pasar mira hacia la casa de Bertotti, pues coincide con la ropa que vestía y es la única persona que pasa por el lugar en el horario compatible con el hecho. Lo que a su vez permite demostrar que estuvo en la casa de Bertotti hasta dos minutos antes que Alejandro decidiese dar aviso del hecho a la policía. Esto confirma aún más que presenció la secuencia completa del suceso.
Además, Forti también miente cuando dice que Bertotti nunca le pidió que lo ayude a matar a su esposa, y que sólo lo contrató para darle un susto porque ésta le negaba la nena. Pues fue incorporada por su lectura al debate una declaración de Diego Forti (fs. 181/185), donde reconoció que Bertotti dijo que tenía ganas de matar a su esposa y les pidió que lo hagan. Que a esa manifestación la hizo en presencia de su hermano, estando los tres dentro del auto de Bertotti.
Además, la explicación del susto, al ser analizada mediante el tamiz de la sana crítica racional, aparece como ilógica, pues si Bertotti realmente quería asustar a su esposa contratando a un extraño, no se iba a presentar junto con Forti, porque eso delataría su connivencia con el supuesto asustador. Y tampoco se entiende cómo se iba a enterar la víctima del motivo por el que se la asustaba si Forti no le dijo nada cuando la golpeó.
Por último, si por los trabajos anteriores de seguir a Villafañe, etc., Bertotti le daba sumas que oscilaban entre los $ 100 y los $ 200, no se entiende que por el mero hecho de asustar a Natalia la suma se elevara tanto. Lo lógico es pensar que Bertotti pactó con Forti el pago de una suma mucho mayor a la de los otros “trabajitos”, porque ahora se trataba de que Forti colaborase en el asesinato de su esposa.
Y es el propio Forti quien se contradice, pues al pedir declarar durante la inspección ocular realizada en el juicio, expresó que el día del hecho Bertotti lo lleva a su casa con la consigna de simular un robo, no de asustar a su esposa.
La defensa técnica de Forti dijo recién en la discusión final: “Ya que se hablaron de tantas hipótesis, yo voy a introducir otra, ¿no será que el dinero que Forti recibe de Bertotti luego del hecho fue para comprar su silencio?”.
Como vemos, se trata de un argumento que no fue sometido durante el debate a la etapa contradictoria de la prueba. Y tampoco tiene mayor relevancia, pues ni siquiera Forti dijo nunca que la recepción por parte de él del dinero luego del hecho haya sido para lograr su silencio. Con lo que el tardío argumento pierde todo valor.         
He notado que se sobredimensiona el valor de la declaración de Forti, dándose a entender que sin la misma el hecho no se hubiese esclarecido. Esa afirmación es incorrecta. La prueba que realmente cambió el curso de la investigación fue el hallazgo de la filmación hecha por las cámaras de seguridad de la empresa Codini ubicadas frente a la casa de Bertotti. Allí cayó la mentira montada por Bertotti del supuesto homicidio en ocasión de robo. Y, a su vez, la investigación del policía Valero en el barrio Roque Sáenz Peña permitió conocer que Forti estaba implicado en el hecho, pues se lo había visto en compañía de Bertotti muchas veces, e incluso sus propios amigos fueron testigos del pago de $ 4.000 que le hizo Bertotti luego del hecho.
También deseo señalar algo que Diego Forti y los propios amigos de Leonardo Forti dijeron, y era que todos tenían claro que a Bertotti se lo engañaba diciéndole que le iban a hacer los “trabajos” que éste quería para sacarle plata, pero que a ninguno se le pasaba por la cabeza cumplir semejantes “tareas”. Por eso, la circunstancia de que Leonardo Forti haya colaborado voluntariamente en el asesinato de Natalia Vercesi, lo ubica en un escalón distinto, demostrando una peligrosidad criminal muy importante a pesar de su juventud, y muestra también de ello es el modo en que cometió el primer hecho de la acusación, al disparar contra una persona desarmada y sin motivo alguno.    
LA FORMA EN QUE SUCEDIO EL HECHO,SEGUN EL TRIBUNAL:
El miércoles 8 de julio de 2009, siendo aproximadamente las 18:50, Alejandro Alberto Bertotti ingresó a su domicilio sito en calle Urquiza N° 94 de esta ciudad de San Francisco, donde convivía con su esposa Natalia Vercesi, haciéndolo a bordo de su automóvil marca Volkswagen Bora, de color azul oscuro, dominio GFU-418, llevando oculto en el interior del mismo, en la parte trasera de dicho rodado que posee vidrios polarizados, a Leonardo Andrés Forti, a quien contrató previamente para que le ayudase a dar muerte a su esposa, la cual se encontraba embarazada de aproximadamente veintiocho semanas, ofreciéndole para ello un pago en dinero que oscilaría entre los cinco y diez mil pesos.
Ya en el interior del domicilio, y una vez que hubo cerrado el portón del garaje y apagado la luz del mismo, en cumplimiento de lo pactado, Bertotti hace que Forti se quede oculto en el lugar hasta recibir una seña para comenzar a ejecutar el plan. Un primer intento por hacer bajar a Forti del auto se truncó al sonar el teléfono fijo de la casa, pero antes que Natalia descuelgue el aparato éste deja de sonar. En esos momentos, Bertotti le pide a su esposa que se traslade hasta el living, para que observe algo por la ventana del frente del domicilio, la cual posee una celosía que permite visión hacia el exterior, con el propósito de colocarla de espaldas al lugar por donde ingresaría Forti.
Una vez logrado eso, Bertotti le hace señas a Forti para que baje del automóvil y comience a desplegar el accionar previamente acordado, por lo que Forti, munido de un elemento contundente, presumiblemente un hierro, que había llevado al efecto, golpea a Natalia Vercesi en la cabeza, a la cual sorprende totalmente indefensa. Tras esto, y habiendo caído Natalia al suelo como consecuencia del golpe, Bertotti, munido de un cuchillo o elemento punzo cortante de mucho filo, comenzó a apuñalar a Natalia, con intención de causar su muerte, provocándole heridas en distintas partes del cuerpo, intentando Natalia defenderse de la agresión con sus manos, donde recibió numerosos cortes, tomándola Bertotti y trasladándola en forma vertical por el pasillo hacia la cocina, en cuyo tránsito le aplica la herida más importante, que es en su cuello, al seccionarle la arteria carótida, comenzando a salir chorros de sangre que llegaban hasta el techo. Luego la sigue apuñalando, e incluso le aplica siete puñaladas que se comprobó fueron post mortem. Para, finalmente, dejar a Natalia tirada en el piso de la cocina, donde muere desangrada. Bertotti se desentiende de su hija por nacer, demorando cualquier ayuda médica, lo que hace que cuando llegue el servicio de emergencia mandado por la policía -a la única que da aviso Bertotti- se constate la muerte de Natalia y de su hija por nacer. 
Las lesiones sufridas por Natalia, según rezan las conclusiones del informe de autopsia, consistieron en veinticuatro heridas cortantes distribuidas de la siguiente manera: 1) dos lesiones de poca importancia en el rostro; 2) tres lesiones en el cuello de las cuales las dos anteriores por sí solas, pudieron ocasionar la muerte; 3) doce lesiones en tronco de las cuales siete eran penetrantes y lesionaron pulmón derecho, pericardio, vazo, hígado, intestino delgado, diafragma y útero en menor proporción; 4) siete lesiones en ambas manos, compatibles todas ellas con signos de defensa. De éstas lesiones sólo siete fueron penetrantes y lesionaron órganos nobles, las cuales podrían haber provocado la muerte de la misma en un tiempo más o menos prolongado pero no inmediato, por lo que debemos suponer que la causa eficiente de la muerte se produce por las lesiones sufridas en el cuello al seccionar la vascularización venosa y arterial izquierda, produjeron un sangrado profuso e intempestivo que indujeron a shock hipovolémico cataclismico y fulminante que duró pocos minutos.
Forti observó cómo Bertotti apuñalaba a su esposa hasta morir. Y luego lo ve cuando comienza a tirar cosas al suelo, como ser una tabla que estaba en la cocina. 
Luego, cumpliendo con el acuerdo previo, le aplica dos trompadas en la cara a Bertotti, lesionándolo en su nariz y en un ojo, para que luego Bertotti dijese que habían sido con  Natalia víctimas de un robo domiciliario, y que los ladrones habían matado a su esposa y herido a él. Concluido ello, Bertotti le entrega a Forti una parte del dinero convenido por la tarea llevada a cabo ($ 1.500), indicándole que se retire por la puerta del frente, cruzando la avenida y yendo hacia el sur, lo que así hace Forti.
Días después, Bertotti se constituyó en el domicilio de Leonardo Forti, en esta ciudad de San Francisco, entregando Bertotti y recibiendo Forti la parte del dinero que faltaba para completar la paga oportunamente acordada ($ 4.000).
A LA SEGUNDA CUESTION PLANTEADA, LOS JURADOS POPULARES OSCAR ALEJANDRO PASTORIZO, EZEQUIEL ALEJANDRO SUÁREZ, ATILIO JOSÉ MANÍAS Y MARCELO FERNANDO BARELLO, DIJERON:
Encontrando acertadas las conclusiones a que arriba el señor Vocal preopinante Dr. Claudio Requena, adherimos a las mismas y votamos de la misma manera.
A LA SEGUNDA CUESTION PLANTEADA, EL SR. VOCAL DR. MARIO MIGUEL COMES, DIJO:
Respecto de la situación del encartado Bertotti, habiendo arribado a las mismas conclusiones que el señor Vocal preopinante Dr. Claudio Requena, adhiero a las mismas y voto en idéntico sentido, al igual respecto del hecho de Abuso de Armas que se le enrostra al joven Forti.- En cuanto a la participación de Leonardo Andrés Forti, en el suceso ocurrido en el domicilio de la familia Bertotti y que tuviera como resultado la muerte de Natalia Vercessi, he de fundar mi discrepancia con la conclusión a que arribara mi distinguido colega al fijar su posición.- Habiéndose ya realizado la enumeración descriptiva de los elementos de convicción incorporados oportunamente por el Tribunal al debate, corresponde ahora la valoración de toda la prueba recepcionada, para que a través de ella y a la luz de los principios de la sana crítica racional (arts.193 y 406 del CPP) determinemos si está probado el hecho incriminado a Forti y si éste es su autor. Debo comenzar señalando que el encausado Forti, sistemáticamente y en cada oportunidad que declaro negó su participación en el homicidio, relatando cuál fue su intervención, dentro del domicilio de la familia Bertotti, aquel fatídico ocho de julio de dos mil nueve.- Siendo que la declaración  del imputado es, por una parte, medio de defensa y, por otra, fuente de prueba, tales calidades y características son relevantes.- Por ello he de comenzar mi razonamiento, analizando aquellas declaraciones y cuál es su valor conviccional, a la luz de las probanzas que han sido arrimadas al proceso, toda vez que a partir de éstas, se fue deshilvanando la trama del grave suceso que hoy nos ocupa.- Al comparecer por primera vez, por ante la autoridad judicial, en forma espontánea y voluntaria, si bien en presencia de su abogado defensor, queda en claro, y así se ha probado, que hasta que prestó declaración, no había tomado contacto alguno con el profesional que lo asistiera, lo que permite concluir que la misma, carece de contaminación por estrategia defensiva, en consecuencia lo que en ella se ha vertido, nunca debe soslayarse y menos aún fragmentarse para su valoración y análisis.- Menos aún podemos inferir de ella, que sea un cuento que el incoado se aprendió de memoria y que por ello siempre fue en sus partes esenciales idéntico, no debemos olvidar que Forti, presenta una personalidad primaria y bordeline, que en modo alguno le permite crear una historia favorable y de ningún modo se puede pensar que esta historia se encuentra arraigada de tal modo dentro suyo, como para pretender de ella una muletilla preconcebida, si he de entender, que su situación psico evolutiva, a más de no permitirle pergeñar esta historia, solo lo lleva a relatar algo que efectivamente ha vivenciado y que ha volcado en cada una de sus exposiciones.-
LAS DECLARACIONES DE FORTI
 A fs. 146/149, Leonardo Forti, relató: "Que quiere manifestar espontáneamente lo que pasó, y contar todo lo sucedido. Que conoció a Alejandro Bertotti, en la calle, habiéndolo cruzado recuerda en el centro, de esto hará aproximadamente dos meses. Que recuerda que una noche se encontró con Alejandro Bertotti, en un bar denominado “Excalibur”, sito en calle Bv. 25 de Mayo, bien al lado del Sanatorio San Justo. Que recuerda que esa noche el dicente se encontraba en dicho bar jugando al pool y tomando unas cervezas con amigos. Que ese día habló con Bertotti, preguntándole si el dicente tenía trabajo. Que luego se siguió viendo con Bertotti, en el supermercado 555, que está ubicado en calle López y Planes y Caseros, donde Bertotti lo citaba para hablar, dado que le había dado su celular cuyo número era 15662769. Que recuerda que Bertotti, le decía que cada vez que lo llame lo hiciera desde una cabina, y como en Larrea y Caseros hay un kiosco que tiene cabinas, el dicente lo llamaba desde ahí. Que cuando el dicente lo llamaba en horarios de trabajo, antes de las doce o después de la dieciséis. Que cuando lo llamaba a Bertotti, era para que se vieran ahí en el supermercado 555. Que Bertotti en un momento le dijo que tenía un trabajo para el dicente, y que era que tenía que “pegarle”, al que lo pasaba a buscar. Que le dijo que esa persona a la cual tenía que pegarle porque lo pasaba a buscar, trabajaba en una Farmacia que está al frente del boliche “Atlantis”, por Bv. 25 de mayo, en una esquina. Que le dijo que esta persona tenía un auto marca Ford Escort rojo. Que Bertotti, le dijo que tenía que pegarle a esta persona un tiro en la pata. Que también le dijo que lo tenía que seguir, pero no le pedía tiempos. Que para hacer ese trabajo Bertotti, le dijo que le iba a pagar, no habiéndole dicho cuánto. Que el dicente le mentía, diciéndole que lo seguía, que lo esperaba, que lo veía jugando al paddle en los Plátanos, pero que no se daba la oportunidad para hacer el trabajo. Que cada vez que le decía algo a Bertotti, el dicente aprovechaba para pedirle plata, por lo que le decía, dándole Bertotti, cien o trescientos pesos, que no tenía dramas Bertotti, y más por que el dicente le decía que necesitaba para remedios. Que Bertotti, le contaba que su mujer era una hija de puta, lo gorreaba, le pegaba a la nena, que él ya no aguantaba más, que no podía dormir bien de noche, no descansaba, que se le caía el pelo, porque estaba muy nervioso. Pero nunca le dijo que quería hacerle algo a su mujer. Que aproximadamente dos semanas antes de que pasara lo que pasó, Alejandro Bertotti, siempre en el Supermercado 555, lugar donde lo pasaba a buscar, en un auto azul, no recordando marca, vidrios polarizados, daban vueltas, y le preguntaba siempre por el trabajo, es decir si había seguido al vago del Escort, pero el dicente lo mantenía con evasivas, que no se daban los tiempos, que no encontraba el momento. Que como el dicente trataba de evitar a Bertotti, y no lo llamaba, éste lo llamaba al teléfono fijo de su casa 433540. Que recuerda que Bertotti, en uno de los encuentros le dijo al dicente, que el día miércoles ocho de julio de éste año, lo pasaría a buscar a las seis y media de la tarde, por la esquina de su casa. Que ese día no se hablaron por teléfono. Que recuerda que efectivamente ese día siendo aproximadamente las seis y media de la tarde, siendo ya oscurito, Bertotti, a bordo de su auto azul, con vidrios polarizados, lo pasó a buscar por la esquina de su casa, Río II esq. Larrea. Que el dicente estaba sentado en esa esquina, Bertotti frenó el auto, el dicente se subió en el asiento delantero, lo llevó hasta el fondo del barrio, recuerda que Bertotti tenía ropa clara de trabajo, le parece que eso que usan los médicos, se puso una campera oscura arriba del auto, al dicente lo pasó al asiento trasero del auto, que el dicente tenía un hierro grueso macizo, y cuando reaccionó ya estaba adentro de la casa. Que el dicente ese día había estado fumando marihuana y había estado tomando alcohol. Que en el trayecto Bertotti, le decía que iban a ir a la casa de él, y que le iban a dar a la mujer. Que el dicente cuando le dijo que le iban a dar a la mujer no entendió bien de que se trataba. Que en el trayecto también Bertotti, le iba contando la plata, recuerda que contó diez mil pesos, todos billetes de cien, que era la plata que le iba a dar y que se la iba a dar en su casa. Que el dicente sabía donde vivía Bertotti. Que recuerda que cuando llegó a la casa, Bertotti, entró el auto al garaje, y el dicente iba acostado en el asiento trasero. Que vio las luces prendidas del garaje, después de entrar el auto, Bertotti, se baja, el dicente todavía adentro del auto, cierra el garaje, Bertotti apaga las luces. Que el dicente se quedó ahí quieto en el auto acostado siempre en el asiento trasero. Que escuchaba que Bertotti hablaba con su mujer. Que cuando estaba por bajarse el dicente del auto, escuchan que suena el teléfono, escuchando que hablaba la mujer. Que en un momento Bertotti, se vino del nuevo al auto, le abría la puerta, y el dicente se bajó. Que apenas se bajó del auto, con el fierro que tenía el dicente le pegó un fierrazo a Bertotti en la cabeza, recuerda que después Bertotti se fue para la cocina. Que el dicente salió del garaje y ahí vio que la mujer de Bertotti, estaba mirando por una ventana hacia la calle, que el dicente le pegó un fierrazo a la señora que quedó como desmayada, que ahí Bertotti le dio la plata, y le dijo yo me voy, yo me voy, porque estaba asustado, recuerda que Bertotti, le dijo salí por el frente y cruza en diagonal la ruta hacia el sur. Que el dicente agarró la plata no la contó ni nada, intentó abrir la puerta del frente, y como estaba con llave, abrió, y se fue y cruzó al frente como le había dicho Bertotti. Que el hierro que llevaba recuerda que lo tiró en la boca del agua de las calles que hay en su barrio, por López y Planes media cuadra de Caseros. Que el dicente recuerda que tenía una capucha, un gorro y bufanda. Que recuerda que a Bertotti le rompió la nariz y el ojo, cuando le pegó, que recuerda el dicente que en ese momento le salta sangre en el buzo, y un poquito en el pantalón, ropa que hizo lavar en su casa, y luego le prendió fuego. Que ese día ni contó la plata, que la contó al otro día y se dio cuenta que había mil quinientos pesos. Que el día que el dicente entró a la casa de Bertotti, no escuchó que ladrara ningún perro. Sí Bertotti, le había contado que salía a caminar todas las noches con el perro, y que todos los miércoles llevaba la nena a la casa de sus padres o a la casa de sus suegros. Que el dicente no le contó nada a nadie, nadie sabía nada ni su madre ni su novia. Que el dicente se enteró de todo lo que había pasado ese mismo día, recuerda que estaba acostado al lado de su viejo, y sentía como que le había pasado un tren por arriba, quedando sorprendido porque había sido una masacre. Que recuerda también que en los encuentros Bertotti le decía “yo estoy loco, yo estoy loco, vos no me vas a fallar”. Que recuerda que el día viernes después del hecho, el dicente había estado dos días en cama, no había salido de su casa. Que el dicente el viernes a la noche se juntó con sus amigos en su casa. Que recuerda que siendo aproximadamente las dos de la mañana, es decir madrugada del sábado, el dicente salía a comprar una gaseosa y ahí vio que venía una persona con un gorro negro, con un perro o perra boxer, y cuando se cruzaron se dio cuenta que era Bertotti, allí el dicente le dijo vos estás loco, vos estás loco, me mentiste, contestándole Bertotti, quien estaba totalmente alterado, que lo estaban apretando a él, y ahí saco plata, y le dijo acá está lo otro, recordando que cuando lo contó había cinco mil quinientos pesos, todo en billetes de cien. Ahí Bertotti le dijo que si le tocaba perder no dijera nada, que él lo iba a ayudar en todo. Que luego Bertotti se fue caminando, que el dicente lo corrió a la mierda le dijo vos sos loco cómo vas a venir acá a mi casa. Que ese día más temprano a la tardecita el dicente había visto un auto azul por el barrio que le pareció que era el de Bertotti, y después Bertotti le dijo que lo había andado buscando esa tardecita. Que recuerda que la mujer de Bertotti, cuando lo vio venir al dicente se sorprendió, lo miró como no entendiendo nada, que el dicente se acuerda bien esa cara e inmediatamente se cayó en el mismo lugar. Que recuerda que Bertotti, luego que el dicente le pegara el fierrazo, se chocaba las paredes y tumbaba todo, cómo una barrita, donde había cosas de vidrio que se cayeron al suelo. Que el dicente con la plata compró alcohol, marihuana, tabletas de pastillas, para todos sus amigos, pero nunca mostrándole a sus amigos la plata. Que muchas veces Bertotti, antes del hecho llamaba a la casa del dicente y se hacía pasar por Fernando, que el dicente también le decía a Bertotti, Fernando. Que muchas veces Bertotti, antes del hecho, en horas del mediodía lo iba a buscar a su casa y cuando atendía la madre del dicente, le decía que lo necesitaba para hacer unas changas. Que muchas veces se quedaron sentados con Bertotti en un pilarcito que hay en su casa. Que después el dicente se fue a Villa María, el día miércoles, diciendo que se iba de vacaciones al campo de su tío. Que el dicente también recuerda que esa noche le pegó dos piñas a Bertotti, una en el ojo izquierdo. Que Bertotti nunca le había dicho que su mujer estaba embarazada. Que recuerda entre otras cosas que la mujer de Bertotti, le gritaba, “Ale, estoy embarazada; Ale, estoy embarazada”, no recordando luego nada más. Que recuerda que Bertotti, siempre le mostraba la plata que le iba a dar al dicente, abriéndole para mostrarle una carpetita marrón con otros papeles y una gomita que cruzaba la carpeta. Que el dicente nunca quiso hacer nada en contra de nadie, pero sí lo buscaba para hacerle la plata, sacársela de alguna forma. Que Bertotti le había dicho que el que lo gorreaba, era casado, y que su mujer trabajaba con él. Que recuerda que en la casa de Bertotti en el comedor había una mesa de madera. Que si bien sabía que vivía en ese lugar Bertotti, porque se lo había dicho, nunca antes había entrado a la casa. Que Bertotti, era a su vez amigo de un hermano más grande del dicente, que se llama Diego. Que no se lo presentó su hermano, que cuando lo conoció recuerda que Bertotti le dijo: ah vos sos Forti, sos hermano del Diego, yo me crié con el Diego. Que recuerda el dicente que ese día estaba vestido con un buzo verde y un pantalón gris. Que el dicente los quemó en el fondo de su barrio. Que esa ropa el dicente la había puesto en una bolsa. Que el pantalón a pesar de haber sido lavado, le habían quedado unas manchas. Que recuerda que tenía un cirio puesto y una gorra pero eso no se había manchado, que esas prendas no las quemó. Que recuerda que en el garaje no había mucho lugar para moverse, pero la puerta no chocaba contra la pared. Que cuando Bertotti, fue el viernes a llevarle la plata, recuerda que le dijo me confundí, porque primero dije que no podía reconocerlos, y después dije que podía reconocerle la boca y las cejas. Que nunca el dicente se trabó en lucha con la mujer de Bertotti, y que está tampoco lo agarró de los pelos. Que el dicente nunca tuvo teléfono celular, que cuando Bertotti, quería ubicarlo lo llamaba a su casa. Que Bertotti, siempre le decía que lo llame al celular, pero desde una cabina. Que ahora también recuerda que Bertotti, convenció a su mujer para que vaya a la ventana del living. Que también recuerda que una vez Bertotti, le contó que había visto un vago que había querido robar al lado de su casa, y cómo lo había visto, y que después de eso lo habían amenazado llamándolo a su celular. Que eso lo había denunciado en la policía. Que también a raíz de eso escuchó una de las veces que iban en el auto con Bertotti, y éste le preguntaba si podría tener el teléfono intervenido por eso".- El primer día de debate, y en momentos de encontrarse el Tribunal en pleno, en el domicilio de Bertotti, donde ocurriera el hecho, el incoado Forti, solicita la palabra y no explica, parándose en la puerta del  garaje que da al living, “que en este lugar yo me encontraba cuando desde el garaje  entré al interior de la casa y escuché sonar el teléfono, no alcanzando a hablar quien levantó el teléfono. Que inmediatamente observé que la chica pasa para el living sin verme, oportunidad en que ingreso, golpeo a Bertotti, quien cae al suelo frente a la misma puerta del garaje en el pasillo, luego me dirijo al living donde se encontraba la esposa de Bertotti parada y mirando por la ventana hacia la calle Urquiza, oportunidad en que le doy un golpe, cayendo ésta semidesvanecida sobre una silla que se encontraba debajo de la ventana. Que de inmediato regreso donde estaba Bertotti que ya se había puesto de pie, y el dicente toma de una mesita de madera sobre la que había un televisor, el dinero, oportunidad en que Bertotti se le viene y él lo golpea con dos trompadas, una de ellas en un ojo y procede a retirarse por la puerta del frente. Recordando que la chica, al pasar a su lado, se estaba incorporando”.- A más de ello, luego de ponérsele en conocimiento lo declarado por Bertotti, previo a las conclusiones finales, Forti, solicito la palabra y manifestó: No es cierto lo que dice, estábamos yo y él y nadie más, se cansaron de preguntarme por la tercer persona, y no había más nadie, el y yo. Yo lo conozco por mi hermano. Mi hermano le sacaba plata para drogarse, pero dos o trescientos pesos no más que eso. Después mi hermano se abrió, pero mi hermano jamás se enteró que yo lo seguí viendo. Nunca se enteró. El día que me dijo que íbamos a simular un robo en su propia casa, me convenció y me pasó a buscar a tres o cuatro cuadras de mi casa. Fuimos hasta la punta del barrio y el ahí se cambio la ropa, no sé que hizo y fuimos a su casa. Me pagaba para seguir a este tipo, que era un farmacéutico, y tenía un Ford rojo. Dos semanas antes me dijo que no aguantaba más, que Natalia maltrataba a su hija y a él, que se le caía el pelo, un día me dijo que íbamos a ir a su casa, me ofreció quince mil pesos, me dijo que íbamos a simular un robo, que me vaya por la puerta del frente que él me la iba a dejar sin llave, me pasa a buscar por la esquina de mi casa y toma por la calle que está cerca de la canchita de fútbol que está atrás del barrio. Se bajó del auto, yo iba acostado en el asiento de atrás, se bajó,  abrió el portón y yo me quedé en el auto, cuando yo bajo del auto en la casa, suena el teléfono, yo ahí la veo a la chica y se ve que se cortó porque volvió enseguida y yo cuando entro por la puerta del garaje, yo entro y le pego con el hierro acá y él se cae, después mientras él rompe todo, a dos metros estaba la chica mirando por la ventana y yo la alcanzo, ella me mira y me quedó mirando y yo le iba a pegar y cuando la miro estaba embarazada, yo no la conocí de antes ni nada, y le pego de costado y ella cae al lado del sillón, me voy a la mesa a buscar la plata, al hierro ya lo había guardado en el buzo, él se me venía encima y yo estaba buscando la plata y ahí me fui y le pegué dos trompadas, una en la nariz y otra en el ojo y él cae y queda shockeado, me quiero ir y la puerta tenía llave, saco la llave y cruzo al frente como él me había dicho, me voy todo por atrás de la Consolata hasta López y Planes, por la vía y ahí tiro el fierro. Llego y lavo la ropa, la había tendido y al día siguiente la quemo porque decían que habían filmado al muchacho con la ropa, entonces la quemo en un tacho que se usa para quemar basura. Después estuve mal. Consumí mucha cocaína para pasarme y desaparecer porque me sentía muy mal. Me sentía muy mal, me quería ir y no tenía las agallas suficientes para tirarme abajo del tren. Por eso consumía, no aguantaba lo que había sucedido. Conseguir dinero era muy difícil. Yo pensaba que iba a conseguir dinero como un robo. Sucedió algo muy feo. El día que yo salga no sé, me arruinó la vida todo esto que pasó. Estoy dolido, mi familia está dolida, muy mal por lo que sucedió. Quería pedir perdón a mucha gente. Estoy muy arrepentido de lo que sucedió, nunca pensé que iba a suceder esto. Me dio mil quinientos pesos, en el auto él me mostró quince mil pesos. Mi hermano no está en nada. Lo último que recuerdo yo cuando me estoy retirando, Natalia estaba haciendo fuerza con una mano, había un sillón al lado, estaba reaccionando ella.- Entro en el auto, acostado en el asiento de atrás, porque él me dijo que me iba a llevar en el auto. Él planeó cómo íbamos a ir, cómo me iba a hacer entrar, él planeó todo. Él nunca me contó qué era lo que quería hacer. Ese mismo día a la noche, antes de irme me da el dinero. Él no me dijo qué iba a suceder, me lleva para simular un robo y darle un susto a ella porque lo maltrataba y le decía que se iba a separar y le iba a sacar la nena. Se le pregunta sobre el desayunador y responde Para mí es lo primero que se llevó por delante él, yo no voy a mirar fotos, lo que debe haber delante de la cocina, yo no conozco nada de la cocina porque no llegué, llegué nada más hasta el comedor, no conozco la cocina ni los dormitorios. Nunca tuve puesto guantes. Ni yo ni él teníamos puestos guantes. El rompía todo. Con las dos piñas quedó shockeado, con la vista perdida mirando para arriba. A las dos horas me entero que las cámaras habían tomado imágenes, al otro día se decía que las cámaras de Codini podrían haber visto a los sujetos. En ningún momento vi sangre. Simular el robo era para darle un susto a la señora". Hasta aquí, las versiones dadas por Forti, en cada oportunidad que refirió lo ocurrido aquel día en el domicilio de Bertotti, ante las autoridades judiciales.-
ANALISIS
El periodista Julián Medina, ante quien Forti se confiesa en primera instancia, al deponer en la audiencia nos relata: me encontraba trabajando profesionalmente en lo ocurrido en Urquiza 94,  tenia fuentes que podía ser alguien de las 800, indague y di con Leonardo Forti como una persona probable lo encontré el domingo a las 11 de la mañana, estaba muy nervioso, amigos de Forti le dijeron que estaba a punto de suicidarse, nos juntamos en  mi casa, le pregunto si estaba implicado en el caso y me dijo que sí, pero que no había hecho nada, lloraba, me dijo que le crea  Llego el padre, porque era importante que el esté, ambos decidieron llamar a Alberione. , él llego a mi casa, charla con ambos, él le dijo si vos me vas a decir la verdad la justicia te va a ayudar.  El fiscal le pidió que vayan a tribunales y le dijo que se tenía que buscar a un abogado, Forti me pidió que lo acompañara, llegamos también junto con el padre,  Corón Montiel llego a tribunales, entro a declarar con Oreste Gaido yo no entre. El me pidió que le diga a la madre que él iba a pagar por lo que hizo pero no por matar porque no lo hizo, que les diga a la madre y a la tía que les pedía perdón, eso era importante para él.  Le hable a Alberione a las 11.40, lo llame y le dije que había conversado con Forti y que era unas de las personas que había estado dentro de Urquiza 94 y que se quería entregar porque lo iban a culpar de algo de no había hecho, estaba asustado y que corría riesgo su vida. Leonardo le pide al padre que lo deje tranquilo un rato y el padre se va y ahí me quede solo con Leo y ahí me pide que le diga a la madre y a la tía que viven con él, que le cuente lo que él hizo que entro a la casa, pero que nunca mato a nadie, que sabía que por un tiempo no las iba ver, que si bien les falló el no había matado y que iba a pagar y cuando esto termine iba a cambiar. el dijo muchas más cosas, del dolor que sentía, me pedía ayuda, porque si bien lo conocía yo no tenía confianza, hablaba dos minutos y lloraba diez yo no sabía cómo manejarme.- Por lo que lo conocía era un pibe mas del barrio, había ido a mi casa un par de veces, para ver si tenía algún trabajito para él, repartir diarios o sacar fotos.- Los amigos de él cuando yo investigaba me dijeron que Forti estaba últimamente muy mal, que tomaba mucho alcohol, que no dormía y cuando se dormía se despertaba gritando, que consumía cualquier cosa, pastillas, marihuana, que estaba muy nervioso, que algo le había contado a sus amigos pero no le creyeron.- En todo lo que conto Forti nunca se le denotaba violencia, cuando se quebró en mi casa, me dijo que él no la mató pero que estuvo en la casa, decía muchas veces  yo no la mate, yo no la maté, me dijo soy un pelotudo, entré a la casa, de pelotudo, yo no hice nada, le pegue a los dos y me fui me voy a comer todo este garrón por pelotudo.-
Así como el Sr. Fiscal de Cámara, en su lucido alegato, hizo mención a la coherencia de Bertotti, porque mintió siempre, desde la primera hasta la última declaración, siendo evidente que fue cambiando su versión de acuerdo a la conveniencia de lo ocurrido en la audiencia y al manipular claramente la prueba, he de decir, que asombra también la coherencia de Forti, quien en ningún momento cambió su versión en las partes esenciales de su relato de acuerdo a lo ocurrido y de tal modo debe ser valorada su versión.-
He de comenzar ahora el análisis de los dichos de Forti a la luz de la prueba rendida en el debate.-
 La relación Bertotti – Forti
Se encuentra total y absolutamente acreditada, a más de la documental glosada (comunicaciones telefónicas), con los diversos testimonios receptados en el debate.- Comienza la relación, a principios del año 2009, Bertotti se encontró, frente de la farmacia de Villafañe, con Diego Gastón Forti, a quien conocía desde la adolescencia, de la conversación surgió que Diego no tenía trabajo lo que llevo a Bertotti le manifestara que tenía un trabajito que hacer pero que se tenía que decidir, estaba muy nervioso, alterado, como sacado. Que intercambian números telefónicos, como Forti no tenía celular le da el de su casa y a su vez Bertotti le da su número de celular,  número 15662769, se lo da en un papelito que sacó del auto, que en el reverso era del Cajero de un Banco, pero la anotación la hace Diego Forti con su propia letra.- Luego de este encuentro, pasados unos días Bertotti se contacta con Diego Gastón Forti desde la cabina pública de calle Mármol 480 al teléfono fijo de Forti (03564-433540) lo convoca para hablar en su consultorio a la salida del Sanatorio San Justo. Se encontraron en horas de la noche, le dijo que tenía un problema con su mujer, que había descubierto que lo engañaba.- Unos días después llama nuevamente a Forti a su casa, quedan de acuerdo y se encuentran en Larrea y Caseros. Ahí dijo que la persona que tenía que seguir era Villafañe, el dueño de la farmacia ubicada en Bv. 25 de Mayo y calle Pellegrini, que era quien lo engañaba con su mujer y que lo conocía porque era el esposo de una compañera de trabajo, que tenía un Ford Escort rojo y que jugaba al padle en un club por calle Independencia y que vivía por calle Entre Ríos o Gutiérrez.- Que quería era que vaya a asustarlo y apretarlo para que dejara a su mujer. Que Forti le dijo que lo iba a seguir, ahí no le entregó dinero, que luego, mucho más nervioso y con voz entrecortada, como con un nudo en la garganta, le dijo: "los quiero matar a los dos, loco". Forti no le dio demasiada importancia y quedaron ahí, en nada.- Que se comienzan a entrecruzar llamadas, coordinando lugares de encuentro y entregas de dinero por el trabajo encomendado.- Luego de varios contactos telefónicos, se encuentran en la esquina de Av. Caseros y calle López y Planes.- Allí Diego Gastón Forti concurre acompañado de su hermano Leonardo, oportunidad en que Leonardo se enteró de la historia, en esa ocasión vuelve a recibir dinero de Bertotti y le dio unos pesos a su hermano.- Allí se da el primer contacto personal entre los coimputados.- Diego Forti, comienza a negarse al contacto con Bertotti, y al cortarse la relación con este, Bertotti comienza a profundizar el contacto con Leonardo Andrés Forti. Así fue que se pudo determinar la existencia de gran cantidad de llamadas entre cruzadas entre ambos, las que se encuentran debidamente documentadas en la prueba informativa incorporada al debate.- A más de las llamadas telefónicas, Bertotti se presentó personalmente en el domicilio de Forti en varias ocasiones, antes de la comisión del hecho, una de ellas en horas del mediodía como José y lo atendió la madre de los Forti, señora Susana Rita Suárez, junto a su hijo Luciano. Preguntó por Leo, dijo que lo necesitaba para un trabajo, fue con un trato muy cortés, habló poco y se retiró caminando.- En otra oportunidad concurrió al domicilio de la familia Forti en busca de Leonardo y fue atendido por la madre de los Forti, señora Susana Rita Suárez, junto a su hijo Luciano.- Se presentó en horas del mediodía ahora como Fernando Gaviglio.- Habla con Luciano, diciéndole que era por un dinero y un reloj que le había dado a Leonardo, a lo que le dijeron que se equivocó si les prestó plata a Leo o a Diego, porque no trabajaban y no se la iban a devolver. No hizo ningún problema, se retiró caminando, luego de saludar amablemente.- Otra vez también en horas del mediodía, al concurrir al domicilio de los Forti, estaba Leonardo, se sentaron en el pilarcito de la casa, estuvieron hablando unos diez minutos y después se fue. Leonardo dijo que lo buscaba para armar unas tarimas o tablones en el Centro Médico.- Si bien es cierto que en sus declaraciones, Leonardo Forti ha pretendido ocultar la intervención de su hermano Diego, pretender mendacidad en sus dichos ante ello, entiendo es una valoración arbitraria, toda vez que es entendible la posición asumida por el joven, al querer evitar intervención alguna de su hermano en la situación.-  Además de concurrir al domicilio de los Forti, Bertotti concurría al barrio y lo pasaba a buscar a Leonardo Forti en su automóvil Bora azul y el joven se iba con él, así lo relatan en audiencia Ezequiel Carlos Pucheta, quien relata que reconoce a Bertotti por la televisión y de cuando iba a buscar a Forti, es amigo y compañero de bochas de Forti. Del barrio, de chicos, vive a la vuelta de mi casa. Todas las tardes jugábamos a las bochas en las vías, y todos los días lo pasaba a buscar un auto azul, un Bora, y él se iba y nosotros lo cargábamos y le decíamos que se había buscado un “tatito”, o sea un puto. Era más o menos a las tres y media de la tarde o cuatro.- El se reía y venía siempre con plata, no se veía si era un hombre o una mujer, pero un día estaba el vidrio bajo y se lo vio y entonces le decíamos que era un tatito y él se reía. Casi todos los días venía ese auto y cuando regresaba el Leo siempre traía una moneda para comprar algo, comíamos y tomábamos algo. Él subía al auto y después volvía. Un día vimos que era un hombre y después vi que era  Bertotti, que después lo conocí porque salió en la tele y todo.- Carlos Darío Pineda, quien nos refiere se amigo del imputado Forti desde chico. No conocía a Bertotti. Lo vi cuando nosotros jugábamos a las bochas y lo buscaba a Leo y él decía que era un puto, y cuando el Leo volvía venía contento, porque venía con plata. A Bertotti lo vi dos o tres o cuatro veces más como máximo. No me acuerdo bien, una vez lo vi en el Supermercado 555 que está en Caseros y López y Planes, en la orilla de la vereda. Él estaba en el auto azul, adentro del auto. Forti estaba afuera, apoyado en el auto, del lado del acompañante. Yo pasé, lo vi y  nada más. Ahí no conocía a esa persona. Otra vez cuando estábamos jugando a las bochas en la vía, en calle López y Planes, entre Río Primero y Río Segundo, a dos cuadras de Caseros. Ahí pasa, por al lado nuestro, entra por López y Planes con el auto azul. Se pone a hablar con él. Todos le preguntaban por qué andaba con plata y él decía que era un puto que le daba plata. Sabía que Forti tenía plata porque la gastábamos juntos.- Habiendo quedado ya acreditada la relación Forti – Bertotti.-
Lo ocurrido el día del hecho en el domicilio de calle Urquiza 94,
 Relata Forti, que ingresa a la vivienda de Alejandro Bertotti, trasladado por éste, a bordo del automóvil de su propiedad y escondido en el asiento trasero del vehículo, que cuando llegan al lugar, Bertotti, abre el garaje enciende la luz, ingresa el automóvil cierra las puertas del ingreso al garaje y se retira al interior de la vivienda previo apagar nuevamente la luz, permaneciendo él escondido en el auto a la espera que Bertotti le avisara cuando debía entrar.- Este relato de Forti, se encuentra claramente acreditado.- El Dr. Sigfrido Masante, en el debate, previo pasar en reiteradas oportunidades la secuencia fílmica lograda de las cámaras de seguridad instaladas en la empresa Codini, que se encuentra al frente de la vivienda de Bertotti, nos refiere: La secuencia fílmica es cada cinco minutos, por lo que pasaremos los momentos aproximados al hecho, se nos pidió saber si entraba o salía alguien del domicilio del imputado -tomamos esa franja horaria-. El técnico explica que se puede ver el portón y un vehículo que ingresa.- Viene un vehículo justo al frente del garaje, 18.52 hs. El portón estaba con la luz apagada, se ve un sujeto que baja y se enciende la luz del garaje, luego se ve que ingresa el auto y luego se apaga la luz del garaje. Las secuencias son de cinco minutos.- El video es una secuencia sin interrupciones, no existen baches entre los fotogramas del video.- Ésa es la secuencia que observamos nosotros.- (Cooperación Técnica 310093/09, Informe Técnico n° 898513/09).- Esta relación efectuada por el técnico, da crédito absoluto a lo relatado por el encausado Forti, coincide total y absolutamente con sus dichos, el ingreso del auto, la luz que se prende del garaje, posteriormente, se apaga y que posteriormente es vuelta a encender desde el interior.- Continúa su relato Forti, expresando que Que cuando estaba por bajarse el dicente del auto, escuchan que suena el teléfono, escuchando que hablaba la mujer. Al deponer en el debate, la abuela materna de Bertotti, Elsa Norma Salcedo vda. de Mitchell, refiere que: Yo llamé a las 7 de la tarde y no atendió nadie.  Yo llame para ir a su casa porque estaba siempre con ellos. No me contestaron. Yo llame de mi teléfono, mi llamado fue a la casa de Alejandro, y no atendió nadie. Sonó tres veces y colgué porque no tenía contestación.- De la prueba informativa glosada en autos y detallada supra, surge la existencia de la llamada.- Continúa relatando Forti: Que en un momento Bertotti, se vino de nuevo al auto, le abrió la puerta, y él se bajó. Que apenas se bajó del auto, con el fierro que tenía le pegó un fierrazo a Bertotti en la cabeza, recuerda que después Bertotti se fue para la cocina luego que el dicente le pegara el fierrazo, se chocaba las paredes y tumbaba todo, cómo una barrita, donde había cosas de vidrio que se cayeron al suelo.- El empleado policial Luis Díaz nos refiere: En el living había dos sillas corridas o movidas, en el comedor estaba todo como amontonado, era como un desorden ordenado, como lo llamamos nosotros. Nosotros vemos cuando un desorden está realizado adrede, si ocurre un robo por ejemplo el desorden es diferente.- El médico policial Dr. Mariano Pispieiro refiere: No hay un patrón como si dos personas se hubieran peleado, hay un desorden organizado, no hay un patrón irregular de objetos desparramados para todos lados, los objetos están como si los hubieran empujado. No como se ve en otras escenas de crímenes.- Después de que la víctima dejo el reguero de sangre no se desordeno nada.- Se interrogó a los testigos que observaron la escena del crimen sobre la posibilidad de una lucha, en el sector de la cocina comedor y la respuesta fue negativa: en primer lugar es imposible que se haya producido luego del paso de la víctima, ya que habría huellas claras sobre las manchas de sangre y de haberse producido con anterioridad, indudablemente el desorden hubiese sido otro, ya que la escena mostraba un "desorden ordenado".- Es evidente, que la apreciación de los testigos, dan verosimilitud a lo vertido por el incuso.- Continúa su relato Forti, explica que: Salió del garaje y ahí vio que la mujer de Bertotti, estaba mirando por una ventana hacia la calle, que el dicente le pegó un fierrazo a la señora que quedó como desmayada, que ahí Bertotti le dio la plata, y le dijo yo me voy, yo me voy, porque estaba asustado.- En la inspección judicial da una explicación diferente: dice que Bertotti se le viene encima, como para agredirlo con el cuchillo, él le pega una o dos trompadas una en el ojo y otra en la nariz y se va del lugar, previo tomar el dinero que se encontraba sobre la mesa del comedor donde hay un televisor.- Que el dicente agarró la plata no la contó ni nada, intentó abrir la puerta del frente, y como estaba con llave, abrió, y se fue y cruzó al frente como le había dicho Bertotti.-  Esta secuencia del relato de Forti, la más importante en cuanto al evento que nos ocupa, se encuentra corroborada con las probanzas incorporadas al debate.- En cuanto a los golpes aplicados a Bertotti, las certificaciones médicas, como los testimonios de los galenos que lo asisten, son contestes en afirmar el tipo de lesiones que este sufriera y la posible causa de los mismos.- Bertotti únicamente estaba lesionado en el rostro y la nariz, sin ningún tipo de marcas en otra parte del cuerpo.- Mario Germán Vignolo, relató en la audiencia que revisó a Bertotti junto al Dr. Pizzaro en el dormitorio de la vivienda y que una semana después lo revisó en tribunales Tenía un hematoma peri orbitaria izquierda, una equimosis retro auricular y una inflamación en la nariz.- Las lesiones son más compatibles con una piña en la cara que con lucha. Seguramente por golpes de puño. Las únicas lesiones que se visualizaban son las de la cara, si bien manifestaba otros dolores de tórax, sólo se visualizaban esas.- Lo de Bertotti era compatible con un golpe de puño, no de un elemento contundente, la lesión hubiera sido más grande, la lesión retro auricular puede haberse realizado con un elemento contuso pero muy suave Casi descarta de plano que hubieran sido golpes con un palo, tampoco autoinflingidas. A su modo de ver fueron lesiones superficiales realizadas con un puño.-  Javier Isidro Maiztegui,  salvo el golpe facial y el hematoma en el ojo, que creo que no comprometía el ojo, sí la nariz y cara, de ahí queda en manos del especialista.. Hematoma en arco superciliar izquierdo, región maxilar izquierda, y la cara anterior de la nariz, tabique.- Daniel Fernando Martelli, Había fractura de nariz y lesiones externas.-  Tenía un hematoma en el ojo, a veces esos golpes pueden causar lesión en retina, y no había.- La lesión que se observo de nariz no necesitaba tratamiento urgente.- Tenía fractura de nariz de un solo lado no recuerdo de cual, hematoma peri-orbitario, ese fue mi diagnóstico. Del oftalmólogo surge que no tenía lesiones internas en el aparato de la visión.- Luis Carlos Balsa, Emanaba sangre por nariz y tenía un hematoma en el ojo., yo no participé en la revisación, a simple vista tenía la nariz hinchada, le salía sangre, y tenía un hematoma en ojo creo que izquierdo.- Marisel María Felizia, me llaman para que revise a Alejandro por un sangrado nasal. Tenía fractura, traumatismo nasal sin desplazamiento, desviación del septun nasal, y hematoma peri-obitario izquierdo.. De la lesión periorbital, le dije ese hematoma  está feo, ponete hielo, y que te vea un oftalmólogo para que te controle la visión.- Andrea Carla Olocco, enfermera del servicio de emergencias que asiste al lugar, refiere respecto de Bertotti, le practicamos una curación en la nariz al Sr. Bertotti, le hicimos una curación plana, o sea simple, le dimos un apósito, o gasa, era un herida cortante en la nariz y no vimos otra lesión, lo curamos con Pervinox y agua oxigenada. Con la curación que le hicimos a Bertotti creo que se terminó su sangrado.- Víctor Hugo Zanella, compañero de Olocco en la asistencia, refirió era una herida cortante en la nariz, superficial, con una posible fractura. La herida había sangrado pero muy poco.- Informes médicos pertenecientes al imputado Alejandro Alberto Bertotti, realizados por el médico policial, Dr. Aníbal Pizarro fs. 11 efectuado el día ocho de julio de 2009 a las 20.30 horas.- Angustiado, temeroso, tembloroso, fractura de huesos propios de la nariz, con epistaxis, edema, eritema, hematoma en región orbicular izquierda. No se puede hacer el examen completo".- fs. 25 efectuado el día nueve de julio de 2009 a las 19.10 horas, Hematoma orbicular izquierdo con excoriación superficial en región externa orbitaria, pequeña herida en dorso de la nariz con edema y equímosis tenue. Tenue equímosis eritematosa en cara posterior del pabellón auricular izquierdo, sin otra lesión.- fs. 31 efectuado el día nueve de julio de 2009 a las 13.30 horas, Hematoma orbicular izquierdo, pequeña herida y edema en dorso de la nariz. Equímosis tenue en cara posterior del pabellón auricular izquierdo. No se observa otra lesión.- De los testimonios y la informativa reseñada, se advierte que los dichos de Forti, respecto a cómo y con que golpea a Bertotti, se encuentran claramente acreditados.- El golpe que refiere haber aplicado Forti a la joven Natalia y la ubicación de esta al momento de ello, se encuentra también claramente acreditado.- El empleado policial Ariel Fuentes, nos refiere: Cuando yo hago un examen visual en el living, noto que en la ventana que da a la calle, hay  como un visillo abierto, como si alguien hubiera estado mirando por la ventana y ahí abajo hay un charco de sangre, en ese lugar no hay gotas satélite –las que se producen cuando el corte es de arriba-, por lo que ahí el corte primero de ese lugar, se hace en el suelo. El Dr. Mario Germán Vignolo, refiere También tiene un golpe temporal que se va hacia la zona temporal, más de costado que hacia atrás. Producido por un elemento contundente, un palo, un caño. La posible secuencia, con fundamento científico es que ella ha sido sorprendida detrás de la ventana en ese living donde fue herida en la yugular y después se la lleva para la otra parte, donde se ha sido herida en la carótida y en el trayecto se le han realizado el resto de los cortes seguramente.- A más de ello el mismo médico forense, explica que en el evento hubo dos armas, una contundente que pudo haber sido un palo o un caño y una de filo con la que se producen las heridas vitales.- Acota que la lesión de la zona temporal producto de un golpe con objeto contundente, no ha sido vital.- En consecuencia, de lo aportado por los testimonios de mención surge la posibilidad cierta de los dichos de Fortin, en cuanto a su accionar en el domicilio de la familia Bertotti.- Hasta aquí, el análisis de los dichos de Forti en todas y cada una de su declaraciones, encuentran sustento en los elementos de prueba referenciados y nada obsta a que los mismos gocen de verosimilitud.- Ahora bien, la gran controversia radica, en la presencia o no de Forti en el lugar del hecho al momento de producirse el resultado muerte de Natalia Vercessi.- El joven lo ha negado sistemáticamente, más aun ha sostenido siempre que él va a pagar por lo que hizo y no por lo que no hizo.- Forti refiere que  Natalia, estaba mirando por una ventana hacia la calle, que el dicente le pegó un fierrazo a la señora que quedó como desmayada.- Recordando que la chica, cuando él se retira,  se estaba incorporando y escucha que dice “Ale estoy embarazada”.- He aquí donde de la prueba colectada, surgen más dudas que certezas, respecto de que si Forti, presenció o no la acción criminal efectuada por Bertotti.- ¿Es posible afirmar, con la certeza requerida para fundar una condena, que Forti se encontraba en el interior de la vivienda, presenció la violenta muerte de Natalia y luego se retiró del lugar, sin dejar ni una sola huella o rastro en el lugar? .- La macabra escena del crimen, tal como se refleja en las fotografías glosadas a autos e incorporadas al debate, como así también los testimonios vertidos por quienes ingresaron al lugar luego del hecho, generan en el suscripto dudas, respecto a la afirmación de la acusación en cuanto a la participación y/o coautoría asentada en la presencia de Forti en el lugar al momento del homicidio.- Analizare entonces como se presenta la escena del crimen, para de ese modo ponderar mis dudas respecto a la presencia de Forti en el lugar.-  En el living, cerca de la ventana que da a la vereda, había una gran mancha de sangre, lugar en el que Forti menciona que golpeo a Natalia y donde aprecia que al retirarse esta se encontraba reincorporándose y desde donde escucha que expresa “Ale estoy embarazada”, al momento de retirarse del lugar.- La gran cantidad de sangre en el lugar se trata de sangre venosa, más oscura y en forma de charco, al decir de los especialistas, donde se  indica que allí se le provocó una herida importante a la víctima.- Las dos únicas huellas de pisadas de calzado, una más grande  aproximadamente de número  43 y 45;  otra más chica aparentemente de la víctima entre 35 y 37.-En el pasillo que va hacia el comedor y que da a la puerta del garaje, sangre con gotas hacia arriba. Salpicaduras en el piso, en la pared, en el marco de la puerta y sangre en la puerta del garaje que llegaba hasta el techo.- Advertimos la presencia de sangre arterial atento a la fuerza de la expulsión de la misma, sangre impulsada por el corazón, a una altura superior a 1.60 m. desparramada hacia distintos puntos.- Desde allí y hasta el lugar donde se encontraba la víctima, hay un camino con manchas de sangre con dos patrones, arterial y de reguero o goteo. Rastros de pisadas, algunas más importantes, y otras como de deslizamiento.- El recorrido de la sangre muy definido: ventana del living, pasillo, antecocina, y cocina donde se encontraba el cadáver de Natalia.- No se encontraron manchas de sangre en el frente, en la vereda, ni huellas de pisadas con sangre, ni manchas de sangre en el picaporte de la puerta del frente.- Los testimonios de quienes,  unos con la finalidad de acompañar a la supuesta víctima “Bertotti” y otros con el objeto de cumplir con sus tareas específicas ingresan al lugar: Luis Carlos Balsa, amigo de Bertotti no me acuerdo quien pero cuando llegue alguien me abrió la puerta, entre y había mucha sangre.- En la calle no observe manchas de sangre y en la vereda no sé ni me fije. Observa fotos y dice que para entrar tuve que saltar o abrir las piernas por la gran mancha de sangre que había en la entrada adentro en el living.- Luis Daniel Díaz, empleado policial: En la vereda buscamos sangre o huellas de zapatillas y al no tener ningún tipo de marca, generalizamos la zona y realizamos inspección en todo el lugar con resultado negativo, cuando ingreso al lugar veo un gran charco de sangre. La primera mancha de sangre estaba en el living a mi izquierda, cuando entro. Siguiendo hay una puerta que da a un pasillo y  ahí también había sangre. El marco, las paredes que dan a un pasillo, todo salpicado de sangre y después donde estaba Natalia también un gran charco de sangre, en la pared, etc..- Revisó bien la parte externa de la vivienda y nunca encontró nada, ningún tipo de huella de sangre más que en esos lugares.- En la escena del hecho había huellas, una nos llamó la atención porque determinamos de quién era, por el gran charco de sangre de la entrada, como para saber de qué persona estábamos hablando, para hacer un allanamiento, debemos saber qué calzado buscar. Yo lo comparo con mi huella y al tener cerca al damnificado, observo y veo la zapatilla Nike por eso recuerdo la marca y al ver la zapatilla y el tamaño veo que era parecido. También veo otra huella más pequeña, que era la de Natalia, por lo que pudimos ver.- No existían rastros de sangre en los picaportes ni de afuera ni de adentro.- Eduardo Almirón, empleado policial comisionan para que se constituya en el lugar del hecho, relata que: entro y veo sangre por todos lados, me voy al fondo y la veo a la señora bañada en sangre.- Yo imaginaba que si salieron por el frente, con la cantidad de sangre que había en el lugar, para orientarme me fijé si había manchas o huellas de sangre, pero no había nada. Ariel Emilio Fuentes, empleado policial y quien hace todo el relevamiento del lugar.-  Arribamos a ese lugar siendo las diecinueve horas y algunos minutos, Observo un charco grande que estaba al lado de una ventana que da a la calle y después veo un reguero que va por el pasillo hasta el comedor. En la zona muy cercana al charco veo una huella de un calzado relativamente pequeño. Sigo para el living y veo sangre en el marco de la puerta y un goteo significativo, sigo el reguero y llego hasta donde está la víctima. Veo un desorden importante en el lugar. Hay dos huellas, una grande que no se distingue bien la morfología, pero de la huella más chica sí se puede ver que sería a mi criterio como técnico, como un calzado de la víctima. Con respecto al living, se ve claramente que hay dos etapas de la escena, una primaria en el living y secundaria en la zona de la cocina. Ahí el victimario la alza o la toma hacia atrás y la lleva a la zona de la segunda etapa. Los pies estaban sobre el mismo lado. Porque en el marco se ven manchas de escurrimiento, o sea que hubo un contacto sobre el marco de la puerta. Al haber más goteo me da la pauta que estuvo un tiempito más en ese lugar porque hay más goteo que en el otro tramo del trayecto. Después se ve el otro charco y se nota por la sangre, las salpicaduras que hubo más movimientos de la víctima o del victimario. Afuera se buscó pero no se encontraron manchas de sangre ni pisadas ni huellas, no pudimos recolectar nada.- Silvia Magdalena Almada, médica del servicio de emergencias, no dice: Al arribar al lugar, solo vi sangre hasta el trayecto que estaba la persona y donde estaba ella alrededor del cuello y del hombro había un charco de sangre, no vi otra cosa más que a la persona.- Andrea Carla Olocco , enfermera del servicio de emergencias, relata: Entramos por la puerta chica del frente, había varias manchas de sangre, pasamos por el living y llegamos a la cocina había una femenina tirada en el suelo.- Mariano Pispieiro, médico policial, nos ilustra: Ingreso a la vivienda, había un living y  un charco de sangre cerca de la ventana.- Yo venía viendo con un reguero de sangre, había un charco grande en la ventana íbamos siguiendo las manchas de sangre, un charco de sangre en el ventana, había dos pisadas, una más grande y otra más chica. Por el tipo de reguero que llegaba hasta el techo, ahí estaba salpicado en distintas direcciones el marco de la puerta que daba de ese hall o living al comedor. También estaba manchada la puerta y el techo que da al garaje y la parte posterior de la puerta como quien mira a la calle. A partir de ahí el patrón de manchas de sangre cambia y ya hay goteo, cambia a un patrón arterial, cuando se ve que hay sangre por encima de la altura de la persona, uno ve que hay sangre que está siendo impulsada por el corazón, entonces uno estima que es sangre arterial no venosa. Había también salpicada una puerta ventana que estaba a la izquierda y unas cortinas, un calefactor también estaban regados con sangre. Había como un camino con manchas de sangre que iba hacia donde ya pude ver la víctima que estaba entre la cocina y el lavadero. Ahí se ve un camino de sangre donde ya están los dos patrones, de reguero y arterial. Otra de las cosas que también me llamó la atención y se hizo una secuencia fotográfica de todo esto, fue como que había un rastro de pisada importante y el resto eran como deslizamientos, como si una persona fuera bailando, por los deslizamientos. Yo creo que por las huellas y por el tipo de huellas no pudo ir por sus propios medios ni tampoco ha sido arrastrada, es como si hubiera sido levantada y no hubiera tocado el suelo. Lo que me llamó la atención que en la parte de abajo del desayunador no había sangre. Sí había sangre en los objetos y en la parte de arriba del desayunador que había quedado en pie con gotas o manchas de sangre en distintas direcciones. Como si siguiera la víctima en pie. Esto me llamó la atención porque cuando movemos la chaquetilla, había manchas en el suelo, o sea que la víctima regó de sangre arriba, eso después se rompió y cayó sobre la chaquetilla.- Había unas marcas o huellas por fricción de sangre, en la pared. Hacia abajo como entrando a la cocina estaba la víctima. Me paro como mirando a la cocina, estaba la pared y el lavadero a mi derecha. Sigo la marca de la sangre de este patrón de manchas y ahí me encuentro con manchas que estaban en un mueble en el lavadero, no encuentro manchas de sangre como de quien va a la izquierda. En la cocina como elemento de cocina había también manchas por fricción y en un mueble que estaba arriba también había manchas por fricción. En una de las bachas me parece que la izquierda tenía hasta la mitad de agua con sangre como si alguien hubiera lavado las manos o algo con sangre. En el frente de la cocina, del artefacto, había sangre como fricción, como si alguien se hubiese apoyado para limpiarse, la víctima estaba hacia el otro lado, boca arriba, con la cabeza mirando a una puerta que había atrás, que había un tendedero metálico adelante. Lo que puedo decir es que cuando la víctima cae sobre el lugar final, todavía seguía con vida, porque cuando cae todavía había manchas o salpicaduras de sangre arterial sobre la pared. De un lado estaba el mueble del lavadero, de la pared que estaba al frente. Había una mancha en la pared donde estaba el antebrazo de la víctima y había sangre ya coagulada alrededor de la víctima. La herida en el cuello para mi se realizó en el pasillo, porque por la fuerza que tiene la sección de la arteria y la altura que toma el chorro hacia arriba. Hasta el techo, en la puerta y el techo. La puerta estaba regada de sangre y en el pasillo y en esta zona estaba todo regado de sangre. Ahí es cuando cambia el patrón de sangrado. De goteo pasa a ser una gota como con una colita, víctima parada, levantada, donde recibe ahí el mayor corte en una arteria, porque se ve la sangre en todas direcciones. Por el impulso y forma que toma la sangre, que cambio el patrón de goteo a reguero, la mancha de sangre está por encima de la víctima, porque llega casi al tacho, por la altura es una lesión arterial, supuestamente la víctima estaba adelante del agresor, parada, mirando hacia adelante, el agresor a su espalda y la herida fue de abajo hacia arriba, de adelante hacia atrás con retoma, al principio varias heridas para después hacerse una para la cara posterior, las huellas y las manchas tenían un patrón claro dónde estaba la víctima hasta el living. Cuando entré a la vivienda y vi esa mancha de sangre, me pare y vi levemente hacia afuera y no había manchas.- El agresor tiene que haber sido mayor, con altura y fuerza que la víctima para poder levantarla,  veo la mancha de sangre en la punta de la zapatilla y no en otro, lado yo diría que se la levanto por debajo del brazo y con una mano y se la tira donde se la encontró. El traslado para mí va desde el living, se pasa por el pasillo y quedó donde se la encontró.- Mario Germán Vignolo, médico forense, nos relata: Volvemos al living donde aparentemente había pasado todo, porque ahí había un gran charco de sangre, al lado había dos huellas, ahí la sangre estaba bien circunscripta, era venosa, más oscura y estaba bien circunscripta, para el otro lado era sangre arterial, chicoteada, más clara y con proyección, estaba para la pared, la puerta y el techo. Hay goteo pero no signos de arrastre. Incluso las zapatillas de ella tienen más sangre en la parte anterior. Evidentemente era llevada, tomada de atrás como una muñeca, porque había salpicaduras y no dos huellas de sangre. Seguimos para atrás del desayunador y ella estaba atrás, en la pared había manchas de movimiento cadavérico.- No vi nada pero como si una persona se hubiera apoyado las vestimentas con sangre en el lavatorio, donde se había lavado algo con sangre.- Respecto de las manchas, observan las primeras manchas y explica cómo se habría realizado ese primer corte. De lo que no hay duda es de que esa es sangre venosa, no necesariamente tendría que estar acostada. Sí puede haber estado sentada o cercana al piso, no necesariamente acostada. Es muy notable el color de la sangre, en el primer charco es sangre oscura y en el segundo lugar a los dos metros es carotidea y la sangre es lanzada hacia arriba. Científicamente puede ser de hasta tres metros la distancia de eyección. - Aurelio José Mícori,  vecino de Bertotti y a quien acude este en primera instancia, nos relata: Además de la gran macha de sangre en el living veo una silla rota en el living, le faltaba un pata, la tenía quebrada, la silla estaba tumbada.  En el pasillo también había sangre, hasta donde estaba Natalia. Ella estaba al lado de un desayunador, mirando hacia arriba con los brazos tendidos.- El desplazamiento en la casa yo lo hacía como en puntas de pie.- Entre en punta de pie, en el pasillo,  como saltando para no pisar la sangre.- Iba saltando no pensé en no contaminar, sino en no patinar, no pisar, no sé.- Rafael Vicente Chirana, comisario a cargo de la división investigaciones, relata que: Había sangre al ingresar a la casa, manchas en el piso, paredes, por todo el piso, y en la cocina estaba el cuerpo sin vida, de Natalia, con una mano en la pared, y tenía un gran corte en el cuello. Jorge Ariel Mattalía, empleado policial de la división investigaciones, relata: Llegamos al lugar estaba Alejandro en el living parado y me dijo mira lo que me hicieron. Miro y había lío, unas sillas tiradas una bicicleta. y llegue mirando con cuidado, tratando de no pisar, hasta que la veo a una persona tirada, muerta con una gran mancha de sangre. Había un gran desorden, un tacho, una madera rota. Las fotos son tal cual dije. La mancha de sangre, también hay otra en frente, en la cocina hay salpicaduras de sangre también. Fui con cuidado porque no quería ensuciar la escena, hasta que no saquen las fotos y todo eso.- Oscar Emilio Ferrero, empleado policial de la división investigaciones, relata: Nosotros ingresamos y el oficial Díaz habla con Bertotti, primero en el living y después en el comedor.. Yo y Mattalía nos pusimos a recorrer el domicilio buscando evidencia, algún rastro. Ahí estuvimos no recuerdo cuánto tiempo. Lo que sí nos llamó la atención fue el hecho de sangre. Después me dirijo al living y de la mancha de sangre que había en el living, hasta donde se encontró el cuerpo, no había signos de arrastre. Eso me llamó la atención. Había gotas de sangre en el piso pero no signos de arrastre. Después analizamos el perímetro del domicilio, que no había huellas de sangre. No había huellas, ni pasos porque no hay pisadas, ni nada, además tendría que haberse movido el tendedero y no fue así.- Miguel Ángel Robles policía judicial de la ciudad de Córdoba: Hay una hemorragia masiva, el corazón sigue bombeando, las personas que estaban en el lugar estaban bañadas de sangre, si tenemos un homicidio en ocasión de robo, siempre hay una huída desordenada, hacia distintos lados. Nadie se va a poner a borrar sus huellas, ese lugar estaba impecable, es muy difícil la limpieza de sangre humana. Tampoco teníamos una huída hacia la puerta. Una de las cosas que estimé fue que se hubiera desarrollado un cuadro de violencia familiar y queda demostrada la superioridad de género. Esto es lo que se podía ver en el lugar del hecho.- Todos estos elementos reseñados, nos permiten advertir con absoluta claridad que dentro de la vivienda, donde se desarrollo  “la masacre” de Natalia Vercessi, la sangre se encontraba esparcida por todos lados, que era imposible que quienes se encontraron en el lugar, no hubieran sido bañados con la sangre de Natalia, la que según explican los médicos conocedores de la fisiología humana, era expulsada por el bombeo sanguíneo con gran fuerza, incluso nos dice Vignolo, que los chorros de sangre arterial, pueden alcanzar hasta tres metros de distancia.- Quienes pudimos inspeccionar la vivienda,  apreciamos las escasas dimensiones de la misma, que indefectiblemente lleva a pensar, que nadie que hubiera estado en el lugar pudo haber evitado ser alcanzado por la sangre que brotaba del cuerpo de la víctima.- Ahora bien, si Forti hubiera estado al momento de la acción criminal desarrollada por Bertotti, al acabar con la vida de su joven esposa, como se explica la ausencia de huellas en la parte externa de la vivienda, la ausencia de rastros de sangre en los picaportes de la puerta de ingreso, tanto del lado interno como del lado externo de la misma.- Nos dice Vignolo, todos los signos que presentaba le escena del crimen relacionados con la muerte de Natalia eran puertas adentro, ya que ni del lado del patio y afuera, en el frente, había huellas ni signos algunos relacionados con el crimen.- Ha quedado acreditado que quien secciona la carótida y la yugular de la víctima, tomo a esta de espaldas, como alzándola, lo que nos lleva a inferir que de haber habido otra persona en el lugar, reitero por las escasas dimensiones del mismo, esta persona debió haber recibido en su cuerpo gran cantidad de sangre, empapando sus ropas y prendas, adviértase que en las paredes y el piso de la vivienda era importante la impronta sanguínea.- Si esa persona, a quien se pretende se encontraba en el lugar, alterada por lo que estaba viendo, apurada por salir, temeroso por lo que podría llegar a pasar se marcha del lugar, como hizo para no dejar rastros de sus pisadas, (solo se advierten dos huellas, compatibles con el victimario y la víctima), con que tranquilidad y en qué tiempo pudo haberse limpiado sus prendas para evitar huellas de sangre en el exterior de la vivienda (los testigos refieren que entraron en punta de pies y evitando pisar la sangre esparcida).- En definitiva, podemos afirmar certeramente que Forti estuvo en el lugar, vio o colaboró con Bertotti en el homicidio y luego se retiro, entiendo que no, que es la duda la que prevalece sobre esta aseveración.-
LA SALIDA
 Continuando con el análisis de las pruebas colectadas, me pregunto ¿es posible determinar, que Forti, salió antes del ataque de Bertotti a su mujer o después de ello?, entiendo que no: Las cámaras de seguridad de Codini, no presentan una imagen clara y precisa, de salida de persona alguna del domicilio de Bertotti, debemos tener en cuenta que la cámara, no se encuentra enfocada al ingreso de la vivienda de la familia Bertotti, si al portón del garaje, por lo que de ella surge, es una mera suposición, en cuanto visualizar un sujeto que camina por la vereda de la empresa Codini.- En la audiencia de debate, los técnicos de policía judicial que explicaron las secuencias de las imágenes extraídas de la cámara de seguridad, refirieron, que se observa una persona con una gorra que transita la vereda de la empresa Codini mirando en dirección al domicilio del hecho, que se alcanza a visualizar  solamente una persona caminando por la vereda, al frente de Codini, no se advierte desde donde ni por donde venía transitando esta persona.- El pretender que esa persona sea Forti, para justificar su presencia a la hora del hecho en la vivienda de la familia Bertotti, no deja de ser más que una mera suposición, carente de todo sustento factico.- Forti, sostiene que se fue antes de que sucediera el hecho en que se le dio muerte a Natalia Vercessi, y la cámara toma una persona que camina por la vereda de Codini, (hemos de tener en cuenta que la empresa aludida, se encuentra en una zona de gran tránsito peatonal y vehicular) instantes antes de que Bertotti se comunicara telefónicamente con el 101 anoticiando un supuesto hecho de robo, podemos inferir que esa persona es Forti, sostengo claramente que no, por lo que no es ilógico pensar que la versión de Forti, respecto de que se retira antes de que ocurriera el hecho sea cierta.-
EL PAGO
 Se ha hecho hincapié, asimismo, en el pago por parte de Bertotti y las sumas por este entregada, que echan por tierra con la versión de Forti, en cuanto a que él concurrió al lugar junto a Bertotti con la idea  de asustar a la esposa de Bertotti y simular un robo.- Surge de las probanzas arrimadas al proceso, que siempre se hablo de seguimientos y aprietes, nunca de matar a nadie.- Así  la cosa, al iniciarse la relación con Bertotti, la idea era la de seguir a Villafañe, esposo de Karina Sánchez, supuestamente amante de su mujer, pero en realidad ocultaba que su verdadera intención desde el principio era lograr de Sánchez de quien se encontraba prendado, correspondiera sus intenciones.- Así se contacta en primer término con Diego Forti, a quien le solicita siguiera a Villafañe y le pegara un susto, porque aparentemente lo pasaba con su mujer, en esas circunstancias y en uno de los tantos encuentros con Diego, es que conoce a Leonardo Forti.- Como Diego se abre de la situación, aprovechando que Leonardo Forti, era un joven primario, adicto a las drogas y que debido a ello se presenta vulnerable, accesible para contratarlo, por la necesidad de dinero para solventar su adicción, es que ocultando cual era su verdadera intención “matar a su mujer simulando que se trataba de un robo”, intensifica su relación con Leonardo en primer término, con la idea de que debía seguir a Villafañe, accediendo a las exigencias de este en cuanto a dinero sin importarle si cumplía o no con lo pactado por cuanto lo real era la velada intención de lograr su objetivo de máxima, que era quitarle la vida a su esposa situación esta siempre oculta.- Leonardo Forti, insistió siempre que nunca supo que Bertotti, pretendía que fueran a matar a su esposa, siempre sostuvo que la idea que él acepto fue la de asustarla simulando un robo, porque Bertotti estaba cansado de sus malos tratos y temía por las amenazas de esta que le sacaría la hija.- De la historia que arma Bertotti, surge evidente cual había sido el mensaje que había entregado a Forti.- No debemos olvidar que Bertotti, a los pocos momentos de haber matado a su esposa, cuando arriba la policía al lugar del hecho, y a sus amigos, les cuenta la historia del robo, la rapidez con que arma esta historia y en el supuesto estado de shock en que se encontraba, me permite inferir sin temor a equivocarme, que ese robo era el que había preconcebido en su mente enferma y para el cual había trasladado a Forti a la vivienda.- Para la Acusación, la explicación brindada por Leonardo Forti, no resiste al menor análisis. Aprecia que evidentemente Natalia se iba a asustar si una persona ajena entraba a la casa y la golpeaba, a ella y a su marido y luego de iba.- Que esta posición es  absolutamente ridícula. Pero asimismo da otra razón más, para rechazar esta postura: la tarifa que venía pagando Bertotti para perseguir o asustar al farmacéutico, entre $ 100 y $ 300, y que ahora se hablaba de entre $ 5.500  y $ 10.000, una suma de dinero muy grande para los manejos dinerarios de Forti, preguntándose al concluír ¿es una suma para asustar o para matar, o colaborar en la muerte, simulando un robo?, concluyendo que indudablemente que el acuerdo era para darle muerte a Natalia.- Ahora bien, en su análisis y si de números hablamos, no tuvo en cuenta el Acusador que cada vez que Bertotti veía a Forti le entregaba de entre $ 100 y $ 300, para asustar y/o apurar a Villafañe, y que según su propio análisis las veces que Bertotti se contacto con Forti fueron varias, por lo que es fácil colegir que la suma de dinero que este entregara a Forti para asustar a Villafañe superaba ampliamente los guarismos  indicados, basta una simple suma aritmética, de los montos entregados por las veces que se vieron ambos coimputados, no menos de cinco, según los testimonios de Pucheta y Pineda.- Así también, ¿en algún momento se preguntó si ese monto, entregado por Bertotti, aproximadamente $ 4.000, pudieron ser para comprar su silencio?.- Tengamos en cuenta que Forti, siempre tuvo en su mente asustar a la mujer de Bertotti simulando un robo, plan macabro urdido por la mente enferma de Bertotti, quien hasta el día en que debía desarrollarse el hecho, tenía totalmente estudiado, un día miércoles, justo era el día que no iba la niñera y J. estaba habitualmente hasta las 20 horas con sus abuelos paternos.- Que si el designio siniestro se perfeccionaba, encontraríamos en la escena del crimen a Forti muerto con el dinero sustraído en su poder, su esposa Natalia muerta por la irrupción violenta de los asaltantes y Bertotti como víctima, herido en el afán de salvar a su esposa, dando crédito a su historia del robo con la presencia de uno de los asaltantes muertos con dinero en su poder producto del robo dentro de su vivienda.- Pero el crimen perfecto no existe y Forti logró huir del lugar y Bertotti, quedo expuesto al silencio de este, y de ahí el pago para lograr el silencio.- En cuanto a la entrega del dinero, el propio Leonardo Forti, relata como ocurrió "... Que recuerda que siendo aproximadamente las dos de la mañana, es decir madrugada del sábado, el dicente salía a comprar una gaseosa y ahí vio que venía una persona con un gorro negro, con un perro boxer, y cuando se cruzaron se dio cuenta que era Bertotti, allí le dijo vos estás loco, vos estás loco, me mentiste, contestándole Bertotti, quien estaba totalmente alterado, que lo estaban apretando a él, y ahí saco plata, y le dijo que si le tocaba perder no dijera nada, que él lo iba a ayudar en todo.- De que mentira hablaba, si sabía lo que ocurriría o si hubiera participado del hecho.- La entrega de dinero por parte de Bertotti, fue advertida y/o presenciada por Carlos Darío Pineda y el conocimiento de que Leonardo andaba con plata no escapó al resto de sus amigos, con quienes compartió el dinero comprando alcohol y drogas.- La situación emocional de Leonardo Forti luego, de esto y hasta que se entregó a la justicia fue acuciante, lo refieren sus amigos al relatar que él estaba mal, el sábado a la noche después que pasó eso nos dijo que estaba mal. Al ratito nosotros fuimos a su casa y él estaba en su cama y le dimos una seven up y no podía dormir.- Es claro que el motivo por el cual se entrega, previo a comunicarse con el periodista Medina, es por el gran estado de alteración que presentaba, con actitudes suicidas por haberse enterado de lo ocurrido, con miedo a que se lo involucrara en el homicidio y el lógico temor a que siguiera los mismos pasos que Natalia Vercessi, al ser el único que podía involucrar a Bertotti con el homicidio.- El investigador Robles, expreso en el debate que a su entender el homicidio de Natalia, no era lo que estaba pactado. Creo que estamos ante un hecho de violencia familiar que a la ciudad de San Francisco le cuesta ver. El Sr. Alejandro Bertotti comienza la relación con el Sr. Forti para que le pegara un susto porque refería que el Sr. Villafañe tenía una relación con su esposa Natalia.-
 LA APARICION DEL GUANTE Y LA SEVILLANA
Resulta por demás sugestiva, la aparición del guante de cirugía y la sevillana en proximidades de la vivienda de Bertotti, y cuando éste estaba ya detenido.- Es claro que ambos elementos el día del hecho y  días subsiguientes no se encontraba en el lugar en que fue hallado y por ende me permite inferir que ambos elementos fueron puestos adrede en el lugar para desviar la investigación y/o favorecer la situación procesal de Bertotti.-  El empleado policial  Oscar Ferrero nos refiere, que revisó los techos y las inmediaciones la noche del hecho y el día posterior al mismo que lo típico es que la persona se descargue del arma al salto, en el momento, que no salga con el arma a la calle. No había nada.- A su turno Jorge Matalia al día siguiente con directivas precisas, volvimos al lugar e hicimos todo el relacionado al hecho, personas, armas. Hicimos un rastrillaje, en los techos, baldíos, se le preguntó a personas, al Frigorífico Las Moras, que esta a la vuelta, si algo les llamo la atención, cuantos empleados tiene, y no obtuvimos respuestas.- Luis Daniel Díaz: refiere que el día del hecho, nos dieron negativos los rastrillajes en techos, baldíos vecinos, etc..- Que cuando se encontró la sevillana y el guante, los llaman unas personas de una mueblería luna que estaban trabajando y habían encontrado en un techo colindante que daba a un baldío, en calle Urquiza 50.- Quienes la encontraron eran las personas que hacían arreglos en el techo, se dieron con una sevillana. Un Sr. Galarza que estaba junto a su hijo haciendo un trabajo, relata que hacían un trabajo como todos los días y encontraron ese material. Les preguntamos y respondieron que hacía varios días que trabajaban en ese lugar y antes no lo habían visto, lo cual era imposible porque a media tarde se sentaban justo en ese borde a tomar una gaseosa y a comer algo, la tendrían que haber visto seguro. Subimos y la vimos enseguida, si hubiera estado antes seguro lo hubiéramos visto.- Gustavo Alejandro Galarza, estuvo trabajando en un local que se recuperó en Urquiza Nº 50, Hice la parte de electricidad y en la segunda semana empiezo a trabajar en el techo, en las goteras, y trabajo toda la segunda semana y parte de la tercer semana. En el medio llovió y el lunes tenemos que volver a arreglar el techo. Después al dueño se le dio que teníamos que arreglar las canaletas, que eso arruinaba el local. Yo las arreglo con la membrana caliente  y después le poníamos una pintura, yo estaba soldando eso y le dije al chico que buscara el tarrito que yo me había olvidado. Lo mando al chico arriba a buscarlo y  me dice Turco mira lo que hay acá, le dije qué es, y me dijo mira, un cuchillo, y yo instantáneamente le dije deja eso que es del caso Bertotti. Yo había estado antes en ese lugar, en el mismo lugar donde encontró ese cuchillo, la segunda semana de trabajo y no había nada. Cuando él me muestra le dije acomódalo como estaba, y yo llamé a la policía.-   Indica que la pared sobre la cual encontraron el cuchillo, es un lugar de fácil acceso, que él estuvo sentado con las piernas colgando varias veces y tendría que haberlo visto desde el primer día y no lo vio., cuando se encontró el cuchillo ya era la tercer semana de trabajo, o sea que ya hacía diez días que trabajaba en el lugar reparando las chapas que eran muy viejas y se colocaba membrana. Me arriesgo a decir que de afuera se hubiera o hubiese visto.- Emanuel Matías Corti, Yo estaba trabajando, le alcanzo un tarrito a un chico que estaba conmigo y veo por el tapial, entre medio de dos ladrillos, no se veía a simple  vista, tenías que pasar por donde pase yo, nosotros trabajábamos adentro y el otro chico era el que estaba, al instante que subí lo vi, vi como una goma y la toque con el pie creyendo que era un preservativo, y estaba un cuchillo envuelto con el guante, sobresalía la punta del cuchillo y yo lo levanto y le dijo a mi compañero mira lo que encontré, se lo dije a Gustavo Galarza, y él llamó a la policía. Yo en ese momento no relacione nada, el en cambio si relacionó rápido con el caso, y yo le dije uh yo ya lo agarré. Yo nunca había subido. Yo subí por atrás por una escalera nuestra, yo piso el techo del garaje de al lado porque no podía pisar muestro techo por las membranas, si pisaba me iba para abajo. Yo no se, encontré eso, no sé si lo pusieron si estaba o que. Si yo tendría que ponerlo, siendo ajeno al lugar de Luna, no sería difícil, subís al tapial y ahí está el baldío, está fácil ponerlo.- Rita Zulema Ércole “Cuando me entero del arma encontrada el me llama me  dijo ahora se va saber quien es el verdadero asesino” y “Yo fui al día siguiente al lugar del encuentro para preguntar y me dijeron que estaba a la vista. Víctor Juan Vercesi  Nos enteramos por la radio del arma que se encontró, esa tardecita llamó Alejandro para hablar con J. y atendí yo y me dijo por fin se empiezan a aclarar las cosas.- Es evidente y no resiste el más mínimo de los análisis que la aparición de la sevillana y el guante, fue adrede por lo que su valor probatorio es nulo.- 
CONCLUSION
Al comenzar mi análisis del evento que nos ocupa, referí que, siendo la declaración  del imputado, por una parte, medio de defensa y, por otra, fuente de prueba, tales calidades y características son relevantes.- No se puede negar que la confesión del inculpado tiene legítimamente su peso en la conciencia del juzgador para formar su convencimiento y si esto es así su palabra es una prueba y como tal debe ser valorada.- La garantía de la inviolabilidad de la defensa en juicio tiene su base en el art. 18 de la Constitución Nacional toda vez que, en forma implícita y explícita establece que “nadie puede ser condenado sin ser oído” y  “nadie puede ser obligado a declarar contra sí mismo”.- Igual reconocimiento tiene dicha garantía a través de los pactos y tratados internacionales incorporados por la misma Constitución Nacional en su art. 75 inc. 22; al igual que en nuestra Constitución Provincial arts. 39 y 40.- Las normas citadas aluden a la defensa material del imputado, que se realiza mediante las manifestaciones que este puede hacer en el proceso cuantas veces quiera, con la única condición de su pertinencia (TSJ Sala Penal, autos “Simoncelli, Angel Fabián p.s.a. de Lesiones Leves calificadas etc. – Recurso de Casación – S. 45 – 28/7/98).- El fundamental derecho a ser oído en juicio no se satisface con la sola recepción formal de la declaración del imputado, sino que si este opta por declarar y expone una versión del hecho atribuido, tendiente a excluir o aminorar la respuesta punitiva, es obligación del Tribunal examinar si la prueba destruye la existencia de los hechos invocados y recién después analizar la relevancia jurídica de ellos a los efectos de la procedencia legal de la eximente o atenuante, cuya aplicación se pretende (TSJ Sala Penal – Cortéz – S. 14-18/3/98).- La defensa del imputado no ha sido soslayada, si los argumentos de la defensa técnica fueron analizados y rebatidos y la conclusión acerca de la acusación tal cual fue formulada – es decir no solo del relato del hecho sino la atribución al imputado en la intervención descripta – con la indicación de la fuente probatoria, no puede tener otro sentido que la descalificación de la defensa material, que hizo eje en la ausencia de participación (TSJ Sala Penal, autos “López, José Alejandro p.s.a. de Robo Calificado – Recurso de Casación” – S. 61 – 18/8/98).- Del cotejo de las declaraciónes del encausado Forti, con los elementos probatorios referenciados, surge evidente que este en momento alguno tuvo como objetivo el quitarle la vida a Natalia Vercessi.- Es indudable que Alejandro Bertotti es quien quería matarla  por cuestiones que imperan en su subterráneo, al decir del funcionario Robles, y salvo que en algún momento se decida a exteriorizar la verdad, esta quedara por siempre en su yo interior.- Fue él quien elaboró premeditadamente el plan, y utilizó a Forti un joven primario, bordelaine y vulnerable por su adicción a las drogas y su necesidad de dinero.- Con la historia del susto y la simulación del robo, introduce a Forti en el domicilio y comienza así la ejecución de su macabro plan, que evidentemente Forti desconocía, este comenzó a ejecutar el hecho que él había pautado, él mismo lo reconoce: golpea a Alejandro para disimular el robo y luego golpea a Natalia, pero era eso solo por lo que él había aceptado concurrir al domicilio de Bertotti, tal es así que inmediatamente pretende retirase del lugar y es atacado  por Bertotti, repele esa agresión y se retira del lugar, desconociendo hasta la noche misma del hecho que se entera por los medio periodístico, el resultado de lo ocurrido en el domicilio de la familia Bertotti, donde él había estado, pero con un objetivo totalmente opuesto al resultado final del suceso, solamente su acuerdo era el de asustar a Natalia y simular un robo, que motivo podría tener para tan aberrante crimen, no se puede pretender que ello fue solo por dinero.- Lo macabro del hecho solo se condice con quien tenía un sentimiento de profundo odio hacia la víctima.- Podemos inferir con certeza que Forti, ha sido coautor del hecho que nos ocupa, podemos hablar de la existencia de una convergencia intencional, se ha acreditado que este conocía cual era el designio criminoso de Bertotti, encuentro solo como respuesta de estos interrogantes un rotundo no.- Estimo claramente que no se ha logrado, destruir, la posición adoptada desde el comienzo de este proceso, por la confesión de Forti, de que se entienda que él quiso participar en un hecho menos grave que el que en definitiva se consumó, no existe certeza alguna de que el supiera cual era el final de su incursión en la vivienda del matrimonio Bertotti,.- Las reglas que gobiernan la ponderación de la prueba constituyen el auxilio del juzgador en la averiguación de la verdad, al propio tiempo que la garantía de justicia que la ley brinda al proceso en su aspiración legítima de alcanzar un pronunciamiento justo en la actividad valorativa.- De nada sirve un proceso ejemplar, garantista, minucioso y exhaustivo, si luego quien debe utilizarlo para emitir la decisión, la toma abstraído y alejado del mismo proceso que le dio origen.- Pues, de esta manera, el juicio no sería otra cosa que una formalidad por la formalidad misma, un mecanismo inútil; y por otra parte, el resultado del mismo sería una suerte de azar librado a la subjetividad e intimidad del sentenciante, quien con su decisión podría echar por tierra todo el esfuerzo que llevó el proceso.- Como expresara supra, no se ha podido de modo alguno, destruir la postura exculpatoria de Leonardo Andrés Forti.- Las apreciaciones respecto de su conocimiento en cuanto al designio criminoso de Bertotti, no se encuentran claramente acreditadas, están imbuidas de un alto grado de subjetividad, la duda impera respecto de cuál fue su conocimiento y participación en el evento, y la falta de certeza, no permite arribar a un pronunciamiento condenatorio.- El principio “in dubio pro reo”, responde a la necesidad procesal de resolver de un modo favorable al acusado, todo proceso en el cual, tras el transcurso de un plazo razonable, no se hayan logrado acreditar los presupuestos materiales que permitan arribar a un pronunciamiento judicial sobre la punibilidad del comportamiento atribuido a aquél.- Hace al principio procesal de seguridad jurídica.- Por aplicación de este principio, debe ser aplicada directamente la calificación legal más benigna, si durante el debate no se ha logrado comprobar con certeza, la concurrencia de la circunstancia agravante de que se trate.- El principio “in dubio pro reo”, es un aforismo que significa que la duda debe juzgar a favor del imputado.- Cabe entender por duda, cuando existe seguridad de que la hipótesis determinada acerca de lo ocurrido resulta plausible de ser refutada por otras hipótesis alternativas.- Va de suyo que no existe duda porque el juez dude, sino porque no hay pruebas necesarias para dar fundamento a la condena del imputado.- Esta falta de certeza representa la imposibilidad estatal  de destruir el estado de inocencia, construido por la ley como presunción  para amparar al imputado.- La duda debe recaer sobre los elementos de prueba a partir de los cuales se llega a una conclusión respecto del hecho que se le atribuye al imputado y sobre su participación punible en ese episodio ilícito.- Este principio rige en su máxima intensidad, al momento de la sentencia, pues allí la falta de certeza, la más mínima duda, aun, si importara alta probabilidad positiva, conducirá a la absolución, toda vez que es una garantía constitucional que deriva del principio de inocencia.- En consecuencia y como corolario, entiendo que  no se ha podido desvirtuar la postura asumida por Leonardo Andrés Forti, respecto de que solo acordó y concurrió al domicilio de Alejandro Bertotti, con el objetivo de asustar a la esposa de este Natalia Vercessi y simular un robo y que con ese objeto fue que aplicó a la joven embarazada un golpe, desconociendo totalmente la intención homicida de Bertotti, por lo que corresponde absolver a Leonardo Andrés Forti, como coautor responsable de los delitos de homicidio calificado por alevosía y por pago de precio, en concurso ideal, y aborto en concurso real (arts. 45, 80 incs. 2º y 3º, 85 inc. 1º, 54 y 55 del CP), que el auto de elevación a juicio de fs. 1086/1112 le atribuye en perjuicio de Natalia Vercesi y de su hija por nacer, por aplicación del principio jurídico “in dubio pro reo” y en consecuencia y consonancia con de este principio, deberá responder y serle  aplicada directamente la calificación legal más benigna, derivada del suceso por el cual él se obligo a participar.-
A LA SEGUNDA CUESTION PLANTEADA, LAS JURADOS POPULARES ROXANA SANDRA ALBARRACÍN, MARÍA JOSÉ COSTAMAGNA, ALBA NATALIA LEYVA, y CLAUDIA MARÍA SEGATTI, DIJERON:
     Encontrando acertadas las conclusiones a que arriba el señor Vocal Dr. Mario Comes, adherimos a las mismas y votamos de la misma manera.
A LA SEGUNDA CUESTION PLANTEADA, EL SR. VOCAL DR. HUGO ROBERTO FERRERO, DIJO:
     Al producirse un empate en la votación de esta cuestión, circunscripto exclusivamente a la situación de Leonardo Andrés Forti respecto al hecho en perjuicio de Natalia Vercesi y su hija por nacer, debo también votar para producir el desempate (art. 29, ley 9182). El análisis minucioso y detallado de toda la prueba reunida me ha permitido alcanzar el grado de certeza  sobre la real existencia de un pacto entre Bertotti y  Forti para asesinar a Natalia Vercesi, cumpliendo Forti todo lo acordado, que era ir con Bertotti a la casa, golpear a la víctima para dejarla indefensa ante el victimario, su esposo Alejandro Bertotti, quien la apuñaló hasta morir. Luego Forti cumple la segunda parte, esto es, aplicar dos trompadas en la cara a Bertotti para lesionarlo y así simular que Natalia y Alejandro habían sufrido un robo, y que a raíz del mismo la primera había sido muerta y Alejandro herido. Forti presencia toda la escena (lo que luego le causa una gran depresión, hasta el punto de pensar en el suicidio), e incluso resulta salpicado por la sangre de Natalia, lo que hace que cuando Bertotti le da la orden de irse, vaya rápidamente a su casa a lavarse la ropa, y al no lograr que las  manchas desaparezcan decide quemar las prendas. Días después, recibe de manos de Bertotti el resto del dinero acordado para colaborar en el asesinato de Natalia, que fue la suma de $ 4.000, existiendo testigos de esta entrega. También comparto las demás razones brindadas por el Sr. Vocal Dr. Claudio Requena, a las que me remito en honor a la brevedad.        
A LA TERCERA CUESTION PLANTEADA, EL DR. CLAUDIO M. REQUENA, DIJO:
     De acuerdo a los hechos fijados por el Tribunal, Alejandro Alberto Bertotti debe ser declarado coautor responsable de los delitos de homicidio calificado por el vínculo, por alevosía y por pago de precio, en concurso ideal, y aborto, en concurso real (arts. 45, 80 incs. 1º, 2º y 3º, 85 inc. 1º, 54 y 55 del CP).
     Leonardo Andrés FORTI, por su parte, resulta autor del delito de abuso de armas (art. 104, primer y segundo párrafos, del CP), y coautor de los delitos de homicidio calificado por alevosía y por pago de precio, en concurso ideal, y aborto en concurso real (arts. 45, 80 incs. 2º y 3º, 85 inc. 1º, 54 y 55 del CP).  
     Uxoricidio: Está acreditado que Bertotti mató a Natalia Vercesi, sabiendo que era su esposa, lo que se acredita con el acta de matrimonio de fs. 271 (art. 80, inc. 1º, CP).
     Alevosía: Esta agravante exige para su configuración, la presencia de un elemento subjetivo, conformado por la conciencia del autor de actuar sin riesgo para sí, y un elemento objetivo, que es el estado de indefensión de la víctima.
     Por eso se dice que "objetivamente la alevosía exige una víctima que no está en condiciones de defenderse, o una agresión no advertida por la víctima capaz y en condiciones de hacerlo. Pero subjetivamente, que es donde reside su esencia, la alevosía exige una acción preordenada para matar sin peligro para la persona del autor, proveniente de la reacción de la víctima o de un tercero. La incapacidad o la inadvertencia de la víctima puede ser provocada por el autor, o simplemente aprovechada por él" (NUÑEZ, Ricardo C., "Tratado de Derecho Penal", t. 3, vol. I, P.E., 2a. edición, p. 37, Marcos Lerner Editora Córdoba, 1988).
     En el caso, el elemento objetivo concurre ampliamente, pues la víctima estaba en una posición de absoluta indefensión. Pensemos que los autores ex profeso eligieron para cometer el hecho un día miércoles a la tarde, pues sabían que Natalia se quedaba sola en su casa, guardando reposo en su condición de mujer embarazada de seis meses de gestación.
     Y el elemento subjetivo también se daba, pues Bertotti y Forti conocían que actuaban sin riesgo para ellos, pues eran dos hombres frente a una mujer indefensa que no podía pedir ayuda. Máxime que Bertotti la engaña diciéndole que había algo interesante que mirar por la ventana del living, facilitando así que Forti le aplicase el primer golpe con un elmento contundente, para luego aprovechar Bertotti el momentáneo desvanecimiento de su esposa para comenzar a apuñalarla hasta morir (art. 80, inc. 2º, segundo supuesto, CP).    
     Pago de precio: Bertotti le prometió a Forti el pago de una suma de dinero si lo ayudaba a matar a su esposa. Lo cual se concretó, pues le entregó una parte al momento de consumarse el hecho y la otra unos días después (art. 80, inc. 3º, CP).
     Descarto la otra agravante que trae la acusación, que es el concurso premeditado de dos o más personas (art. 80, inc. 6º, CP), pues esa figura requiere, desde el punto de vista objetivo, un número mínimo de intervinientes: tres, compuesto por el autor y dos personas más; y desde el subjetivo, el concurso premeditado de los agentes (TSJ, Sala Penal, "Rete", S. nº 85, 23/4/08). Y, en nuestro caso, no se cumple con el primer recaudo, pues los autores fueron solamente dos, Bertotti y Forti.
     También descarto la agravante del ensañamiento (art. 80, inc. 2º, primer supuesto, CP), introducida por la Fiscalía de Cámara en la discusión final por haber recibido la víctima veinticuatro puñaladas. Pues la figura exige que el autor prolongue "fútilmente la agonía de la víctima, aumentando deliberadamente sus dolores y sufrimientos" (BREGLIA ARIAS - GAUNA, "Código Penal comentado", 2ª edición, Astrea, Buenos Aires, 1993, p. 265). En el caso eso no sucedió, pues la víctima, dada la magnitud de las heridas recibidas, falleció en escasos minutos.
     Aborto: Ambos imputados eran conscientes del embarazo de la víctima, uno por ser el esposo y el otro porque lo notó a simple vista, como él mismo admitió. Y la acción homicida contra la madre, indefectiblemente para ellos debió representar la muerte del ser en gestación, lo que los hace responsable del delito de aborto (art. 85, inc. 1º, CP).
     El concurso entre las agravantes del homicidio calificado es ideal (art. 54 CP), pero real con el aborto (art. 55 CP; LAJE ANAYA, Justo, “El homicidio de una mujer embarazada de mellizos”, Zeus 356, 8/9/09, p. 253; y del mismo autor, “Disparo de arma de fuego contra una mujer embarazada. Lesiones. Nacimiento por cesárea”, Zeus 403, 31/8/10, p. 225).
     Tanto Bertotti como Forti son coautores del homicidio de Natalia Vercesi (art. 45 CP). Pues según enseña el Tribunal Superior de Justicia, “los coautores no son sólo quienes realizan la acción consumativa del delito (con actos parificados o heterogéneos significativos de la división de trabajo), sino también quienes toman parte en su ejecución a través de una acción no consumativa, pero coadyuvante y convergente con ella. El punto de inflexión entre la coautoría y la complicidad necesaria, entonces, está dado por la asunción de conductas ejecutivas, aunque éstas no sean consumativas” (TSJ, Sala Penal, “Díaz”, S. nº 186, 31/7/09).
     También se ha dicho “que un acto es ejecutivo "cuando, conforme al sistema del art. 42, ha habido al menos un comienzo de ejecución... En esos actos debe tomar parte el coautor..." (DE LA RUA, Jorge, "Código Penal Argentino -Parte General-", Depalma, 2° edición, 1997, nota 184, pág. 855). Revisten tal naturaleza entonces, aquellos que "aunque no sean directa e inmediatamente consumativos de la acción punible, impliquen ya que el autor ha comenzado las acciones idóneas, que en el caso concreto significan el comienzo de la realización directa de sus miras..." (TSJ, Sala Penal, S. n° 4, 22/2/2001; "Robles", S. nº 31, 7/5/2003, entre otros).
     Analizada la conducta de ambos imputados, resulta indudable que son coautores, por ambos toman parte en la ejecución del hecho, primero Forti golpeándola a la víctima para dejarla reducida y así facilitar la tarea de Bertotti, que es quien la mata. Pensemos que la sola presencia de Forti agravaba aún más la indefensión de la víctima, al tratarse de dos hombres contra una mujer embarazada. Pero además luego Forti continúa su cooperación dándole dos trompadas a Bertotti en el rostro para que éste pudiese simular ante la policía y amigos que fue un robo, y que su esposa había resultado asesinada y él herido.
Así voto.
A LA TERCERA CUESTION PLANTEADA, LOS SRES. VOCALES DRES. HUGO ROBERTO FERRERO Y MARIO MIGUEL COMES DIJERON:
     Adherimos a las conclusiones a las que arriba el Sr. Vocal Dr. Claudio Requena, votando en idéntico sentido.
A LA CUARTA CUESTION PLANTEADA, EL SR. VOCAL DR. CLAUDIO M. REQUENA, DIJO:
Ambos imputados realizaron los hechos de que vienen acusados con discernimiento e intencionalidad.
En cuanto a la condena a imponer, las únicas penas aplicables en el caso a Bertotti y Forti son la reclusión perpetua o la prisión perpetua (arts. 45 y 80 del CP).
Esto es, a diferencia de otros delitos menos graves, por ejemplo el homicidio simple (art. 79 CP), donde se establece una escala penal que va de un mínimo de ocho a un máximo de veinticinco años de reclusion o prisión, y donde al juez se le permite tener en cuenta las circunstancias agravantes, como ser, la participación que haya tomado en el hecho; y también los atenuantes, juventud, condición económica humilde, escasa instrucción, etc. (arts. 40 y 41 CP), para aplicar dentro de la escala mencionada una pena más cercana al mínimo o al máximo de ella. En cambio, en nuestro supuesto, el legislador no le da opciones al juez, la pena que debe imponer en los homicidios calificados, salvo el parricidio (art. 80, inc. 1”, CP), sólo puede ser reclusión o prisión perpetua. 
La defensa técnica del imputado Forti pidió se le aplique el art. 47 CP, el cual reza: “Si de las circunstancias particulares de la causa resultare que el acusado de complicidad no quiso cooperar sino en un hecho menos grave que el cometido por el autor, la pena será aplicada al cómplice solamente en razón del hecho que prometió ejecutar…” 
Tal norma no es aplicable al caso, primero porque, tal cual el Tribunal fijó el hecho (art. 408, inc. 3º, CPP), Forti fue con Bertotti a la casa de éste con el propósito deliberado de colaborar en el homicidio de Natalia Vercesi, y no simplemente para asustarla, como quiso hacer creer.    
Por otro lado, habiendo sido declarado Forti coautor del hecho (art. 45 CP), es sabido que la limitación que surge del art. 47 CP no es aplicable a los coautores como él sino sólo a los cómplices (TSJ, Sala Penal, “Luque”, S. nº 17, 26/2/09; “Frutero”, S. nº 170, 2/7/09 –entre muchos otros-).
En síntesis, propongo que se imponga a ambos imputados para su tratamiento penitenciario la pena de prisión perpetua, con accesorias legales y costas (arts. 5, 9, 12, 29 inc. 3º, 40 y 41 del CP y arts. 550/551 del CPP). 
     Corresponde confiscar la sevillama secuestrada (art. 23 CP).
     También, y compartiendo lo solicitado por la Fiscalía de Cámara, se deben remitir los antecedentes al Sr. Fiscal Federal de esta ciudad, Dr. Luis María Viaut, por los supuestos negocios vinculados a las drogas prohibidas a que hizo referencia en una de sus declaraciones el imputado, hoy condenado, Alejandro Alberto Bertotti, y para que se investigue quien suministra estupefacientes a varios de los testigos calificados como jóvenes vulnerables que declararon en la presente causa, y cuyos datos personales obran en autos.
     Discrepo, en cambio, con el pedido de la Fiscalía de Cámara de que se remitan los antecedentes de Franco Andrés Zamudio por falso testimonio (art. 275 CP), pues la circunstancia de que el testigo haya ocultado parte de la verdad sobre el incidente que protagonizó en la cárcel, cuando Bertotti trataba de conseguir subrepticiamente las huellas dactilares de Forti, sería obligarlo a autoincriminarse, lo que resulta legalmente inadmisible. 
     Los honorarios correspondientes al Dr. Felipe Trucco como apoderado de los querellantes particulares, Sres. Rita Zulema Ercole y Víctor Juan Vercesi, teniendo en cuenta el éxito obtenido, la labor desempeñada y el tiempo empleado, estimo justo fijarlos en la suma de 150 jus, a cargo de los imputados condenados en costas.
     Así voto.
A LA CUARTA CUESTION PLANTEADA, LOS SRES. VOCALES DRES. HUGO ROBERTO FERRERO Y MARIO MIGUEL COMES DIJERON:
Adherimos a las conclusiones a las que arriba el Sr. Vocal Dr. Claudio Requena, votando en idéntico sentido.
Por todo ello, SE RESUELVE: 1º) Rechazar, por unanimidad, el pedido formulado por el defensor del imputado Bertotti, Dr. Marcelo Brito, con adhesión de los defensores del coimputado Forti, Dres. Mario Ruiz y Sergio Corón Montiel, de que se excluya del proceso como prueba válida la primera declaración del imputado Leonardo Andrés Forti, y todo lo obtenido a partir de su incorporación a la causa. Tener presente la reserva formulada de interponer recurso de casación, recursos extraordinarios, y de recurrir ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos.- 2º) Declarar, por unanimidad, que Alejandro Alberto BERTOTTI, alias “Ale”, ya filiado, es coautor responsable de los delitos de homicidio calificado por el vínculo, por alevosía y por pago de precio, en concurso ideal, y aborto, en concurso real (arts. 45, 80 incs. 1º, 2º y 3º, 85 inc. 1º, 54 y 55 del CP), que el auto de elevación a juicio de fs. 1086/1112 le atribuye en perjuicio de Natalia Vercesi y de su hija por nacer, e imponerle para su tratamiento penitenciario la pena de prisión perpetua, con accesorias legales y costas (arts. 5, 9, 12, 29 inc. 3º, 40 y 41 del CP y arts. 550/551 del CPP).- 3º) Declarar, por unanimidad, que Leonardo Andrés FORTI, alias “Leo”, ya filiado, es autor responsable del delito de abuso de armas (art. 104, primer y segundo párrafos, del CP), que la requisitoria fiscal de citación a juicio de fs. 1280/1284 le atribuye en perjuicio de Marcos Emanuel Cuello; y declarar, por mayoría, que es coautor responsable de los delitos de homicidio calificado por alevosía y por pago de precio, en concurso ideal, y aborto en concurso real (arts. 45, 80 incs. 2º y 3º, 85 inc. 1º, 54 y 55 del CP), que el auto de elevación a juicio de fs. 1086/1112 le atribuye en perjuicio de Natalia Vercesi y de su hija por nacer, todo a su vez en concurso real entre sí (art. 55 CP), e imponerle para su tratamiento penitenciario la pena de prisión perpetua, con accesorias legales y costas (arts. 5, 9, 12, 29 inc. 3º, 40 y 41 del CP y arts. 550/551 del CPP).- 4º) Confiscar la sevillama secuestrada (art. 23 CP).- 5º) Remitir los antecedentes al Sr. Fiscal Federal de esta ciudad, Dr. Luis María Viaut, por los supuestos negocios vinculados a las drogas prohibidas a que hizo referencia en una de sus declaraciones el imputado, hoy condenado, Alejandro Alberto Bertotti, y para que se investigue quien suministra estupefacientes a varios de los testigos calificados como jóvenes vulnerables que declararon en la presente causa, y cuyos datos personales obran en autos.- 6º) Regular los honorarios correspondientes al Dr. Felipe Trucco como apoderado de los querellantes particulares, Sres. Rita Zulema Ercole y Víctor Juan Vercesi, en la suma de 150 jus, a cargo de los imputados condenados en costas.
Protocolícese, hágase saber y dése copia.



En la ciudad de San Francisco, Departamento San Justo, Provincia de Córdoba, a treinta días del mes de mayo del año dos mil once, siendo las doce horas y treinta minutos, previa espera de ley y la oportunidad fijada para que tenga lugar el acto para la lectura de los fundamentos de la sentencia en esta causa "BERTOTTI, Alejandro Alberto y otro p.ss.aa. homicidio calificado por el vínculo, alevosía, pago de precio y concurso de dos personas, en concurso ideal, y aborto, en concurso real, etc." (Causa "B", nº 12-38/2009-2010, Sec. n° 1) se reúnen en audiencia pública, la Excma. Cámara del Crimen integrada por los Señores Vocales Doctores Hugo Roberto Ferrero -en carácter de Presidente- Claudio  M. Requena y Mario M. Comes y por los Señores Jueces Populares Titulares; Albarracín Roxana Sandra, Costamagna María José, Leyva Alba Natalia, Pastorizo Oscar Alejandro, Suárez Ezequiel Alejandro, Manías Atilio José, Barello Marcelo Fernando y Segatti Claudia María, encontrándose presentes el señor Fiscal de Cámara Dr. Víctor Hugo Pezzano, el apoderado de los Querellantes Particulares (Víctor Juan Vercesi y Rita Zulema Ércole, Dr. Felipe Trucco, el imputado Alejandro Alberto Bertotti y su defensor Dr. Marcelo Brito y el imputado Leonardo Andrés Forti y sus defensores Dres. Mario R. Ruiz y Sergio O. Corón Montiel.- Abierto el acto el Señor  Presidente procede a dar lectura integral de la sentencia.- No siendo para más se dio por finalizado el mismo, previa lectura y ratificación de la presente firmando el Señor Presidente, los Sres. Vocales, Jurados Populares y las partes, todo por ante mi que doy fe.-